Recortes presupuestales que se traducen –además de en la pérdida de poder adquisitivo– en grupos superpoblados, falta de personal administrativo y de servicio, ausencia de equipos multidisciplinarios, problemas edilicios y dificultades para cubrir todas las horas y cargos. Estas fueron algunas de las principales demandas que recibimos, junto a la consejera Daysi Iglesias, de los equipos docentes en nuestra visita a centros de primaria, secundaria y UTU con motivo del inicio de clases.
La serie de visitas se hizo en centros educativos de los tres subsistemas, acompañados por integrantes de nuestros respectivos equipos de trabajo, con el principal objetivo de transmitir a nuestras compañeras y compañeros docentes que en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) cuentan con representantes que se esforzarán por estar en contacto permanente con la problemática cotidiana que surge en la difícil tarea de sostener la educación pública.
Ya lo sabíamos, pero lo constatamos una vez más: si los centros no presentan dificultades mayores es por el inmenso compromiso y el amor vocacional que ponen en la tarea las y los docentes de nuestro país. Esto lo repito porque hay, en muchos actores políticos y mediáticos, una campaña que intenta desprestigiar lo que se hace todos los días en las aulas. Detrás de esa campaña está el objetivo de imponer transformaciones educativas de corte economicista, que recortan la preparación de hijos e hijas del pueblo a los efectos de que se amolden a las duras realidades socioeconómicas que se pretende imponer con la aplicación de inflexibles recetas neoliberales.
La docencia uruguaya está formada en una tradición pedagógica democrática, que defiende la autonomía como herramienta para forjar políticas educativas independientes del partido político de turno. Esa autonomía, que tiene rango constitucional, es la garantía para tener una ciudadanía que tome en sus manos el futuro del país. Requiere espíritu crítico, adquisición de conocimientos a través de las diferentes asignaturas, socializar y organizarse para defender los derechos. Una educación pública para formar individuos cultos, como garantía de libertad y búsqueda de la pública felicidad. Y no sólo nos referimos a la cultura “libresca”, sino a la del trabajo, forjada por generaciones de obreras y obreros con formación en nuestra escuela pública y por la Universidad del Trabajo, que saben defender sus intereses.
La autonomía no puede hacerse efectiva si no es a través de la participación de los actores del quehacer educativo. Es por eso que reclamamos insistentemente que se generen las condiciones materiales para que se pueda convocar a las Asambleas Técnico Docentes a nivel nacional. Nos referimos a los recursos económicos para la convocatoria a las asambleas nacionales, los viáticos para las reuniones presenciales de las comisiones permanentes y la proporción de locales adecuados para las reuniones correspondientes de las mesas permanentes y las citadas comisiones. También a dotar a estos importantes órganos del personal administrativo necesario. Sobre ese planteo recibimos una respuesta positiva del presidente del Codicen.
Creemos que es necesario utilizar una herramienta legal que consideramos idónea: la convocatoria al Congreso Nacional de Educación.
Por supuesto que debe respetarse, en el ámbito de la ANEP, el libre ejercicio de la actividad sindical, lo que permitirá que se aplique plenamente la Ley 18.508 (Negociación Colectiva en el Sector Público). Para ello hay que detener la escalada de sanciones pseudojurídicas contra dirigentes de los sindicatos de la educación, en especial por parte de la Dirección General de Educación Secundaria. Si bien en la negociación entre la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay y el Codicen ha quedado claro que en las carteleras sindicales se garantiza la libertad de expresión, lo que incluye la propaganda sobre el referéndum del 27 de marzo, hemos recibido información de incidentes entre sindicalistas y direcciones que han intentado eliminar la propaganda por el Sí de las carteleras, demostrado ser “más realistas que el rey”. Esto puede llevar a la peor de las limitaciones a la libertad de expresión: la autocensura. Confiamos en que las y los docentes sabrán defender sus derechos en sus centros de trabajo.
También es necesario abrir caminos de diálogo con el movimiento estudiantil, tanto de secundaria como de formación docente. En ese sentido celebramos la intervención de la consejera estudiantil del Consejo de Formación en Educación, Génesis Gallardo, en el momento de asumir su cargo. Sin la participación de la juventud estudiantil no habrá éxito en ninguna transformación educativa.
Se ha dicho que “la reforma no se puede hacer sin los docentes, pero tampoco sólo con ellos”. Coincidimos, por eso creemos que es necesario utilizar una herramienta legal que consideramos idónea: la convocatoria al Congreso Nacional de Educación.
Es en estas condiciones que queremos participar en el debate sobre la llamada transformación curricular, que por ahora tiene más anuncios generales que propuestas, aunque lo que se conoce genera alarma entre estudiantes y docentes.
Los consejeros electos por el colectivo docente estamos para transmitir la voz de nuestras compañeras y compañeros en el ámbito en el que se resuelven las principales líneas de acción educativa. Somos dos en un total de cinco integrantes del consejo, pero esperamos que se pueda realizar un trabajo de ida y vuelta con los trabajadores y trabajadoras de la educación, que nos permita fundamentar sólidamente nuestros puntos de vista en ese ámbito.
Como expresé al principio: en nuestra recorrida del lunes recibimos, una vez más, la confianza de la población hacia la educación pública y la alegría de niños, niñas y adolescentes en el momento de comenzar las actividades del año lectivo. Estamos convencidos de que el compromiso docente y sus organizaciones representativas son el principal soporte de la educación pública. Actuaremos en consecuencia.
Julián Mazzoni es consejero en representación de los docentes en el Codicen.