La actual conflictividad internacional podría estar gestando un inminente rediseño de las fronteras políticas de varios países clave. El drama humano detrás de cada guerra, sobre todo en la era de los armamentos y de alta precisión, nos exige una reflexión profunda. Mucho se ha dicho sobre los grandes focos de tensión, pero ¿hasta qué punto estamos al borde de un cambio irreversible?
Rusia y Ucrania: fronteras en movimiento. Más allá de los orígenes o las legitimaciones, la guerra entre Rusia y Ucrania dejará, casi inevitablemente, una nueva configuración territorial. El avance ruso sobre las casi antiguas fronteras ucranianas es el caso más claro de un corrimiento físico de límites estatales en plena era moderna.
Israel y Palestina: ¿anexión a la vista? El segundo foco es aún más desgarrador. Cuando una superpotencia militar como Israel actúa como lo hace, sobre territorios palestinos, ya no se puede hablar sólo de ejercer su derecho de defensa contra Hamas. Más allá de los rehenes y del ataque terrorista, no hay duda de que se ha roto el principio esencial de la legítima defensa en cualquier Estado de derecho. Israel está usando una fuerza absolutamente desproporcionada, es decir que no hay una necesidad racional del medio empleado.
Todo parece indicar que podríamos presenciar –quizás antes de lo imaginado– cuatro grandes potencias con territorios ampliados: Rusia, Israel, China y Estados Unidos.
El gobierno de Israel manifiesta hoy abiertamente la intención de anexar parte –o la totalidad– de Gaza y quizás de Palestina. ¿Es este el preludio de otro cambio de fronteras, o queda aún espacio para el nacimiento de un gobierno palestino sin Hamas dando lugar a la consensuada idea internacional de dos estados independientes en el territorio del antiguo Mandato británico, coexistiendo Palestina e Israel? Pero las huellas de los hechos de hoy durarán por muchísimo tiempo y acarrearán muchas desgracias.
China y Taiwán: la paciencia estratégica. China continental observa la largamente proyectada recuperación de Taiwán, con una estrategia de largo plazo inigualable. Lo hace sin apuro, pero con la convicción hecha pública de que la reunificación (y, por ende, un cambio de fronteras) es cuestión de tiempo más que de deseo a cumplir de inmediato.
Estados Unidos: ambiciones en Groenlandia. Me sorprende muchas veces que haya voces que pongan en duda la potencia militar e industrial estadounidense. Hoy, el gobierno de Estados Unidos explicita la posibilidad de incorporar a Groenlandia, la isla más grande del mundo, bajo su órbita. Aunque actualmente está bajo el control de Dinamarca, su autonomía relativa y enorme peso estratégico la convierten en un objetivo de alto valor, materia defensiva por el acceso enemigo hacia la costa este de Estados Unidos. Pasando los 300 metros de profundidad del estrecho de Bering, se encuentra un foso de 3.000 metros de profundidad donde los submarinos nucleares que logran pasar por el estrecho prácticamente desaparecen de todo control.
En síntesis
Todo parece indicar que podríamos presenciar –quizás antes de lo imaginado– cuatro grandes potencias con territorios ampliados: Rusia, Israel, China y Estados Unidos. Las líneas en el planisferio podrían estar a punto de cambiar ante nuestros ojos.
Alberto Scavarelli es abogado. Este artículo fue escrito por el autor y revisado con asistencia de inteligencia artificial.