Mientras los líderes mundiales se reúnen en París en la Cumbre para un Nuevo Pacto Mundial de Financiación, investigadores latinoamericanos hacen un llamamiento urgente o soluciones innovadoras que tengan en cuenta las realidades de los países en desarrollo.
América Latina lleva mucho tiempo lidiando con problemas de política fiscal y deuda pública, que han resurgido en los últimos años. La pandemia de covid-19 redujo los ingresos públicos, aumentó el gasto público, incrementó el déficit y elevó la deuda pública.
Muchos países latinoamericanos han abordado las preocupaciones fiscales a corto plazo, pero las políticas actuales siguen siendo inadecuadas ante los profundos retos que plantea el cambio climático. La investigación está demostrando que, en el contexto del paradigma del cambio climático, las políticas fiscales actuales son insostenibles.
Necesidad de una nueva economía
El cambio climático plantea uno de los retos más acuciantes a los que se enfrenta la economía mundial en el siglo XXI. Sus efectos adversos sobre las actividades económicas, las condiciones sociales y el medioambiente son amplios. Repercute en todos los sectores, la productividad, la salud y los patrones migratorios. El cambio climático pone en peligro las perspectivas de crecimiento económico mundial a largo plazo, afectando de forma desproporcionada a los países de renta baja, especialmente a los que registran temperaturas más elevadas.
El Acuerdo de París, cuyo objetivo es limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C-2 °C, exige una movilización sustancial de recursos y cambios transformadores en los actuales estilos de desarrollo. Exige la construcción de una economía mundial neutra en carbono entre 2050 y 2070, e implica una importante movilización de recursos y cambios estructurales.
La transición hacia una economía baja en carbono intensifica las presiones sobre las finanzas públicas latinoamericanas y plantea riesgos significativos. La disminución de los ingresos fiscales derivada de los activos varados en el sector del petróleo y el gas afectará a varios países de la región (Bolivia, México, Ecuador). El impacto del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos sobre el PIB y la recaudación fiscal, junto con las dificultades para financiar proyectos clave de infraestructuras bajas en carbono, ponen en evidencia los riesgos fiscales asociados a la transición climática.
Los retos estructurales de América Latina
A pesar de contribuir con una parte relativamente pequeña de las emisiones históricas mundiales, la región es excepcionalmente vulnerable a los efectos perjudiciales de los fenómenos climáticos. Las poblaciones de bajos ingresos de los países latinoamericanos, que tienen una responsabilidad mínima en las emisiones, soportan de forma desproporcionada los impactos del cambio climático. Lograr una economía neutra en carbono y más inclusiva requiere transformaciones estructurales en los patrones de producción y consumo.
Luis Miguel Galindo es doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Fernando Lorenzo, exministro de Economía y Finanzas de Uruguay, DEA en Economía y Finanzas Internacionales en la Universidad Paris IX-Dauphine. Ambos investigan sobre la “Reestructuración de la deuda pública para la recuperación socioeconómica y la sostenibilidad en África y América Latina” desde la Red sudamericana de economía aplicada (Red Sur / IDRC).