Nuestros adversarios políticos se juntan en Canelones porque definen que es la madre de todas las batallas. Nosotros estamos de acuerdo.

En las últimas elecciones, el Frente Amplio en Canelones en segunda vuelta sacó 26.000 votos menos que en la segunda vuelta de las elecciones de 2014. Exactamente la misma cantidad de votos por los que nos ganó la coalición en la segunda vuelta.

Canelones decide en junio, en octubre y en mayo de 2025. Los frenteamplistas somos conscientes de que no podemos volver atrás una vez más. Es tiempo de recuperar lo perdido en estos años, de renovar la esperanza y apuntar a un país de equidad, de solidaridad.

Se juega mucho en octubre. Se juega el destino de la primera infancia. Se juega no volver atrás en el Sistema Integrado de Salud y avanzar en una segunda generación de reformas, donde los centros de salud pública marquen el nivel de excelencia de la atención primaria y hospitalaria. Se juega una educación extendida, avanzada, inclusiva, donde los docentes y la sociedad toda sean parte de afirmarla.

Se juega mover la aguja con un plan sistemático y constante de erradicar progresivamente, sin promesas falsas, las viviendas de la vulnerabilidad. Se juega el derecho a la cultura como tema central de nuestros objetivos como sociedad. Se juega invertir o no en ciencia, innovación e investigación, para que Uruguay dé el salto imprescindible en conocimiento, crecimiento y calidad de lo que producimos.

Se juega que Uruguay sea un testimonio real y avanzado del compromiso con el ambiente. Desde el desequilibrio biológico que desencadenó la pandemia a las alternancias de sequías durísimas e inundaciones, todo esto pasó en Uruguay y vaya si lo sufrimos.

Estos cinco años desde el llano nos han mostrado con dureza que la única alternativa para que el pueblo uruguayo defienda y avance en derechos es el Frente Amplio en octubre.

Se juegan los derechos conquistados desde la sociedad, desde el feminismo, desde los jóvenes, desde los trabajadores, desde la diversidad.

Se juega que Uruguay sea un ejemplo de ética administrativa radical.

Nos jugamos un país de paz, integrado realmente a los países de la región, y con ellos pesar en los grandes nuevos bloques que se van conformando en el mundo.

Fuimos 15 años de gobierno, aprendimos, hicimos autocrítica de nuestros errores, valoramos con rigurosidad lo hecho. Pero estos cinco años desde el llano nos han mostrado con dureza que la única alternativa para que el pueblo uruguayo defienda y avance en derechos es el Frente Amplio en octubre.

Tenemos muy buenos candidatos: Yamandú, Carolina, Mario, Andrés. Cada uno de nosotros decidirá en junio su voto. Lo importante es que tengamos una gran votación en junio para preparar octubre. El candidato es el Frente Amplio, y los frenteamplistas, en cada uno de nuestros pueblos y barrios, jugamos este partido.

En la dictadura, en aquellos encuentros que vencían los límites de la represión tuvimos el enorme gusto en Las Piedras de juntarnos con Obdulio Varela, de una dignidad impresionante, y sus dos acompañantes entrañables: Víctor Rodríguez Andrade y Burgueño, entreala de Liverpool, suplente en Maracaná de aquella delantera impresionante.

Fue una noche extraordinaria, pero tal vez lo que más me impresionó fue la sabiduría de Obdulio y el cuento que nos hizo: después del primer gol de los brasileños, está todo el mito de cómo paró el juego con la pelota bajo el brazo y cómo encaró al juez para silenciar aquella multitud.

En realidad, nos cuenta Obdulio, fue para llamar a Rodríguez Andrade –que asentía el relato del Negro Jefe–, excelente lateral pero muy joven, y decirle: “Si seguís yendo adelante y descuidás al puntero, te cago a trompadas. Cuidá al puntero”.

Los canarios tenemos un compromiso ineludible: para ganar, “cuidá al puntero”: tu territorio en junio, octubre y mayo. No nos distraigamos.

Marcos Carámbula fue intendente de Canelones.