El problema en Medio Oriente no proviene de lo que pasó ahora y está pasando. Esto empezó en 1948 con la resolución de las Naciones Unidas, que Uruguay apoyó. Pero el problema se ha ido extendiendo continuamente, y a pesar de todas las reuniones y de todos los intentos que se han hecho, no se ha logrado una solución. Y no se ha logrado porque hay distintas posiciones, en ambas partes, que son muy cerradas y que perjudican toda posibilidad de que, por lo menos, los pueblos de Medio Oriente puedan vivir en paz y no tener que estar continuamente pensando en que puede pasar cualquier cosa.

Desde mi punto de vista, la única solución implica la intervención de las Naciones Unidas y que participen las dos grandes potencias actuales del mundo para llevar paz a esa zona. Y una paz muy especial, pero que es necesaria. No se puede pensar que se pueda seguir viviendo en la situación que viven ambos pueblos. Necesitan dormir tranquilos. Y no quiero calificar a las direcciones de cada uno. Porque han tenido errores de ambas partes, algunos peores que otros. Pero lo importante es buscar parar lo que está pasando, porque realmente es muy duro tener que calificar lo que está sucediendo en Gaza.

Hay que buscar una solución que sirva. Y lo que yo señalo es que se tiene que resolver, por las Naciones Unidas, una intervención armada organizada por Estados Unidos y China, respaldada cada una por determinadas naciones. ¿Por qué lo digo? Porque esto requiere que intervengan fuerzas respetables, que se fije una división, y que esas fuerzas se encarguen de controlar que no se produzcan hechos del tipo de los que sucedieron.

Hay asuntos que son difíciles de comprender. No se puede entender que el Mosad, que tiene un prestigio mundial de ser una de las mejores instituciones de espionaje, no haya podido entender que miles de personas de Hamas estaban preparando un atentado tan horrible como el que hicieron. Se informó que una sección femenina del ejército de Israel previno al Mosad de que iba a ocurrir una cosa como la que ocurrió, pero no le dieron la importancia que tenía. Israel tiene el apoyo absoluto de Estados Unidos. Porque ahí la colectividad judía tiene uno de los lobby más importantes, ahora está en el segundo o tercer lugar. Entonces, por un lado, intervendría Estados Unidos, que está junto a Israel. Por el otro lado, China, un país que no apoya a ninguna de las partes, sino que está tratando de resolver los problemas.

La única solución implica la intervención de las Naciones Unidas y que participen las dos grandes potencias actuales del mundo para llevar paz a esa zona.

A su vez, Irán tiene un compromiso muy grande con China, desde el momento en que firmó una alianza estratégica de cooperación económica por 25 años. China tiene relaciones con Irán y con Israel, tiene una relación absolutamente correcta con Arabia Saudita, con los Estados árabes, y tiene inversiones muy grandes. Por lo tanto, es fundamental que China intervenga en una solución.

Y entre los países árabes, hay cinco importantes en este asunto: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Turquía y Jordania. Y después pueden arrimarse otros países a cada una de las partes. Es decir, encargarse de controlar que se cumpla exactamente lo que resuelvan las Naciones Unidas. La democracia de Israel es importante, pero lamentablemente en este momento, y desde hace unos cuantos años, está manejada por la ultraderecha, con posiciones muy complejas, en algunos casos similares a las del gobierno iraní. Ellos quieren tirar todos los árabes al agua y los iraníes quieren tirar todos los judíos al agua. No se puede seguir intentando resolver este problema poniendo curitas, poniendo parches; es necesaria una solución profunda. Tenemos grandes personalidades desparramadas en el mundo que tienen gran capacidad de buscar soluciones. Y ellos pueden ayudar en comisiones especiales para estudiar a fondo todas las soluciones que puede haber entre los gobiernos de Israel y los árabes.

En este momento hay que pensar en los pueblos, tanto los pueblos de Israel como los pueblos árabes. Tienen que tener un poco de tranquilidad.

Bernardo Joffe es militante del Partido Comunista y expreso político.