No tenemos certeza de que la nota publicada en el diario El País el viernes 29 de diciembre sea una respuesta a lo que bajo el título “Los límites de la tan manida economía circular” expresamos en estas páginas el 22 diciembre de 2023. Pero nos damos por aludidos, porque el denominado Plan para la Valorización de los Envases y Materiales de Envasado (VALE) se basa en el concepto de economía circular y la llamada Responsabilidad Extendida del Productor (REP).

Daremos nuestros puntos de vista sobre lo que expresa la nota y las declaraciones de Fernando Pache y Gabriel Murara, presidente y vicepresidente respectivamente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).

Ya desde el título principal de la nota se trata de generar una gran expectativa al informar que “se vienen las máquinas con QR para canjear envases por plata”. Vayamos punto por punto.

Se expresa: “El Plan Vale de la Cámara de Industrias ya reúne a 2.900 empresas y toma nuevo impulso”. El “ya” no corresponde, pues ese número de empresas se fue conformando luego de largo tiempo, su comienzo data del año 2007, cuando se reglamenta la ley de envases, se aprueba el primer plan de gestión de envases del país y la CIU crea un fideicomiso donde recibir los aportes de empresas de todo tamaño, tanto de producción local como importadoras.

En segundo lugar, no se detalla cuáles son los envases y materiales de envasado por los que se pagará y algo más importante aún, no se establece el monto estipulado de dinero llamado reembolso o valor de depósito. De estos dos factores, aunque no sólo, dependerá la cantidad de envases que se puedan recoger. Hace un año, el vocero del Plan Vale, Agustín Tassani, en una recorrida por distintos medios de comunicación, anunciaba que se pagaría por casi todos los envases (incluido las bandejas descartables conocidas por la marca registrada Espuma Plast®) y que la suma de dinero podría andar en los tres pesos. A medida que pasaban los meses esa lista de residuos se fue achicando, quedando reducida actualmente a algunos envases de vidrio y básicamente a las botellas de plástico PET (tereftalato de polietileno) usadas para refrescos, aguas de mesa y aceites comestibles comercializados por las marcas Cola Cola, Pepsi, Salus o Cousa. La pregunta que debemos hacernos es si por un precio tan bajo de retorno habrá una significativa recuperación, considerando además que los lugares posibles donde ir por el reintegro de lo pagado serán un mínimo del total de sitios de venta.

En tercer lugar, hasta el momento son sólo cuatro las intendencias adheridas al Plan Vale. Seguramente otras lo hagan en los próximos meses, pero este partido de los envases y materiales de envasado se juega en todo el país, por lo que es fundamental que incluya a Montevideo, donde, por diferentes razones, se genera posiblemente no menos del 65% del total. Habrá que esperar qué sucede en este departamento, cuyo ejecutivo ha solicitado a la Junta Departamental la aprobación de una tasa que permita recaudar varios millones de dólares al año que mitiguen los elevados costos de recolección y disposición final que le generan estos residuos.

Si se pretende convencer sobre los buenos resultados que supuestamente traería el Plan Vale, tanto el Ministerio de Ambiente como la CIU deberían brindar información seria, completa y detallada sobre los envases incluidos.

En cuarto lugar, el instrumento conocido como Responsabilidad Extendida del Productor (REP) en el que se apoya el Plan Vale ha logrado magros resultados, y vale aclarar que no se trata de un principio “novedoso”, como señala el ministro de Ambiente, el contador Robert Bouvier, en una entrevista publicada por El País el 2 de diciembre de 2023. Tan poco novedosa es la REP que el 29 de noviembre 2023, el propio Ministerio de Ambiente, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, realizó un evento en la Torre de las Telecomunicaciones llamado Dos décadas de REP en Uruguay: avances y desafíos.

En quinto lugar, el Plan Vale también promete puestos de trabajo, incluso para clasificadores si es que lo desean. Pero a los clasificadores actualmente formalizados en el marco de la ley de envases, menos de 250 en el total del país (distribuidos en seis departamentos) les significará un claro retroceso en materia de derechos, ya que entre otras cosas pierden el control y beneficio de los materiales que se recuperen, pues pasan a tener un ingreso fijo y depender casi exclusivamente de la gobernanza privada de la CIU.

Si se pretende convencer sobre los buenos resultados que supuestamente traería el Plan Vale, tanto el Ministerio de Ambiente como la CIU deberían brindar información seria, completa y detallada sobre los envases incluidos y su precio de reembolso.

Y reiteramos, es una misión imposible mediante el principio de la economía circular y apelando sólo a la REP, recuperar los millones y millones de envases de distintos materiales y orígenes que cada día se vuelcan al mercado.

Jorge Solari es edil de la Junta Departamental de Montevideo por el Frente Amplio.