Llama la atención la discusión que se dio en el directorio de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales del Uruguay (CJPPU) y la difusión de un comunicado en el que toman distancia de los dichos de Gustavo Grecco en una columna aparecida en El Diario Médico en enero, al tiempo que hacen un llamado a “extremar cuidados en sus manifestaciones respecto a la situación de la caja” y “aportar elementos que aseguren su viabilidad”.
Lo curioso de este comunicado es que si repasamos la prensa, tomando solamente el último año, vemos que estaba plagado de noticias de todo tipo respecto de la situación del instituto. Desde representantes de organizaciones de profesionales hasta directores del instituto se referían a la crisis de diferente modo, en radios, televisión y medios escritos, y ninguno de ellos motivó comunicado alguno.
El doctor Grecco aportó información rigurosa que en definitiva se constituye en insumos para que los profesionales tomen cabal conciencia de la crisis y de sus verdaderas razones. Este tipo de información es la que el directorio debería dar a los profesionales para desactivar los relatos infundados y los planteos de seudosoluciones que generan falsas expectativas y visiones radicalmente equivocadas.
Si el profesional que lee estas líneas no leyó la columna de Grecco, cosa que sugiero, le cuento que puede dividirse en tres ejes. El primero refiere a la incapacidad mostrada por los diferentes grupos de profesionales y los gobiernos al menos desde 2013 para acordar un modelo que diera sustentabilidad al instituto (2013 es el año del informe del Consorcio Deloitte Saldain & Asociados Equipos Mori, que era contundente y pronosticó el escenario que se está dando ahora). Otro eje, la manera en que el instituto debe ajustar su funcionamiento a las leyes, principalmente desde 2004 a la Ley 17.738 y a la reciente 20.130 y las consecuencias de su aplicación, y finalmente expone una serie de indicadores que evidencian la menor recaudación para hacer frente a los crecientes egresos (pago de prestaciones). Dicho de otro modo, los ingresos del instituto por aporte de activos y timbres profesionales (más del 90% de los ingresos) no son suficientes para hacer frente al pago de sus prestaciones; hay un desfase de siete millones de dólares mensuales. Ese es el tono de la columna de Grecco, de la que el directorio toma distancia.
Es el directorio el que debería explicar de manera clara la situación para hacerla entendible, sobre todo cuando desde la Comisión Asesora y de Contralor se elevó la iniciativa de implementar una campaña de difusión de información con la que el propio directorio estuvo de acuerdo, pero que no fue implementada.
El problema del instituto es estructural, entendiéndose por esto la forma en la que está diseñado. El modelo es sustentable hasta cierto punto, más allá del cual empieza a ser deficitario, o sea, el momento actual.
En definitiva, la columna de Grecco viene a aportar esa información que estaba faltando, contribuye a una discusión que los profesionales deberemos dar para definir qué caja de profesionales queremos o podremos tener. Nos dice que el problema del instituto es estructural, entendiéndose por esto la forma en la que está diseñado. El modelo es sustentable hasta cierto punto, más allá del cual empieza a ser deficitario, o sea, el momento actual. Reproduce en pequeña escala lo que sucede a nivel general con el sistema de seguridad social del país, pero, sabiendo de esta debilidad estructural, se mantuvo su tasa de reemplazo por encima del régimen general y el cálculo jubilatorio basado en sus tres mejores años a pesar de no contar con la masa de aportantes que financiaran esas prestaciones. Estas, entre otras, son las razones fundamentales de la crisis.
Este directorio, que nunca se manifestó sobre noticias que desde hace meses circulan en la prensa, que aluden a junio de este año como el momento en que se acaban las reservas para hacer frente a las prestaciones, que no sale a tomar distancia del director que, en una gran Chamberlain, blande los papeles de la salvación a contramano del resto del directorio; este directorio, que nunca cuestionó otros ataques infundados, sale con este comunicado atacando, como fue dicho, un material que aporta insumos para pensar. Pensar sin que nos gane la irracionalidad, porque todos los profesionales somos responsables de esta realidad, y pocas veces mejor dicho, por acción o por omisión.
El instituto no salva la situación actual con mejores inversiones o disminuyendo la plantilla o bajando sueldos de funcionarios, eso está demostrado. Debemos pensar sin la desviación omnipotente de que si me pongo a leer balances y memorias del instituto encuentro las claves para cambiar la situación, pensar sin caer en el subjetivismo de que la realidad es como yo la veo, sin tomar en cuenta que se trata de un problema de extrema complejidad y de abordaje técnico. Debemos pensar en clave solidaria, como el sistema solidario que es, y en cuanto tal, deberemos renunciar todos a algo en la medida en que, como dice Grecco, el instituto, tal como lo conocemos, no seguirá, y, por supuesto, pensar para aportar unidos a través de los gremios profesionales para defender los derechos adquiridos.
Este directorio trabajó mucho, pero en esto le erró, y mucho.
Ricardo Acuña Pomiés es integrante de la Comisión Asesora y de Contralor de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios.