En 2024, la formación de promotoras/es adolescentes y juveniles por salud y autonomía generó un proceso fermental que comenzó simultáneamente en abril en Casavalle (Sacude) y en el oeste de Montevideo (Club Huracán), continuando en el noreste (Cedel Carrasco), en la zona rural oeste de Montevideo (Complejo Rural Oeste), en Bella Unión y en otros territorios. En Rocha, el proyecto Reconecta-Dos confluye en la misma dirección. Más de 150 adolescentes realizaron un proceso de formación cuyo punto de partida es aportar salud y cuidados entre pares y hacia las comunidades. Las/os promotoras/es son agentes activos en el autocuidado, el cuidado mutuo y el cuidado comunitario. En ese sentido, son protagonistas relevantes de la prevención y promoción de salud.

La voz de las y los adolescentes y jóvenes no es escuchada la mayoría de las veces, ni se generan suficientes mecanismos para que puedan construirla y expresarla en las dimensiones sociales, sanitarias, económicas y culturales involucradas. Se ha estudiado poco acerca de los adolescentes en nuestras comunidades.

Durante 2023 se hicieron varias actividades preparatorias del Congreso Dr. Pablo Carlevaro con relación a niñas, niños y adolescentes. La primera fue una conferencia sobre “Primera infancia. Diversidad de voces y miradas”, en el PTI del Cerro de Montevideo. La conferencia sobre “Adolescencias y juventudes con voz”, el 27 de mayo en Bella Unión, fue la segunda instancia colectiva.

Allí surgió la idea fuerza de seguir ampliando los intercambios entre colectivos juveniles de todo el país hacia la creación de una Red de Jóvenes con Voz. Con ese compromiso se organizó un encuentro-campamento en el parque Punta Espinillo de Montevideo el 7 y 8 de octubre, con más de 80 jóvenes de distintos barrios y departamentos, y se superó el centenar de personas con los referentes adultos.

Por último, en el Congreso Dr. Pablo Carlevaro se realizó el taller sobre adolescencias el 9 de noviembre, en el Centro de Conferencias de la Intendencia de Montevideo. Dos libros digitales fueron elaborados con los aportes de estas dos conferencias y el campamento de Punta Espinillo, que contaron con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).1

En 2024, los cursos de formación de promotores juveniles fueron una convocatoria descentralizada y participativa que motivó a muchos colectivos adolescentes y referentes adultos. Culminada la formación en seis zonas del país, continuarán con la realización de un encuentro-campamento a nivel nacional en octubre con todos los jóvenes promotores. También se realizará un encuentro preparatorio en setiembre en el Hotel del Prado con los grupos de adolescentes de distintos barrios de Montevideo.

Además de la educación comunitaria que estos cursos e intercambios desarrollan, se va construyendo una línea de investigación/acción, de formación y extensión, un espacio interdisciplinario en la Universidad de la República (Udelar), con una estrategia metodológica de investigación-acción-participación (IAP). La realización de diagnósticos locales juveniles, la elaboración de proyectos y planes locales, el fortalecimiento de los espacios adolescentes y el trabajo en red son ejes de estos procesos. Se va construyendo una Red de Jóvenes con Voz con inserción social y reflexividad, de formato horizontal, con apoyos académicos e institucionales variados.

Red de Jóvenes con Voz/s, razón de ser

Estamos asistiendo a sociedades en las que la acción de escucha a los y las jóvenes es cada vez más acotada. Los niños, niñas y adolescentes tienen mucho para decir y hacer, y los adultos son responsables de promover espacios para que sus voces sean escuchadas. Promover su participación e integración es determinante para, de esa manera, e interactuando con los adultos, encaminarnos hacia un entramado social que necesita de todos. La participación social en la construcción de la salud no sólo es un derecho humano fundamental, sino también una estrategia que enriquece contenidos y formas en las políticas públicas. Es una forma de abatir desigualdades porque permite que sectores postergados o discriminados puedan expresarse.

