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Santiago Cardozo González

Posturas

La educación “contenidista” y la escritura: en defensa del saber y de la política

El saber disciplinar es una apuesta por una universalidad –por ello, es una apuesta política– ausente en el modelo competencial, centrado en lo singular de cada contexto, de cada comunidad, de cada territorio, más allá de algunos elementos generales que hacen a un campo de competencias compartido o deseado, sobre todo, por el mercado laboral o las necesidades de la vida más inmediata.
Educación primaria

La alfabetización como política de la escritura (parte III)

La aparición y hasta cierto tiempo el predominio de textos elementalmente utilitarios como objetos de estudio en las aulas escolares (textos del tipo de los afiches, los currículos, etcétera) ha respondido, según la idea general que vengo defendiendo, a una especie de empobrecimiento de la reflexión educativa sobre el lenguaje.
Foto principal del artículo 'El pliegue traumático' · Ilustración: Juan Pablo Palarino
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El pliegue traumático

¿Cómo se experimenta el lenguaje en el cuerpo, en la superficie de la piel, en la interioridad de los órganos y los tejidos, en las formas propagadas por doquier por el metabolismo? ¿Qué palabras o silencios hacen falta para poder decir lo que nos atormenta, el pasado que se desdibuja en la lengua olvidada que hablábamos cuando éramos niños, el ansioso deseo que busca fijar, en una gramática conocida, las emociones inefables de lo que resta advenir, la muerte?
Posturas

Como si fuera mugre: la basura del sistema a la intemperie

La “encandadeada” malla sombra colocada en el salón gremial del IAVA por orden de las autoridades educativas constituye una típica conducta policial que, de forma inequívoca, aunque se haga pasar por otra cosa (reformas edilicias), dice y marca: circule, acá no hay nada que ver; lo que está de este otro lado no es de su incumbencia
Posturas

El odio a la política

Para las autoridades educativas, los adolescentes solo tienen que ocuparse de ir a estudiar a sus instituciones escolares, sin hacer ningún barullo ni reclamar por el bien común que han llamado “democracia”.