Mientras dirigentes de la lista “oficial” de Vamos Uruguay, encabezada por Ope Pasquet, recorrían ayer por la mañana barrios del oeste de Montevideo (La Teja, Cerro y Pajas Blancas), la fórmula colorada, integrada por Pedro Bordaberry y Hugo de León, abogaba en el local partidario de la Plaza Independencia por la necesidad de “agilizar el programa de integración de los asentamientos irregulares”. Con esas palabras los presentó Alfredo Solari, coordinador del equipo programático de Políticas Sociales, quien hizo hincapié en la necesidad de promover a los sectores marginales mediante el fortalecimiento de “programas universales de educación y de desarrollo infantil” y la implementación de un programa de salud sexual y reproductiva que incluya la despenalización del aborto, tomando en cuenta las nuevas estructuras familiares.

Solari afirmó que “existen problemas serios” en la medición de la pobreza porque la canasta básica de alimentos se diseña con base en datos de 1996 o de 2002. “El tema es que en base a estos datos se calcula el valor de la canasta y en base a este valor la línea de indigencia. El Instituto Nacional de Estadística [INE] debería haber actualizado estos datos y no lo ha hecho, por lo cual es una cuestión metodológica que nos puede deparar sorpresas”, comentó.

El coordinador de la Comisión de Relaciones Laborales, Fernando Scrigna, recalcó la importancia que tiene para el partido “la negociación colectiva”. “Somos partidarios de los Consejos de Salarios. Es más, son obra del batllismo, de 1943; de la armonización entre el capital y el trabajo”, señaló. En cuanto al rol estatal en ese terreno, Scrigna afirmó que la negociación “debe ser bipartita, como lo indica la Organización Internacional del Trabajo”, pero que eso no significa que se pueda prescindir del Estado, que “debe armonizar y buscar consenso para lograr las buenas condiciones de trabajo”. Y añadió: “No estamos de acuerdo con que se subordine la eficiencia de la empresa a los salarios, pero tampoco con que no se tenga en cuenta que la empresa debe ser eficiente y competitiva”.

A la salida de la dictadura, el primer gobierno de Julio María Sanguinetti convocó a Consejos de Salarios, pero luego de que su sucesor, Luis Alberto Lacalle, decidió prescindir de ellos, hubo dos administraciones coloradas (la segunda de Sanguinetti y la de Jorge Batlle), que no volvieron a ponerlos en funcionamiento.