El miércoles 23 de noviembre se realizó un homenaje a Mariano Arana al declararlo ciudadano ilustre de Montevideo, en un teatro Solís colmado que lo reconoce como uno de los imprescindibles, cuyo nombre quedará asociado a nuestra capital por siempre.

La filarmónica cerró la jornada con un espectáculo que hizo honor al momento. Quedé pensando y asociando algunas situaciones al ver el desarrollo del concierto. En un primer momento, los músicos “calientan” sus instrumentos y los sonidos salen de forma desordenada y hasta caótica. Luego aparece el director batuta en mano, se producen aplausos y los distintos integrantes se acomodan en sus asientos aprontándose para comenzar. Al vaivén de la batuta la orquesta suena de forma afinada, cada concertista sabe el momento exacto en el que debe entrar y el énfasis que deben tener sus notas. Más allá de la atención a la partitura, la mirada puesta en el director hace que todo suene de forma armoniosa y el conjunto sea muy disfrutable.

Así sucedía en el salón de actos de nuestra Facultad de Arquitectura a fines de los ochenta: Mariano con una varilla de madera en su mano dirigía el avance de las diapositivas que se proyectaban y le daba el ritmo vertiginoso a su clase. Hacía crecer en nosotros la pasión por la arquitectura y el urbanismo y nuestro cariño por la ciudad.

Unos diez años antes, en 1979, se había conformado un colectivo que reaccionó ante la desafectación como monumentos históricos nacionales de una serie de edificios de nuestro casco histórico y la consiguiente demolición de muchísimos de ellos. Se denominó “Grupo de Estudios Urbanos” (GEU) y Mariano fue su cara visible. Su trabajo proactivo de denuncia, pero también de propuesta, desembocaría en poco tiempo en la creación de la primera Comisión Especial Permanente (CEPCV) en 1982. Así se realizó el primer inventario edilicio que tuvo nuestro país y comenzó un trabajo muy fecundo de defensa de nuestra memoria colectiva. Muchas personas colaboraron en esta tarea de asesoría al gobierno departamental y muchas organizaciones forman parte de esta institucionalidad.

Mariano fue el primer delegado de nuestra Sociedad de Arquitectos del Uruguay (que lo homenajeó también en el marco del día del arquitecto el 27 de noviembre) en la CEPCV.

Pasaron ya 40 años desde la creación de esta primera área patrimonial de la ciudad a la que luego seguirían varias más.

Es tiempo de reconocer a aquellos que lograron conformar este primer eslabón en la defensa del patrimonio, analizar nuestro presente y considerar de qué forma podemos aportar a la creación de futuro, siempre apoyados en nuestro pasado.

Entendemos que este aniversario no puede pasar desapercibido, que es momento de reconocer y potenciar el trabajo coordinado que se hace por lo patrimonial, incluyendo todas las miradas y logrando la sinergia necesaria para que la protección sea efectiva.

Debemos lograr la unión de autoridades departamentales, nacionales y municipales, públicas y privadas, la ciudadanía en su conjunto y así poder trabajar juntos en la revalorización de nuestro casco histórico, que en 2024 cumplirá los 300 años del inicio de su proceso fundacional.

Mariano Arana supo ser intendente en dos períodos, ministro, senador, edil y siempre un vecino más. Saber escuchar a todos, trabajar en forma colectiva y defender la ciudad, no sólo por sus edificios, sino por su gente.

Volviendo a Mariano. Junto a quienes conformaron el GEU tuvieron la valentía de hacer pública su denuncia en tiempos de dictadura, no se quedaron callados y demostraron que les importaba su ciudad.

Mariano supo ser intendente en dos períodos, ministro, senador, edil y siempre un vecino más. Saber escuchar a todos, trabajar en forma colectiva y defender la ciudad, no sólo por sus edificios, sino por su gente. La ciudad sin sus vecinos no es nada.

Su trabajo ha sido siempre un ejemplo para todos, más allá de cargos, organizaciones o partidos políticos. En la defensa de su, de nuestra Montevideo ha logrado que las más diversas miradas se unan para alcanzar juntas los objetivos, para que sea la ciudad más armoniosa y disfrutable posible para todos.

Al recibir el premio a la trayectoria otorgado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente hace unos años, comentaba los dos términos que se utilizan en francés para denominar a la ciudad: “ville”, que refiere a lo edilicio, y “cité”, que habla de los edificios incluyendo a la gente. Por la gente como centro es que ha dedicado su vida y su trabajo Mariano. Los vecinos como la razón de ser de la ciudad.

Nos comprometemos a seguir ese camino de trabajo y a llevarlo adelante en forma colectiva.

Gracias, Mariano, tan ilustrado como valiente.

Alberto Leira es arquitecto, especialista en Patrimonio e integrante de la CEPCV por el Concejo Vecinal.