El jueves 27 de octubre participé en la actividad El futuro de la participación política: la distopía y la utopía, organizada por la diaria en el marco del Día del Futuro. Fue una actividad provocadora, especialmente por la capacidad de la gente que expuso, gente que viene pensando el problema de la participación política. Sobre todo en este contexto en el que parecen haber caído algunos tabúes discursivos sobre la idea de lo comunitario y las derechas retornan con una enorme virulencia, promoviendo gobiernos de clase, retirando al Estado y dejando la vida de las personas cada vez más libradas al mercado y a la soledad.

En nuestro país vivimos el tercer año de gobierno de una coalición de derecha que se abrió paso a fuerza de arengas individualistas, reaccionarias y aporofóbicas. Apuntó contra todos los movimientos sociales, sobre todo contra el movimiento feminista y contra el movimiento sindical. Sembró mentiras y devastó espacios de participación. Y se erigió en una gestión que hoy lleva dos años de crecimiento económico mientras asistimos a la profundización de las desigualdades y el retroceso social. Con este panorama, con los costos tangibles, pandemia por medio, la participación política se constituye en una emergencia estratégica para impulsar un proyecto alternativo que vuelva a colocar a las personas en el centro.

Esa noche, en la presentación, luego de escuchar las exposiciones me puse a pensar en la participación política en los territorios fuera de Montevideo, en la participación política de la otra mitad.

Por poner un ejemplo conocido: actualmente parte de mi trabajo es reconocer, favorecer la incidencia y escuchar a las organizaciones feministas y de mujeres. Es mi trabajo, hoy en la Intendencia de Canelones, pero ha sido la razón de mi vida y de mi militancia desde hace ya un largo tiempo. Pero bueno, hoy puedo asegurar que en los territorios los colectivos se organizan con muchas lógicas, las mujeres y los colectivos feministas también. Vamos a ver gente organizada en el movimiento sindical, en los movimientos de disidencias, la vamos a ver en el ámbito productivo, en emprendimientos, en iniciativas de economía sustentable y/o de agricultura familiar, están organizadas y organizados en la música, en el teatro, en los circos, en los ámbitos literarios o en otros procesos culturales.

Están en los concejos municipales, en las comisiones temáticas regionales. Los vemos liderando iniciativas de cuidados o de generación de agentes de igualdad, las vemos en las ferias de cercanía, en las fiestas populares, vemos cooperativas, comisiones, grupos comunitarios de acción social. Hay una lógica de participación que tiene que ver con las diferentes estrategias colectivas para incidir en la realidad cotidiana de la comunidad, esa acción colectiva que genera impactos directos. Hay territorios en los que la institucionalidad del Estado llega en formas diversas, pocas veces completa. Las organizaciones buscan dar, entonces, respuestas concretas. Por dar un ejemplo, conseguir un profesional de salud mental infantil puede ser un reclamo de las mujeres organizadas de una localidad.

No voy a profundizar, pero doy por sentado que cuando hablamos de militancia y de participación política incluimos muchas formas de militancia y de búsqueda de incidencia. Lo que nos pasa en el Frente Amplio (FA) es que las personas que integran los comités tienen más de un grupo al que adhieren y en el que trabajan. Por esto, a la hora de priorizar, porque las formas de militancia han cambiado y el tiempo es un bien muy preciado, sobre todo para las mujeres, las personas que militan van a priorizar la militancia que impacta en la vida cotidiana, ese activismo en función de un cambio tangible a corto plazo.

La ley de descentralización y participación ciudadana1 de 2014 es una poderosa herramienta de participación, de redistribución de poder y de democracia. Podemos decir, como es costumbre con nuestras normas, que tiene algunas timideces, pero no podemos culpar a quienes trabajaron en ella por esas timideces, el espíritu de descentralizar poder y generar una herramienta de incidencia desde cada territorio está intacto y tiene un valor que muchas veces sólo podemos ver quienes tenemos el privilegio de ser parte de proyectos fuera de Montevideo.

Hoy la triste experiencia del Municipio de Floresta es materia del periodismo y de otros agentes de difusión masiva que practican la metodología de “salir al golpe del balde”. Las formas de gestión denunciadas son graves, pero también es muy grave el ruido sin conocimiento. Ambas cuestiones se alzan para caer como un durísimo golpe sobre el proceso de descentralización. Sin embargo, vale la pena detenerse a pensar un minuto.

Si bien no voy a decir nada nuevo, sabemos que hay una tendencia a difundir algunas cosas y no otras, los medios que difunden las otras cosas son pocos y nuevamente caemos en la paradoja de que quienes difunden las otras cosas son medios que se leen y se escuchan sobre todo en Montevideo.

Las experiencias municipales de Canelones son muy heterogéneas, pero tienen procesos fuertes de participación de la ciudadanía y una autonomía en diálogo continuo con el gobierno de la comuna. Voy a poner tres ejemplos que puede que sean conocidos por algunos, pero desde mi mirada, por suerte aún alerta, vale la pena detenerse para hacer foco en los conceptos de participación e incidencia.

