Una mística, un sentimiento o una especie de comunión espiritual. En esos términos ha definido José Mujica su ligazón con el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), una organización que mucho tiene que ver con su ascenso a la Presidencia. En una jornada cargada de simbolismos, la diaria conversó ayer con cuatro veteranos compañeros de Mujica, que comparten con él esa fibra tupamara: Eleuterio Fernández Huidobro, Ernesto Agazzi, Mauricio Rosencof y Luis Rosadilla.
“Hace algunos años nos preguntaban, en tono insultante, para qué habíamos sobrevivido. Aquí está la respuesta, para esto sobrevivimos”, dijo Fernández Huidobro, que conoce a Mujica desde 1961, cuando “esto”, según admitió, era imposible de imaginar. “Éramos jóvenes y estábamos para otra cosa. A ningún muchacho se le cruza por la cabeza ser presidente, y si hay alguno que sí lo está haciendo es porque está para internar. Si en aquel momento hubiera inventado una cosa como ésta, y tengo imaginación, me habrían dicho, con derecho, que era una mala novela”, apuntó.
Los sectores mujiquistas, según Fernández Huidobro, tendrán que actuar con “generosidad y articulación” porque ésta no será “la hora de las mezquindades”, alertó. “Para mí la hegemonía es una mala palabra, es un término odioso que ha provocado grandes catástrofes en los países en los que se aplicó. La única hegemonía válida es la del corazón y la conciencia, pero ninguna otra sirve, ni la de los cargos ni la fuerza. Pero el riesgo siempre está porque esas tentaciones siempre existen. Y siempre hay tarados. Einstein decía que estaba convencido de dos cosas: que el espacio es infinito y que la estupidez también”, sostuvo el Ñato, al tiempo de agregar que Mujica deberá combatir esa estupidez para que no “le pasen por arriba”. “La historia de la humanidad es la de la lucha contra la estupidez, y el día que la humanidad aflojó, la estupidez pasó a ser la fuerza hegemónica”, alertó Fernández Huidobro.
Su compañero en la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), Rosadilla, releyó por estos días la novela Historia de Garabombo el Invisible, del escritor peruano Manuel Scorza, y llegó a la conclusión de que Mujica se parece al personaje de esa obra. “Es Garabombo porque está en todos lados sin estar en ninguno, tiene un pedacito en cada uno de nosotros, a todos nos refleja y todos discrepamos con él en algún momento. Pero incluso los que no lo votan lo quieren”, afirmó. “Es el día más feliz de mi vida, y me acuerdo de mis hermanos muertos, biológicos y políticos. Me gustaría que lo pudieran disfrutar con nosotros. Son la inocencia y la humildad”, dijo Rosadilla.
Agazzi, en tanto, pasó la jornada de ayer “parado en la punta de los pies”, como los basquetbolistas que van a buscar un rebote. Los dirigentes más veteranos del MLN pagaron por años el “precio social a la marginación” y ahora ven cómo “legítimamente” se revierte esa situación. “Lucía es la senadora más votada, Ivonne preside la Cámara de Diputados, Pepe en la Presidencia y el Bicho como un articulador político de primera. En nuestra familia política tenemos una satisfacción por el reconocimiento público, que no es lo mismo que una alegría por nosotros”, argumentó.
“No es falso orgullo, ni sentirse más que nadie. Pero acceder a estos lugares porque el pueblo te coloca es diferente a llegar hasta donde otros dirigentes te permiten”, continuó. Agazzi prevé que la llegada de Mujica a la Presidencia servirá para dejar atrás los años 60, la polarización del país y, en última instancia, la teoría de la seguridad nacional, que significó un “manto” impuesto desde afuera y que actores locales nacionalizaron. “Pero superar esa etapa no significa tener una verdad histórica. Ni Pepe ni ninguno de nosotros sentimos eso”, aclaró. Recordó a Jorge Salerno, un estudiante de Agronomía del MLN fallecido durante la toma de Pando. “El Flaco estaría abrazado a la bandera, cantando sus canciones. Es claro que estos días nos emocionamos muchos, porque es toda una vida por esta causa. Es una pena que muchos no estén como nosotros”, sintetizó.
Rosencof compartió con Mujica el comando de la columna 10 del MLN, y luego recorrió calabozos, junto a él y Fernández Huidobro, durante once años y medio. “Estaba dentro de los cálculos”, respondió cuando se le consultó sobre la llegada de Mujica a la Presidencia, y luego agregó: “una de las razones de nuestra resistencia fue estar vivos y enteros, como un acto de militancia, teníamos que resistir para dar testimonios. Pero no nos preocupa que la historia nos dé la razón”. En estos momentos, según Rosencof, hay que actuar “con más frenteamplismo que nunca”, y ser fieles a la “tradición, la filosofía y el pensamiento” de Liber Seregni. “Nunca tuvimos falta de generosidad, pero si hay que poner más todavía la pondremos, para pegar un salto de calidad en el próximo quinquenio”, señaló. A la salida de la dictadura en 1985, el líder tupamaro Raúl Sendic planteó integrarse a la lucha institucional y democrática “sin cartas en la manga” y claramente no lo decía por la eventualidad de que una figura como Mujica llegara a la Presidencia.
“Pepe piensa mucho en Raúl por estas horas, cuando habla de los que quedaron por el camino piensa en él”, aventuró.