Vázquez empezó la cumbre presentando a la fórmula electa por el Frente Amplio, que lo flanqueaba en la cabecera de la larga mesa de deliberaciones: a su derecha Mujica, y a su izquierda Astori. “Tendremos el honor los uruguayos de tener a un señor presidente”, manifestó. En el transcurso de la cumbre, los elogios a Mujica continuaron. El primero fue el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien también se congratuló por la reelección de Evo Morales en Bolivia el pasado domingo. “Uruguayos y bolivianos dijeron sí al proyecto de cambios en beneficio de los trabajadores y los excluidos, pero también hicieron una apuesta por el Mercosur y por una América más integrada”, resaltó. Además, le prometió a Chávez que hoy el Senado de Brasil aprobará el ingreso de Venezuela al Mercosur.
Bilaterales
Fernández y Vázquez evitaron hacer referencia durante la conferencia de prensa al conflicto bilateral por la instalación de Botnia. Vázquez se limitó a acotar que se trata de “un pequeño punto de discordancia” en el marco del amplio relacionamiento entre ambos países. En tanto, los gobiernos de Brasil y Uruguay destacaron en un comunicado la implementación de una línea de transmisión de 500 kilovatios para facilitar el intercambio de energía entre ambos estados.
Le siguió el mandatario paraguayo, Fernando Lugo, que saludó “al pueblo uruguayo por esta victoria de la democracia” y destacó que, aunque “la puja electoral se ha dado entre modelos de país muy diversos”, transcurrió “en un contexto de fortaleza institucional y estabilidad democrática”. “Admiro al FA como un laboratorio plural de políticas progresistas”, expresó. Consideró que Mujica es “un símbolo del reencuentro del país consigo mismo, con las cicatrices del pasado cerradas”, y, al igual que Lula, señaló que “triunfó la propuesta que apuntaba a más integración”.
Chávez felicitó al “Pepe Mujica” (así lo llamaron todos los representantes extranjeros) por “la gran victoria democrática, que es de todo el Uruguay”. “Felicitaciones, Pepe, felicitaciones con todo este corazón surista y bolivariano. Ojalá las derechas de este continente terminen de entender que nosotros, los hombres y mujeres de izquierda, traemos garantías de estabilidad. No hay retorno en este continente”, expresó el mandatario venezolano.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, cerró la ronda felicitando “especialmente al Uruguay, a su pueblo”. Destacó que la sociedad uruguaya pudo “dejar de lado el bombardeo mediático” nacional e internacional que se realizó contra Mujica y lo eligió como presidente. “La gran felicitación es para el pueblo uruguayo, por su madurez cívica, por su educación en el exacto sentido que la palabra tiene”, destacó Fernández.
Las delegaciones de la mayoría de los países asociados al Mercosur -Ecuador, Chile, Perú y México- también felicitaron pero en un tono más diplomático la victoria de Mujica. Al vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, se le pasó por alto el saludo porque su intervención estuvo destinada prácticamente en su totalidad a contestarle a Chávez.
Martillo y cuenta nueva
Argentina desempeñará en este semestre la presidencia pro témpore del bloque regional en sustitución de Uruguay. Vázquez le dijo ayer a Fernández que está seguro de que su gestión será “brillante” y le regaló un martillo de juez como símbolo de la justicia. “En realidad, no sé muy bien para qué sirve esto”, le confesó Vázquez. “Yo sí. Espero no tener que dárselo en la cabeza a alguien”, le respondió Fernández. Uruguay aprovechó la instancia para realizar un balance de su gestión durante el último semestre. El canciller Pedro Vaz destacó que, si bien no pudo concretarse, se registraron avances en la eliminación del doble cobro de Arancel Externo Común, se instaló un observatorio regional permanente sobre integración productiva, se promovió la creación de una comisión para analizar la reforma de la estructura orgánica del Mercosur y se propuso una revisión del reglamento del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem). Vaz destacó, además, el impulso a las negociaciones con la Unión Europea (ver edición de ayer). Fernández anunció que Argentina hará énfasis en la solución de las asimetrías y buscará concretar avances en la negociación con la Unión Europea, empezando por los temas en los que hay acuerdo y dejando para lo último aquellos en los que hay discrepancias, como los subsidios agrícolas y la protección industrial. En este caso se propondrán mecanismos que permitan una adaptación progresiva a los requerimientos del libre comercio entre ambos bloques. Advirtió que el proteccionismo no pasa solamente por la actitud que se tiene en el plano aduanero ni por los subsidios, sino también por la política con relación a las zonas francas, en un claro mensaje a Uruguay.