Desde la Red de Municipios y Comunidades Saludables se trabajó para tejer y darle dimensión a esta perspectiva junto con actores como el Programa Apex de la Udelar, la Intendencia de Montevideo, la Facultad de Psicología, sumando en cada territorio centros de salud, centros educativos (liceos, UTU), culturales, deportivos, juveniles y otros. El Programa de Fortalecimiento de los Barrios de la Intendencia de Montevideo ha sido una referencia importante este año. Es con metodologías participativas, horizontales, descentralizadas que se ha ido creando la Red de Jóvenes con Voz/s. Han sido muchas las actividades que pensamos en conjunto, con los propios jóvenes, articulando con actores locales, respetando sus espacios, con flexibilidad y criterios comunes.

En 2024 las experiencias de formación de promotores adolescentes y juveniles en zonas populares de Montevideo y el interior son un paso importante en un proceso que apunta a trascender lo puntual y continuar ampliándose. Estos jóvenes son voceros entre sus pares, generadores de apoyo e interés desde ese lugar, con adultos intercambiando y acompañando este camino. El objetivo general de los cursos es crear un espacio, sostenido en el tiempo, de formación de promotores sociosanitarios jóvenes que actúen sobre pares y comunidades para prevenir problemas de salud, promover calidad de vida, hacer oír su voz, fortalecer redes y avanzar en derechos. Para ello se utilizan herramientas lúdicas y participativas desde lo sentipensante, la confianza, la escucha y los vínculos solidarios entre pares.

El crecimiento rizomático del trabajo en red

Los modos de estar juntos en adolescencias y juventudes implican prácticas organizativas y experiencias que nos interrogan como sociedad y son un campo de investigación relevante. La falta de espacios es, asimismo, significativa en esta población.

Los cursos de promotores jóvenes con vos/z promueven ante todo el desarrollo de estos ámbitos donde los adolescentes se involucren activamente en actividades y decisiones que afectan sus vidas, sus entornos y sus comunidades.

Así, además de recibir información con relación a temas de salud, se adquieren habilidades para la vida y la inserción social, el desarrollo de autocrítica, administración de emociones y toma de decisiones en ambientes seguros, de confianza, inclusivos y en un marco de derechos. Participación adolescente, desnaturalización de las violencias, diversión segura, salud sexual integral, salud mental y bienestar emocional, salud colectiva y patrimonio ambiental son algunos de los temas abordados.

En este contexto se reconocen las potencialidades que aportan los jóvenes y adolescentes, su capacidad de creación, movilización, de rebeldía, de construcción de vínculos intergeneracionales.

Estamos asistiendo a sociedades en las que la acción de escucha a los y las jóvenes es cada vez más acotada. Los niños, niñas y adolescentes tienen mucho para decir y hacer.

Es muy destacable la articulación de actores diversos por zonas territoriales que sustenta cada una de las ediciones del curso. Policlínicas de la Intendencia de Montevideo y de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, centros educativos, centros culturales, instituciones sociales, cooperativas, centros juveniles, varios municipios de Montevideo, el Programa Apex, Facultad de Psicología, Bioética de Facultad de Medicina, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay y Amnistía son algunos de los participantes. El apoyo de la OPS ha sido relevante a lo largo de este camino. La Red de Municipios y Comunidades Saludables ha apostado a esa conjunción amplia de actores y saberes.

Por esto, creemos que los promotores con vos/z fortalecerán y crearán nuevos espacios de participación en sus comunidades, integrándose a una red de experiencias similares que se conectarán y apoyarán entre sí. Importa especialmente la adquisición de conocimientos para el desarrollo de diagnósticos y planificación participativa local, que permita la realización de microproyectos intergeneracionales en sus comunidades.

