En la noche del lunes 16 de agosto la Junta Departamental de Lavalleja (JDL) trató el proyecto de presupuesto de la Intendencia Departamental para el período 2021-2025. El Ejecutivo comunal encabezado por el intendente Mario García había remitido la iniciativa presupuestal al Legislativo a finales de mayo de este año.
Casi tres meses después, y en una sesión caracterizada por la falta de discusión profunda, el cercenamiento de las opiniones de la oposición, y los constantes reproches entre la exintendenta y actual edila Adriana Peña y sus compañeros de partido identificados con el intendente García, logró aprobarse en general con los votos del Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto. La iniciativa no fue acompañada por la bancada de ediles y edilas del Frente Amplio por entender que no representaba una respuesta a la realidad y las problemáticas actuales del departamento.
La norma que fue aprobada por el Poder Legislativo de Lavalleja viene a reemplazar al último presupuesto, que fuera aprobado en 2010, momento en el que la entonces intendenta Adriana Peña asumió su primer mandato. El contexto de profunda fragmentación dentro del Partido Nacional, que mantiene desde hace años como rehén al departamento, no permitió que existiera acuerdo en la anterior legislatura (2015-2020) para la aprobación de una norma presupuestal para ese quinquenio.
Diez años después y con un contexto económico nacional e internacional complejizado a partir de los efectos de la pandemia por covid-19, se esperaba que el ejecutivo comunal presentara un proyecto de presupuesto acompasado con la realidad actual y que reflejara una batería de medidas de acompañamiento a la población de Lavalleja. Sucedió todo lo contrario. El documento elevado por el intendente García refleja un marco conceptual pobre y desactualizado, que aborda diversas temáticas con poca profundidad, y que cuenta con escasa o nula participación de la ciudadanía y de los trabajadores y trabajadoras municipales en su elaboración.
Si bien dentro de la exposición de motivos se menciona que este presupuesto se presenta alineado a las ideas que profesa el humanismo, se puede decir que lejos está de la idea de solidaridad y desarrollo personal de esta corriente de pensamiento. Todo lo contrario: vemos un permanente alejamiento de la Intendencia Departamental de las problemáticas reales de la población.
La exposición de motivos del proyecto de presupuesto se basa principalmente en la lectura de una selección parcial de datos estadísticos extraídos del Censo de 2011 y la Encuesta Continua de Hogares (ECH) de 2019, aspectos que luego no se interpretan en profundidad y tampoco se traducen en las propuestas para el quinquenio. Por ejemplo, se mencionan datos sobre la población del departamento que no tienen en cuenta las proyecciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística a partir del último censo. Del mismo modo, no se tienen en cuenta los indicadores presentes en la ECH de 2020, publicados en marzo de este año, previo a la presentación del presupuesto. Preocupa respecto de este último documento lo que se refiere al aumento en la tasa de desempleo en Lavalleja, que pasó de 7,6% en 2019 a 10,4% en 2020, siendo en mujeres de 12,5% y en hombres de 8,7%. Para esta población, cuyas condiciones de vida se han visto deterioradas en el último tiempo, vemos que no aparecen políticas públicas de acompañamiento, y mucho menos para las mujeres del departamento, que son sobre todo las que se han visto afectadas por la situación económica actual que atraviesa el país.
Se expresa la aspiración de contar con un departamento integrado a la región y al mundo, referente en términos de desarrollo social, económico y cultural. No obstante, en los hechos no se tiene en cuenta, por ejemplo, a la población migrante de dentro y fuera del país. En términos de migración extranjera, no se menciona en el análisis del contexto que existe un porcentaje equivalente a 0,8% de personas que viven en nuestro departamento que nació en otro país. Sabemos que el mundo son personas, y es preciso entonces tomar en cuenta a quienes han llegado a Lavalleja en busca de nuevas oportunidades para continuar su proyecto de vida.
Creemos que este presupuesto no refleja una solución a las problemáticas de larga data con las que cuenta Lavalleja, sino que en gran medida las agudiza y compromete el desarrollo del departamento.
