Uruguay enfrenta múltiples desafíos en el presente y el futuro, a corto y a mediano plazo. Estos abarcan múltiples áreas de la vida nacional y exigen políticas públicas desde un nuevo gobierno que resolveremos el próximo 24 de noviembre.
Ello ocurre en un mundo que se encuentra en una etapa de “transición hegemónica”, lleno de incertidumbres, conflictos y amenazas, como hacía décadas que no se vivían, con una crisis ambiental dramática y una carrera armamentista desatada, un nuevo desarrollo de armamento nuclear, que puede generar la extinción de la vida en el planeta. Esto agrega desafíos a responder para que Uruguay intente “volver a estar en el mundo”, acorde a su mejor tradición de política exterior de Estado para hacer oír su voz por la paz, contra el gasto militar y por el desarme nuclear. Se agrega, además, la profundización de la lucha por la sostenibilidad ambiental y la lucha contra el cambio climático.
Tanto en los desafíos nacionales como en los globales, Yamandú Orsi cuenta con un partido como el Frente Amplio (FA), de probada capacidad de gobierno, con los más destacados equipos en todas las áreas de la actividad nacional e internacional.
El FA discutió y aprobó, con la participación de miles de ciudadanas y ciudadanos en un Congreso Nacional, su programa de gobierno. Este fue distribuido en todos los medios y masivamente entre los uruguayos y uruguayas.
En el acto de la Plaza de Toros de Colonia se resumieron las prioridades del programa y se difundieron también en forma masiva.
Existen antecedentes de búsqueda y logros de grandes acuerdos nacionales en los períodos de gobierno del FA. Renovación de la matriz energética, política nacional de inclusión informática con el Plan Ceibal y el Plan Ibirapitá, política exterior de Estado, acuerdos con el Congreso Nacional de Intendentes, para señalar algunos ejemplos.
En Canelones, nuestro candidato demostró su voluntad de encontrar acuerdos y logró grandes realizaciones que requirieron mayorías especiales.
Ahora el pueblo uruguayo debe decidir entre dos personas quién es la mejor preparada, la que cuenta con las mejores propuestas, la mayor capacidad de lograr acuerdos, la que cuenta con los mejores equipos y la que ofrece una garantía de gobernabilidad.
Ahora el pueblo uruguayo debe decidir entre dos personas quién es la mejor preparada, la que cuenta con las mejores propuestas, la mayor capacidad de lograr acuerdos, la que cuenta con los mejores equipos.
Yamandú cuenta además con una mayoría de 16 miembros electos en la Cámara de Senadores, de la que depende en gran medida la integración del gobierno. Una gran cantidad de designaciones de cargos de gobierno necesita de la aprobación de la cámara alta.
Yamandú Orsi ha anunciado durante toda su campaña (internas y nacionales del 27 de octubre) que aun con mayorías parlamentarias el país debe procurar los apoyos más amplios posibles. No lo dice ahora. Su discurso ha sido clarísimo y reiterado en todo momento y en todo el país.
En la Cámara de Diputados ninguno de los dos candidatos tiene mayoría. Yamandú ha afirmado categóricamente su intención de buscar los acuerdos necesarios para asegurar la aprobación de las leyes necesarias para el país.
La historia de los balotajes en nuestro país muestra que el FA siempre votó varios puntos más que en la primera vuelta. La decisión inquebrantable de buscar lograr el triunfo en el pueblo frenteamplista hace que ya todos y todas estén desde el 27 intentando, con respeto, convencer a la gran mayoría de los uruguayos y uruguayas.
La tradición y la cultura cívica de nuestro pueblo han demostrado en todos los balotajes que toma como natural la diferencia entre votar un partido en las elecciones nacionales en primera vuelta y votar un presidente cuando hay segunda vuelta. De allí la esperanza y la confianza en la victoria y el liderazgo nacional de Yamandú Orsi.
La ciudadanía confiará mayoritariamente en quien tiene la garantía de gobernabilidad en el Senado, el respaldo de una trayectoria de gobierno con enorme capacidad de escuchar, acordar, armar los mejores equipos y actuar siempre con inteligencia, razón y corazón. Fuerza, energía y firmeza, sin perder jamás su condición de cercanía, sencillez y sinceridad.
Carlos Pita fue embajador de Uruguay en Chile, España y Estados Unidos.