Espacios colectivos de formación e intercambios entre jóvenes

La participación de los/as adolescentes y jóvenes en espacios colectivos de intercambio sobre temas que les interesan se ha convertido en una herramienta central para dar forma y voz a sus demandas. Estos ámbitos donde se conversan experiencias, vivencias y emociones son lugares de nucleamiento que permiten compartir percepciones y anhelos. Vivimos contextos donde la primacía de la mercantilización de la vida social y del individualismo, la generalización de estereotipos de consumo, las violencias en los vínculos son obstáculos para políticas públicas que se apoyan en principios de equidad, participación y justicia social. No sólo operan como condicionantes las conductas económicas, sino las pautas culturales, la visión del mundo y sus vínculos.

Adolescentes y jóvenes son vistos muchas veces como un peligro, una amenaza, un elemento disruptivo para la sociedad. Romper la estigmatización de adolescentes y jóvenes requiere desmitificar nociones existentes que se reproducen por medios de difusión masivos y construir otras que respeten derechos y abran potencialidades.

Pensar en los entornos urbanos y rurales amigables con los adolescentes, mapear colectivamente los puntos de encuentro, de confianza, de expresión cultural, deportiva o comunitaria, las zonas de riesgos o amenazas, abre espacios para estrategias territoriales de integración y de participación. Un ejemplo podría ser el Presupuesto Participativo Juvenil. Como sugería Mercedes Clara, de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, es posible una gobernanza participativa donde los adolescentes y jóvenes se involucren activamente. Los gobiernos departamentales y municipales pueden abrir esos espacios juveniles, articulando con los centros educativos, sanitarios, sociales o culturales de cada territorio.

Estudiar las condiciones en que viven los adolescentes y las inequidades que sufren es el punto de partida para desarrollar políticas de cambio. Es relevante realizar investigaciones sobre las realidades existentes, contemplando su diversidad y los procesos donde los colectivos jóvenes participen en la generación de conocimientos y puedan incorporarlos en sus prácticas cotidianas. Construir respuestas a los problemas de niñas, niños y adolescentes es una gran prioridad nacional, un desafío como sociedad. Por eso la importancia de la investigación en este terreno y la producción de diagnósticos locales juveniles.

Cabe mencionar como uno de los ejemplos la investigación sobre inseguridad alimentaria en distintos territorios como los municipios A y F de Montevideo llevada adelante por la Udelar. Surge de ella que la inseguridad alimentaria grave alcanza a 2,8% de los hogares a nivel nacional, pero en el Municipio A sube a 20% de los hogares con niños, niñas y adolescentes y a 40% de dichos hogares con inseguridad alimentaria moderada. También casi 40% de los hogares con menores de 12 años en barrios como Punta de Rieles y Bella Italia tienen inseguridad moderada o grave. Esas desigualdades se multiplican en varias otras dimensiones que afectan la vida de infancias y adolescencias. Otro ejemplo claro es la investigación sobre salud mental y demanda insatisfecha en el Municipio A que está llevando adelante Apex actualmente.

Uno de los ejes integradores de políticas juveniles pasa por promover la construcción de identidades y subjetividades, junto con prácticas sociales comunitarias. Promover la participación protagónica de adolescentes y jóvenes requiere tener en cuenta el conjunto del entramado social, los grados de cohesión y participación existentes. Una agenda específica centrada en los componentes participativos de las políticas públicas incluye una mirada integral con perspectiva de generaciones, género, etnia y territorios, asumiendo que somos seres sentipensantes que nos construimos como sujetos en los vínculos con los demás y superando una mirada tutelar que coloca a adolescencias y juventudes en situación de subalternidad. Una propuesta que responda a las necesidades de esta población pasa por la creación de espacios, colectivos, redes, vínculos fuertes entre jóvenes. Para que puedan hacer oír su voz.

Gerardo Falco, Ruben Ibáñez y Pablo Anzalone son integrantes de la Red de Municipios y Comunidades Saludables de Uruguay.