La movida “1.000 tambores por el Pepe” fue una iniciativa de las redes frenteamplistas a la que se sumaron integrantes de distintas comparsas. Ayer vistieron remeras con banderas de Uruguay y la leyenda “La cultura dice presente. Pepe, aquí está tu gente”. Salieron de Plaza Cangancha. Dirigentes del Frente Amplio con experiencia en esas lides, como el ex ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi; y la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, encabezaron la comparsa sui generis, que ocupaba dos cuadras. “Nosotros venimos ensayando para las llamadas, pero hoy fue un toque de alegría por el gobierno popular que se avecina el 29 de noviembre”, exclamó Muñoz, integrante de la comparsa Al Toque Cardal.
A la altura de la Plaza del Entrevero llegó Mujica, de lentes negros y rodeado de decenas de personas que oficiaban como seguridad. “Matás con esos lentes, viejo”, exclamó un hombre. Y al ritmo de los tamboriles se sumó un “Pepe” coreado al final de la clave.
Ya en la Plaza Independencia, Mujica se sentó en las escalinatas del monumento a José Artigas, y allí se quedó durante más de media hora. Según explicó el líder de la Vertiente Artiguista, Enrique Rubio, estaba aprovechando para descansar de la caravana en la que participó por la tarde en Canelones. Empezó el desfile de niños que querían sacarse fotos con él, o de padres que querían que sus hijos se sacaran fotos con él. A dos de ellos no les gustó demasiado la cara del candidato. “A ver, saquen la foto que está puchereando”, pidió el protagonista a los padres, y aseguró que sería bueno trabajando en el INAU. Una mujer le contó los problemas que tenía su hijo, adicto a la pasta base. “Eso nos está matando”, comentó Mujica.
Una muchacha de remera llamativa también quiso la foto. “Antes no podíamos andar así. No se podía llamar la atención, había que esconderse de la policía. Ahora andamos todos regalados”, bromeó Mujica con una sonrisa. Contó que luego del partido Uruguay-Costa Rica recibió una llamada del capitán de la selección uruguaya, Diego Lugano, y que conoce a su familia, “una familia canaria de bodegueros”.
Estrictamente sobre política, dijo a la diaria que el candidato a vicepresidente por Partido Nacional, Jorge Larrañaga, sería un buen interlocutor en caso de que el Frente Amplio llegara al gobierno, ya que tuvieron “un buen diálogo en el Senado”. No obstante, dejó en claro que la decisión corresponde al Partido Nacional. Mujica ya había expresado la semana pasada que le será difícil entablar un diálogo permanente con su rival, el candidato nacionalista Luis Alberto Lacalle, en caso de que el FA llegue al gobierno. Las relaciones con el ex presidente no son las mejores (a modo de ejemplo, en su último artículo del blog Pepe tal cual es lo acusó de formar una sociedad anónima de entretenimiento con el ex presidente Jorge Batlle); en cambio, mantuvo durante este período buenos vínculos con Alianza Nacional y con su líder, Larrañaga.
Sin embargo, durante la campaña electoral hubo cruces fuertes entre ambos: el nacionalista acusó a Mujica de intolerante y de no ofrecer seguridad y el frenteamplista le retrucó tratándolo de “perro faldero”. Mujica dijo a la diaria que esa situación fue “fea”, pero opinó que ahora hay que tratar de “no decir algo que pueda agravar las cosas” y de permitir que el tiempo vaya limando las asperezas.
El candidato también se refirió a la afirmación de Lacalle en el programa Sonia entrevista de canal 5, donde aseguró que “comprará muchas de las propuestas del programa del FA” si llega al gobierno. “Hay muchas cosas en los programas de todos los partidos que si las pasás por el sedal son comunes. Por ejemplo, en educación”, indicó, pero no quiso pronunciarse sobre si esto demuestra la voluntad de Lacalle de alcanzar acuerdos. “Se ve la cara pero no el corazón”, comentó.