El 14 de abril de 1972 fueron asesinadas cuatro personas relacionadas –aparentemente– con el escuadrón de la muerte.1 El Movimiento de Liberación Nacional (MLN) habría sido la organización que llevó adelante esos homicidios (aparecieron volantes que lo decían). La reacción de las Fuerzas Conjuntas (FFCC, coordinación entre las Fuerzas Armadas y la Policía) fue feroz: esa misma tarde fueron acribillados ocho integrantes del MLN. También se movió el gobierno al más alto nivel: el presidente Juan María Bordaberry convocó a los líderes del Partido Nacional y el Partido Colorado (dejando fuera de la convocatoria al Frente Amplio, que había obtenido 18% de los votos en las elecciones de 1971). Esa misma tarde envió un mensaje a la Asamblea General con la solicitud de la “Declaración del estado de guerra interno”. Todo ese día y los días que siguieron, la violencia continuó impulsada por las FFCC y grupos de ultraderecha que tenían apoyo de aquellas. Algunos de esos atentados: disparos y bombas contra reconocidos integrantes del campo popular, allanamientos con extrema violencia a locales partidarios y sindicatos, ocho militantes del Partido Comunista fueron acribillados en Paso Molino en la Seccional 20.2

Reconstruir el pasado

No debería sorprendernos que hoy, a 50 años de aquellos terribles sucesos, los sectores que representan a los perpetradores de los peores crímenes de la historia de Uruguay coloquen sobre la mesa una vez más su defensa. Para no dejar pasar inadvertida esta situación es que siento la necesidad de reflexionar sobre ese momento y sobre lo que hoy sucede en nuestro país. Aquel pasado terrible sigue entre nosotros.

Ese año 1972 condensa el drama que vivió el país. Pero no hay que olvidar que toda la región estaba en una situación similar luego del golpe de Estado en Brasil en 1964. El avance de las derechas regionales se hacía sentir. En nuestro país, desde mediados de los 60, grupos de ultraderecha cometían atentados en las calles, sus propuestas y propaganda se difundían por los medios de prensa y radios de todo el país. Quizá la agrupación de esta índole más reconocida por su violencia sea la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), que hacia fines de los 60 y principios de los 70 tuvo una actuación amplia en buena parte del país.3

La persecución, tortura, asesinatos, destituciones de trabajadores eran dirigidos a los trabajadores organizados y a ciudadanos que se comprometían con lo que pasaba en al país y que veían cómo la vida de las mayorías se deterioraba día a día. Algunos de estos ciudadanos optaron por la vía armada para cambiar la realidad y defenderse de los ataques de los grupos de ultraderecha. Es decir, la violencia política estaba presente y era diaria. Pero la reacción mayoritaria consistió en protestas del movimiento popular que no ejercían la lucha armada.

Además es fundamental recordar que en octubre de 1972 las FFCC sacaron un comunicado anunciando que el MLN estaba derrotado y desarticulado. No es un detalle menor.

Entonces, ¿qué buscaban desde mediados de los 60 los sectores dominantes con la represión desatada? Podemos afirmar que lo que se buscaba era la aniquilación y destrucción de toda desavenencia, de toda oposición que pudiera ejercerse desde los sindicatos, los partidos de izquierda, el movimiento estudiantil, el movimiento cooperativo. Es importante recordar que la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) fue varias veces clausurada y sus dirigentes apresados y tratados como acusados de delincuentes por llevar adelante las reivindicaciones de cada sector. Lo que no cabía en ese “Uruguay liberal con plena democracia” era la organización para que los “malla oro” de ayer no acumularan tantas riquezas.

La extrema derecha muestra sus cartas

Hace unos días se planteó que Jorge Pacheco Areco era un rebelde. Pablo Stefanoni en su obra ¿La rebeldía se volvió de derecha? analiza y desmenuza este tipo de afirmaciones y las estrategias que vienen desarrollando estas derechas a nivel global. Al leer esta obra podemos apreciar que esta afirmación no es una cuestión aislada o una idea suelta de la extrema derecha local.

Ya en el hoy lejano 2019 se planteaba que este gobierno tenía en su composición rasgos fascistizantes. Los hechos y la realidad lo vienen demostrando, lamentablemente. Algunos se están convenciendo de esto. Bienvenidos.

Esta acción forma parte de un conglomerado que está operando a escala global, con expertos que trabajan para conocer qué están sintiendo y cuáles son los deseos de las personas. Las redes sociales en este proceso son claves. Allí se deposita la violencia por parte de anónimos, pero también por parte de connotados dirigentes políticos. En esas declaraciones y en otras se evidencia que la extrema derecha pretende dividir a la sociedad para, de esa manera, continuar en el poder.

La estrategia de presentar a Pacheco como rebelde abre la posibilidad para cualquier propuesta. Recordemos que bajo su presidencia fue que se gobernó bajo medidas prontas de seguridad de manera constante. Fue entonces que comenzó el camino democrático hacia la dictadura.4

Como se afirmaba antes, estas propuestas no están aisladas, sino que se relacionan con otras realidades regionales. Y es por eso que lo ocurrido en Bolivia con el golpe de 2019, lo que está ocurriendo en Perú, lo que ha ocurrido en Brasil desde el golpe técnico llevado adelante por el sistema judicial, debería hacernos pensar en algunas propuestas locales que se dirigen a la Justicia.

Lo que buscan estas propuestas es mantener la acumulación de riquezas y continuar ampliándolas. Por eso el movimiento popular organizado sigue siendo el fantasma al que temen estos sectores extremistas de derecha. No se esperaban la quijotada de la juntada de firmas ni el resultado del 27 de marzo.

Este accionar es parte de todos los integrantes de la coalición de gobierno (no así de muchos de sus votantes): de una manera u otra todos, han respondido a este llamado de coartar libertades de las protestas. La aprobación de la Ley 19.889 (ley de urgente consideración) es un claro ejemplo de recorte de derechos y libertades.

Ya en el hoy lejano 2019 se planteaba que este gobierno tenía en su composición rasgos fascistizantes.5 Los hechos y la realidad lo vienen demostrando, lamentablemente. Algunos se están convenciendo de esto. Bienvenidos.

Héctor Altamirano es docente de Historia.


  1. Entre otros puede consultarse: Demasi, C (cood.), La caída de la democracia. Cronología comparada de la historia reciente en Uruguay (1967-1973), CEIU-FHCE; Martínez, V, Los fusilados de abril: ¿quién mató a los comunistas de la 20?, Ediciones de la Banda Oriental. 

  2. Puede consultarse Bucheli, G, O se está con la patria o se está contra ella. Una historia de la juventud uruguaya de pie, Fin de Siglo. 

  3. Álvaro Rico ha propuesto y desarrollado este análisis en su vasta obra. 

  4. Puede consultarse Resoluciones XVII Congreso de la Federación Nacional de Profesores, 2019. 

  5. Puede consultarse Resoluciones XVII Congreso de la Federación Nacional de Profesores, 2019.