Precedente complicado
El Mercosur emitió ayer un comunicado especial en el que reiteró “su más enérgica condena al golpe de Estado en Honduras”, y consideró “inaceptables las graves violaciones de los derechos humanos y libertades del pueblo hondureño”. Ante la no restitución del presidente constitucional Manuel Zelaya, los mandatarios de la región manifestaron “el total y pleno desconocimiento de los comicios electorales realizados por el gobierno de facto, los cuales fueron desarrollados en un ambiente de inconstitucionalidad, ilegalidad e ilegitimidad, constituyendo un duro golpe a los valores democráticos de América Latina y el Caribe”.
El comunicado fue firmado exclusivamente por los miembros plenos y en proceso de adhesión al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela), ya que la mayoría de los asociados reconocen las elecciones realizadas en Honduras. Esto motivó algunos cruces en la cumbre. Lugo advirtió que “se ha sentado un precedente político hemisférico peligrosísimo”, ya que se quiere “presentar un golpe de Estado como una vía apta para celebrar procesos electorales, se cercena el derecho a la información y a la reunión, se amedrenta a la población y se desarrollan las elecciones en un marco de ausencia de garantías”.
Fernández cuestionó a la Organización de Estados Americanos (OEA) por no adoptar una posición firme en este tema, y remarcó que es “imprescindible entender que paz y democracia van de la mano”. Durante la conferencia de prensa posterior, la presidenta argentina sugirió que podrían tomarse medidas económicas contra Honduras, pero que sería recomendable hacerlo en el ámbito de la OEA.
Chávez fue aun más directo y apuntó a los representantes de los países asociados y a Estados Unidos. “Hay gobiernos que están aquí sentados que reconocen al gobierno de Honduras, eso es preocupante, no podemos evadirlo. Si lo mismo pasara en Venezuela o en Brasil, ¿eso significa que los gobiernos de Colombia y Perú también van a reconocerlo?”, preguntó. Y cuestionó al presidente estadounidense, Barack Obama. Dijo que no tiene “ningún tipo de vergüenza” y que “venía a hablar de futuro pero está apoyando el pasado”. “El imperialismo es de Obama, que está poniendo siete bases en Colombia”, señaló, y afirmó que junto con Lula detectaron “mucho movimiento” en algunas de esas bases. Luego quiso aflojar un poco la tensión afirmando que no quiere ninguna guerra con Colombia. “Lo último de este mundo sería una guerra con un hermano pueblo”, aseguró.
Las respuestas de los Estados asociados no se hicieron esperar. El vicepresidente de Colombia dijo que hay una diferencia entre el golpe de Estado de Honduras y los golpes de los 70 y los 80, “a pesar de que sigue siendo un golpe”. Afirmó que el continente “no puede olvidar lo sucedido” pero que tampoco puede negar que “el referendo que propuso Zelaya [para consultar a la población su disposición a realizar una asamblea constituyente] fue negado por el congreso y por la suprema corte” de ese país. Además, se quejó del “bloqueo comercial de Venezuela sobre Colombia”, “a todas luces ilegal”, que está haciendo que “mucha gente humilde pierda su empleo”.
Por su parte, la canciller de México, Patricia Espinoza, mostró una posición ambigua que molestó a Chávez. Ese país decidió también reconocer las elecciones en Honduras. Espinoza dijo ayer que éstas son “una condición necesaria pero no suficiente para la normalización de la vida democrática en Honduras”. Afirmó que hay que “promover el diálogo para que se alcance una solución pacífica”, que México comparte la necesidad de que se restituya a Zelaya en su cargo y de que “cese el hostigamiento a la embajada de Brasil”, pero apuntó que ahora debe conformarse un “gobierno de unidad” e instalarse “una comisión de la verdad”.
En ese momento Chávez pidió nuevamente la palabra, ante la alarma de Vázquez, que le recordó que quedaba una lista larga de oradores. “No podemos aceptar nada salvo que Zelaya vuelva al gobierno y que haya nuevamente elecciones. La intervención de la canciller de México me deja muy preocupado, porque es como que ir buscando [excusas]”, apuntó. “¿Hubo acaso elecciones en Honduras? ¿Cuáles elecciones, por el amor de Dios?”, preguntó. Sostuvo además que su país no le está haciendo un embargo a Colombia. “Nosotros tenemos libertad de comprarle a quien queramos. No estamos obligados a comprarles a ustedes”, disparó.
La foto oficial de los presidentes no mostró estas tensiones, sólo manos agitándose y rostros sonrientes. Los mandatarios escucharon a la Filarmónica (Chávez entró al Solís abrazado de Vázquez) y comieron después en el restorán Rara Avis. El público que se arrimó a las vallas gritaba “Arriba, Tabaré” y saludaba a la presidenta argentina.