El presidente Vázquez no hizo demasiado esfuerzo por disimular su alegría ayer por la noche, cuando bajó del coche junto a su esposa, María Auxiliadora, y se fundió en un abrazo con el ganador de las elecciones.

Antes, en un intento de guardar las distancias, había llamado por teléfono al candidato nacionalista, Luis Alberto Lacalle, que en su discurso le reconoció la deferencia (ver nota "No hay más remedio"). Pero ayer Vázquez abandonó la compostura previa a las elecciones y estuvo largo rato abrazado con quienes, dijo, son en primer lugar la fórmula electa, en segundo lugar compañeros de militancia y en tercer lugar “dos queridos amigos”. “Ahora, otro gobierno del FA”, manifestó con alegría antes de reunirse con Mujica en las instalaciones del hotel. Minutos más tarde, los tres se dirigieron al estrado.

Le monde

Era de esperar. La expresión “guerrillero tupamaro” fue la preferida de todas las agencias de noticias que cubrieron las elecciones y que tuvieron que explicar quién gobernará este “pequeño país sudamericano” durante los próximos cinco años. La tormenta que azotó Montevideo y la edad de Mujica fueron los otros tópicos más utilizados por los corresponsales extranjeros.

“Mujica: de guerrillero a presidente”, tituló anoche BBC Mundo en su sitio de internet y luego continuó explicando: “A los 74 años de edad, Mujica, conocido popularmente como Pepe, será el presidente de más edad en la historia de Uruguay, y de la región en la actualidad”. “Mujica, de la guerrilla a la presidencia de Uruguay” fue el encabezado de la agencia Reuters, mientras que Ansa se refirió al “primer ex guerrillero, cautivo de la dictadura (1973-1985), en alcanzar tal investidura en el país”. La agencia italiana definió a Mujica como una “suerte de filósofo rústico, de mirada pícara y con un refrán a mano”, que se ha transformado en el “dirigente popular más original del último medio siglo de su país y una “rara avis” en el “firmamento temperamental uruguayo, más formal”. “Ni el viento ni el agua impiden los festejos por el triunfo de Mujica”, fue el título que eligió la agencia EFE para una de las notas de su cobertura. El País de España habló de la llegada a la Presidencia de un “reconocido dirigente de la izquierda latinoamericana”, con una “polémica y dura historia personal”. “Fue dirigente de una guerrilla armada y urbana y sufrió torturas y 15 años de prisión bajo la dictadura militar”, recordó el diario madrileño.

El triunfo del Frente Amplio era anoche la noticia más destacada en los sitios de la vecina orilla. “Mujica se impuso en el balotaje y será el nuevo presidente de Uruguay”, decía a la medianoche la nota principal de la versión electrónica de Clarín, ilustrada con una foto de Vázquez, Mujica y Topolansky. “Por otro paso al Frente: ‘Pepe’ Mujica ganó el ballotage”, fue el titular de Página 12, mientras que el diario La Nación eligió para el encabezado la frase “Ni vencidos ni vencedores”, utilizada por Mujica en su primer discurso como futuro presidente.

El discurso del presidente electo y sus posteriores apariciones televisivas tuvieron un tono conciliador. Le bajó perfil al triunfo electoral y se encargó de marcar que la jornada electoral no deja un saldo de vencedores y vencidos. Apeló siempre a términos como humildad, respeto y trabajo, y se comprometió a tender puentes con el Partido Nacional, el Partido Colorado y el Partido Independiente. Entre las figuras más visibles de la oposición se encargó de repetir su interés en que Jorge Larrañaga se convierta en el principal interlocutor para los próximos cinco años. Así pasó que el candidato a la vicepresidencia por el Partido Nacional se convirtió en el “compañero senador”, mientras que el presidenciable fue siempre “el doctor Lacalle”.

“Si tú tienes alegría, no cometas el error jamás de ofender a los que optaron por otra opción. Mañana la patria continúa y el compromiso continúa. Se los pide, se los ruega un viejo luchador que te precisa, que nos precisamos, y gracias, Tabaré, porque hemos ganado por la obra de este gobierno, por la continuidad de este gobierno”, sintetizó Mujica, en un pasaje de su discurso bajo la lluvia. A diferencia de la tónica de la campaña, según explicitó, Astori presentó a Mujica, obviamente, como el nuevo presidente del Uruguay, y se lo veía eufórico, como los miles que llegaron desde temprano a la zona de la rambla.