Cerrillos tiene poco más de 7.000 habitantes, su territorio es mayoritariamente rural. El alcalde Rodrigo Roncio tiene 40 años, es profesor de secundaria en el liceo de la zona desde hace muchos años. Desde que llegó a la alcaldía, con un fuerte apoyo, ha planteado una forma de organización de la gestión de recursos que a su vez descentraliza por regiones, hay nueve planes operativos en función de proyectos presentados por la comunidad.

Hay una lógica de participación que tiene que ver con las diferentes estrategias colectivas para incidir en la realidad cotidiana de la comunidad, esa acción colectiva que genera impactos directos.

Hace poco desde el concejo de Cerrillos me invitaron a ser parte del jurado en la elección de la representante de la vendimia, un jurado completamente integrado por mujeres, una iniciativa de concejalas. Podría contar mi propio proceso de reflexión al acompañar a estas mujeres feministas que organizaron el concurso, podría explayarme sobre lo que disfrutamos con el proceso o podría detenerme en el resultado de visibilidad y reconocimiento que el evento promovió, pero no lo voy a hacer en esta oportunidad. Eso será materia de deliberaciones en torno a los feminismos en Uruguay. Lo que sí tengo para decir es que había muchas personas y muy diversas, y que lo productivo se mezclaba con lo social de una forma muy identitaria y poderosa. Fue una oportunidad de cata y de venta de vinos, quesos y productos de cuero, y lo que ganaba la cantina tenía un objetivo de apoyo a una familia. Lo único que busco con este ejemplo es subrayar que no todo lo que sucede es pasible de ser entendido si no pasamos por ahí.

Roncio tiene un proyecto de gestión que es inspirador, que da para hablar mucho más porque hay en él y en el equipo del concejo una idea de comunidad basada en la confianza y en la desconcentración del control. Recomiendo la entrevista en TV Ciudad2 de este año y el artículo en la diaria3 de 2020.

18 de Mayo es un municipio con una importante densidad de población, un poco más de 20.000 personas en 11 km². Es liderado por una alcaldesa, Adriana Sánchez, mujer afrodescendiente, fuerte líder, también, de un familión. La comunidad afrouruguaya de esa zona responde a una segregación laboral y territorial histórica. Según el Observatorio Territorial de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), casi un 60% de la población tiene al menos una necesidad básica sin cubrir, un valor considerablemente superior a la media nacional.4 Adriana es una de las alcaldesas que tienen como desafío lidiar con el impacto del pasaje del Ferrocarril Central por el municipio. Con el enorme impacto social que este cambio en infraestructura supone, ella viene procesando este cambio con la audacia y la inteligencia de transformar esta llegada en beneficios. No está siendo fácil, pero basta darse una vuelta por el edificio municipal o por el centro cultural para ver los cambios.

En julio, Mes de la Afrodescendencia, se inauguró el centro cultural Virginia Brindis de Salas, en homenaje a la escritora afrodescendiente integrante del Círculo de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores Negros en las primeras décadas del siglo XX. Como Virginia Brindis de Salas, Adriana Sánchez es un nombre importante, y somos responsables de hacerlo conocer cuando hablamos de participación y de descentralización.

En el municipio Nicolich se encuentra la ciudad Liber Seregni. Este municipio se ubica entre las rutas 101 y 102, al sur de Canelones, y allí podemos materializar la brecha, así como está La Tahona y está Villa el Tato. El municipio está liderado por Liber Moreno. Liber habla cada problema con cada protagonista, lo sé porque me ha tocado verlo, y esperarlo. Cuando llegué me recibió con la Comisión de Asuntos Sociales del Concejo, mujeres fuertes lideran esa comisión. Lo primero que me plantearon fue la necesidad de trabajar en la prevención y en la atención de la violencia basada en género con jóvenes y adolescentes. En julio de este año fueron asesinadas Jessica Moreira y su niña de cuatro años. El golpazo a la comunidad no es algo de lo que habló la prensa, el equipo del CAIF al que iba la pequeña quedó devastado, igual que sus amigos y amigas, las familias todas.

Mientras tanto, los informativos bombardeando y lastimando, durante semanas. Las niñas de Nicolich escuchando con los ojos bien abiertos el peligro en el que viven. La culpa y el miedo por sentir que la atrocidad estaba ahí todos los días y no pudieron verla. El Concejo está dando la pelea por traer una Unidad Especializada del Ministerio del Interior, las mujeres de la zona tienen que ir a Colinas de Solymar o a Pando. Tampoco hay Servicio de Atención del Instituto de las Mujeres, tienen que ir a Pando o a Ciudad de la Costa. No a todas las horas hay transporte, recién este 7 de noviembre, luego de una larga negociación, se inauguró una línea que conecta la 101 con la 102.

Canelones, el ejemplo que elegí, tiene 30 municipios y se encamina a tener 32. Vista la enorme dispersión territorial y la dinámica productiva, tiene total sentido que exista una distribución del poder coherente con la forma de vida de la gente. Esos 30 enclaves político-institucionales son vitales para la participación de la gente, son vitales para las militancias, para todas las militancias. Acercar la utopía es hacerla posible, distribuir el poder, hacer posible que la complejidad nos prevenga de simplezas es el único camino.

Nohelia Millán es militante feminista.