Tampoco se indican datos sobre la población joven de Lavalleja, que de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud se ubica entre las menores del país (entre 21,3% y 22,5%). El fenómeno endémico de éxodo de las juventudes del departamento, y por tanto el progresivo envejecimiento de la población, es algo a lo que se refieren siempre todos los candidatos y candidatas en cada campaña electoral. No fue la excepción del intendente García, que en su plataforma electoral prometió una mayor intervención en esta área, una mejor coordinación interinstitucional y generación de mayores oportunidades. Sin embargo, en este presupuesto se hacen escasas menciones a políticas públicas aplicadas a las juventudes, no aparecen en programas de inversión y se crea únicamente un cargo político de “Encargado de juventud”, del cual no se conocen cuáles serán sus responsabilidades durante este período y además está supeditado al ya existente cargo de “Director de deporte y juventud”, lo que genera una superposición de funciones.
En términos de asignación presupuestal, se trata de un presupuesto conservador en lo que se refiere a la inversión, representando estos programas 26,11% de los egresos previstos. No se presentan propuestas de obra pública ni tampoco se prevé la compra de nueva maquinaria para la comuna. Cuando el mundo entero ha entendido que para paliar los efectos negativos que ha traído aparejada esta situación de pandemia es necesario invertir, fortalecer el rol del Estado como articulador en la economía, el Poder Ejecutivo departamental parece que no han comprendido las lógicas que plantea esta nueva realidad.
Al mismo tiempo, el conservadurismo se expresa en materia de obra pública, pero no así respecto de la creación de cargos de particular confianza. En tal sentido, se crean a partir de este presupuesto 11 nuevos cargos de confianza incluidos en el escalafón Q, lo que representará una erogación de unos cinco millones de dólares en el quinquenio. Al mismo tiempo se suprimen 135 cargos pertenecientes a los escalafones profesional y obrero, que no estaban siendo ocupados actualmente. Si se observa en relación a los cargos que se crean dentro de estos mismos escalafones, la cuenta arroja la supresión de más de 80 posibilidades de presupuestación para los trabajadores y trabajadoras municipales, lo que va directamente en detrimento de su progreso funcionarial. Por otra parte, la supresión de cargos técnicos y obreros termina por financiar los elevados sueldos fijados para aquellos de particular confianza, que son ocupados en la actualidad por personas pertenecientes al Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto.
En cuanto al trabajo zafral, se fija un valor por hora de trabajo equivalente a 89,25 pesos, independientemente de las tareas realizadas por los funcionarios y de la cantidad de horas trabajadas. Además de incumplir con una enorme cantidad de aspectos vinculados a la normativa laboral vigente en nuestro país, se suma una medida discriminatoria hacia quienes ejercen actividades de este tipo, al proponerse un incremento de las retribuciones anualizado en base a la variación del índice de precios al consumo (IPC), mientras que para el resto de las trabajadoras y trabajadores de la Intendencia, contratados y presupuestados, este ajuste se realiza semestralmente.
En suma, creemos que este presupuesto no refleja una solución a las problemáticas de larga data con las que cuenta Lavalleja, sino que en gran medida las agudiza y compromete el desarrollo del departamento. La idea de transparencia, coherencia y ecuanimidad que se promueve desde la actual administración desaparece ante la falta de responsabilidad sobre la situación económica actual de Lavalleja y el déficit presupuestal de 120 millones de pesos, heredado del gobierno anterior. Parece no haber formado parte de la administración encabezada por Adriana Peña, ni tampoco pertenecer al partido político que desde 1989 gobierna de forma ininterrumpida en Lavalleja.
Por las razones antes expuestas, la votación de la bancada del Frente Amplio fue negativa en general al proyecto de presupuesto. Si bien existió disposición en principio de votar algunos artículos en particular, la decisión del sector mayoritario del Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto de votar el articulado por bloques y limitar así su discusión impidió que fueran acompañados por nuestra fuerza política.
Hoy, más que nunca, nos interpela la necesidad de una construcción colectiva de políticas públicas que tengan en cuenta verdaderamente a la ciudadanía de Lavalleja, que apunten a lograr el desarrollo integral del departamento. Aprobado el presupuesto, corresponde ahora desde la Junta Departamental continuar ejerciendo contralor de las medidas que se tomen desde el Ejecutivo comunal, y sostener los reclamos que de larga data tiene nuestra población. Al mismo tiempo, es esencial apostar siempre al diálogo y la elaboración de propuestas que honren la responsabilidad que depositó en nosotros y nosotras la ciudadanía del departamento.
Felipe de los Santos Moreira es edil departamental de Lavalleja por el Frente Amplio.