¿Por qué se oyen en las radios avisos que instan a la población a apoyar los cambios en el sistema educativo? ¿Transformación, reforma, reestructuración, adecuación curricular o algún otro sinónimo de muchas sílabas proferido por un comentarista deportivo? ¿Se pretende que las familias que envían a sus menores a colegios privados los abandonen y se vuelquen en masa a las instituciones públicas? ¿Se tratará de una mera propaganda política? ¿Se intenta instalar el relato de que el gobierno es una entidad buena y dadora que se ve atacada por los intereses espurios de los sindicatos de la educación? ¿Las recientes Asambleas Técnico Docentes se manifestaron de acuerdo o en desacuerdo con las modificaciones que pretende imponer la ANEP? ¿Cómo ve el cuerpo docente esta situación? ¿Existen entre las personas formadas para la enseñanza quienes tengan la convicción que el camino planteado por los jefes lleva a buenos puertos?

¿Funciona adecuadamente el sistema educativo uruguayo? ¿Logra ser un mecanismo de movilidad social ascendente para la población desfavorecida? ¿Qué se aprende en educación inicial y primaria? ¿Egresa esa franja etaria en la que se sientan las bases sabiendo leer, escribir, calcular, pensar acerca del mundo, observar la naturaleza y convivir armónicamente en sociedad? ¿Se piensa en apuntalar a quienes, fruto de toda clase de condiciones adversas, no pueden aprender fácilmente? ¿Se dota a este subsistema de la necesaria jerarquización técnica y salarial?

¿Goza de prestigio la profesión que se encarga de construir los cimientos cognitivos de la población? ¿Quiénes quieren trabajar en primaria? ¿Qué se está aprendiendo realmente en la niñez en Uruguay? ¿Hay que creer fácilmente en los números de promoción? ¿Es transparente el sistema? ¿Se imaginan ustedes que egrese alguien de primaria sin saber leer y escribir? ¿Comprenderá esa persona las palabras “competencias”, “rúbricas”, “adecuación”, “transformación”? ¿Llegará hasta el curso en que se estudien los textos escritos por Julio María Sanguinetti? ¿Leerá a escondidas las versiones de Fernández Huidobro? ¿Se convertirá así en partidario del Foro Batllista o el MPP? ¿No pueden equipararse estos debates a la “Escola sem partido” que proponía el bolsonarismo, mientras dejaba de existir el Ministerio de Cultura? ¿Es válido, como suele hacerse, centrarse en los problemas de la educación secundaria y, raras veces, en la terciaria en vez de empezar desde el principio?

¿Tiene algún sentido que primero, segundo y tercero de liceo pasen a llamarse séptimo, octavo y noveno? ¿Aportan algo todos los nombres nuevos de materias? ¿Se piensa en aportar más contenidos y competencias, o se quitan horas de clase? ¿Hay que optar entre una formación artística y las llamadas ciencias duras? ¿Sería hora de eliminar los coros, el método científico, los razonamientos desafiantes y toda clase de pruebas? ¿Se trauma la gente cuando se le corrige la ortografía en su tierna edad? ¿O se siente mal cuando han pasado los años y se siente burra porque no consigue escribir? ¿Debe haber reglamentos del estudiante que consideren aspectos como el pasaje de grado? ¿Deben dedicarle interés y tiempo los estudiantes para comprender, recordar, resolver problemas, plantear preguntas, hacer proyectos o inventar historias, hacer canciones y aun investigar temas que les interese?

¿Gustarán los jerarcas de que su salud sea atendida por profesionales que egresaron de sus carreras sin poner a prueba sus conocimientos? ¿Dejarán su corazón en manos de estudiantes que han ido a clases a veces?

¿Dará lo mismo asistir o no al lugar físico donde se brindan servicios educativos? ¿Será lo mismo hacer todas las tareas, participar en clase y llegar en hora que todo lo contrario? ¿Estimula o estimulará nuestro sistema educativo la postergación del placer inmediato a favor de la reflexión y el trabajo? ¿Servirá para algo trabajar? ¿Queda abolida la ley del mínimo esfuerzo y los estudiantes adherirán entusiastas a las propuestas innovadoras del actual régimen de la ANEP? ¿Logrará la práctica anulación de la posibilidad de dar exámenes o repetir el curso que bajen los números de abandono del sistema? ¿O un sistema donde dé todo lo mismo provocará justamente lo contrario?

¿Gustarán los jerarcas de que su salud sea atendida por profesionales que egresaron de sus carreras sin poner a prueba sus conocimientos? ¿Dejarán su corazón en manos de estudiantes que han ido a clases a veces? ¿Qué sucede en una sociedad donde las reglas no son claras y donde las ideas no corresponden a los hechos? ¿Tienen alguna información sobre el funcionamiento del ser humano que no están compartiendo? ¿Planean mejorar la formación docente en contenidos, competencias y ética? ¿Pulularán cursos de posgrado en los que se formen especialistas en dificultades del aprendizaje? ¿Habrá presupuesto para contratar a gente formada en psicopedagogía, psicología, educación social o trabajo social? ¿Se construirán nuevos edificios para todos los niveles del sistema? ¿Se estimulará salarialmente la tarea docente o se preferirá invertir en los medios de comunicación? ¿Se buscará establecer vínculos con los avances en las diferentes disciplinas del conocimiento, por ejemplo a través de convenios con las universidades?

¿Está todo el sistema político de acuerdo con las autoridades actuales? ¿Se trata de algo novedoso lo que capitanea Robert Silva? ¿Será candidato en las próximas elecciones o irá a un organismo internacional? ¿Le interesa todo esto a la oposición? ¿Qué han hecho los gobiernos anteriores realmente por la educación pública? ¿Cuántas y cuáles de estas preguntas se pueden responder con datos y claridad? ¿Se avanza más con afirmaciones, con órdenes o con preguntas?