“Es el mundo al revés, en el estrado tendrías que estar vos, y nosotros aplaudiéndolos a ustedes. Recordemos en esta noche de alegría que hay compatriotas que tienen tristezas y son hermanos de nuestra sangre. Por eso, ni vencidos ni vencedores, apenas elegidos en el gobierno”, fue una de las primeras frases que compartió el presidente electo.

Luego le pidió “perdón” a Larrañaga porque en algún momento su “temperamento de combatiente” le llevó la “lengua demasiado lejos”. “Mañana estaremos juntos. Salud. Me ha saludado el doctor Lacalle. Vaya mi reconocimiento al pueblo blanco, vaya mi reconocimiento al doctor Pedro Bordaberry y al Partido Colorado, también mi reconocimiento explícito al Partido Independiente. Ya conversaremos tratando de lograr todo lo que podamos, en el sentido de unidad hacia el futuro”, manifestó.

Mientras Mujica decía eso, la mayoría de la gente abucheaba las disculpas públicas y se escuchó con más fuerza el “es para el Cuqui que lo mira por tevé”. Hoy a las 19.00 Mujica tiene pactada una reunión con Bordaberry y el jueves se reúne con integrantes de los tres partidos con representación parlamentaria, intentando avanzar en acuerdos.

El presidente electo saludó después a los “hermanos de América Latina” que representan “bien, mal o regular” las esperanzas “frustradas” de un continente que intenta “juntarse como puede”. En ese momento la lluvia y el viento aumentaron su intensidad y cada vez se hacía más difícil permanecer en el lugar.

Mujica comenzó a entonar la retirada: “Querido pueblo, te estás mojando. Estamos contentos, se multiplica el compromiso. ¡Viva el compromiso, viva la esperanza! Y recuerda: pasará el tiempo y ahora es tiempo del compromiso. Y tú tendrás que reponer lo que hay acá, y sacarás de tus entrañas lo que más te representa y lo pondrás acá. Todo esto es transitorio, lo permanente sos vos, ser anónimo, omnipotente, y ay de aquellos que creen que el poder está arriba y no se dan cuenta de que el poder está en el corazón de las grandes masas. Gracias y hasta siempre”, sentenció. Tal vez atento al inminente desastre climático, Mujica abrió el paraguas con sus últimas palabras: advirtió que en la presidencia seguramente cometerá errores, pero su equipo de gobierno no hará “sebo” y no les dará la espalda a los problemas”. “Estaremos siempre juntos en las horas de dolor”, prometió.

Canto por vos

Era la madrugada en Montevideo y los miles de frenteamplistas que salieron a la calle permanecían en 18 de Julio, con los vasos en alto.

Fueron hasta ahí casi obligados, después de que el fuerte temporal puso punto final a los festejos sobre la rambla portuaria. “Esta lluvia de mierda no puede parar, son los blancos que no paran de llorar”, cantaban decenas de militante por las calles de la Ciudad Vieja, que pese al diluvio seguían al firme con los tetrabricks, las botellas de cerveza y las primeras sidras navideñas.

El cierre de la jornada electoral tuvo muchos sonidos, principalmente por la Ciudad Vieja y el centro de la capital, aunque también en el resto de los barrios y en el interior. Los tres principales dirigentes del FA se abrazaron arriba del escenario mientras sonaba de fondo “A don José”.

Entre los simpatizantes que estaban detrás del vallado se impusieron las referencias al adversario. No faltaron los más amables “mirá que bonito mi voto es” y “del Frente soy yo”, pero la dureza de la campaña parece que generó sus secuelas: los más escuchados fueron “es para el Cuqui que lo mira por tevé” o un “y llora, y llora, y llora Cuqui, llora”.

Mientras Mujica exhortaba desde el escenario al entendimiento y reconocía al resto de los partidos, un muchacho replicaba con un maradoniano “que la chupen”. La marcha frentista llegó hasta la zona destinada a los festejos del Partido Nacional, a partir de Arenal Grande. Allí los esperaba un vallado y unos 30 policías, pero no hubo incidentes. El festejo continuó hasta entrada la madrugada.