Tras más de seis horas de discusión en los pasillos del Parlamento, cinco cuartos intermedios, la despedida al diputado nacionalista Julio Cardoso (que asumirá interinamente la intendencia de Tacuarembó) y un par de largas ponencias de Javier García y José Bayardi sobre la situación en Haití, finalmente no se votaron las modificaciones que Senadores realizó a la ley de descentralización en diciembre. Los representantes del FA finalmente devuelven el tema a la Mesa Política, que los había mandatado para sancionar la norma el 29 de diciembre.

Cada vez que el coordinador de la bancada oficialista, José Carlos Mahía, pedía la palabra tras el levantamiento de un cuarto intermedio, todos los diputados, funcionarios y periodistas presentes en la sala sabían lo que iba a decir: pedir al presidente de la cámara un nuevo corte para que su bancada pudiese negociar su diferencia interna en torno a la aplicación de la ley de descentralización.

Dos fueron las posturas manejadas en el oficialismo: aplazar la entrada en vigencia hasta 2015, o votar todos los artículos que se pudiese, tal como la Mesa Política lo había impuesto. De antemano se sabía que los diputados nacionalistas, a diferencia de los senadores, no votarían la iniciativa, salvo que les aceptasen tres condiciones -alcaldes honorarios, no aplicar la descentralización en Montevideo, y no anular el voto debido a las confusiones que pudieran surgir por la complejidad del mecanismo-, de las cuales el oficialismo sólo estaba dispuesto a ceder en la tercera.

La sesión (que había comenzado a las 10.30) se cerró a las 17.00 sin que se hubiera mencionado siquiera a nivel de actas el tema de las modificaciones. Pero en los pasillos del Palacio fue donde quedó constancia del conflicto entre los distintos sectores del FA. No bastó con la reunión que el oficialismo había tenido el lunes para intentar zanjar el tema; tampoco sirvió la de las 9.30 de ayer, treinta minutos antes de la hora fijada para el inicio de la sesión extraordinaria.

Pasando raya

Por un lado estaba la mayoría de la bancada, el Movimiento de Participación Popular (MPP), Asamblea Uruguay (AU), el Nuevo Espacio (NE), la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), que pretendían aplazar definitivamente la puesta en vigencia de la ley para 2015, a tono con la intención del presidente y vicepresidente electos. Por otro lado, el Partido Socialista (PS), la Vertiente Artiguista (VA), la Alianza Progresista (AP) y la Liga Federal (LF) querían obedecer la resolución de la Mesa Política y aprobar las modificaciones, al menos aquellas para las que la bancada oficialista contaba con los votos necesarios.

Sólo el artículo 5º de la propuesta modificadora de la ley requería 2/3 de la cámara baja para ser aprobado (es decir, necesitaba los votos de los nacionalistas). Es por eso que el diputado Edgardo Ortuño (VA) y también la minoría ya nombrada de la bancada del FA querían “seguir adelante y aprobar el proyecto”. Como no se lograría aprobarlo en su totalidad, el legislador consideró que sería el que tendría que asumir “su responsabilidad de no dar los 2/3 como sí los dio en el Senado, que en definitiva es lo que habilita que la elección se haga de una mejor manera y con mayores posibilidades para el elector”.

Sin embargo, para Horacio Yanez (NE), esta ley va a generar que “en mayo se elijan alcaldes sin presupuestos, sin funcionarios, sin infraestructura y sin logística para avanzar”, lo cual podría generar que “el sistema se caiga a pedazos un año después de puesto en marcha”. Fue por eso que sugirió que la norma empiece a funcionar cuando el proceso de descentralización no tenga manchas o agujeros que “hagan que el proceso vuelva para atrás”. Estos vacíos son, a juicio del diputado canario, por ejemplo, “establecer cuáles son las tareas que les corresponden a las intendencias y cuáles a los municipios, quién es el ordenador de gastos, qué pasa cuando ocurren irregularidades” y otros potenciales conflictos. “Creo que la Mesa Política no estaba bien informada en todas estas instancias”, sentenció.

Pero a pesar de que la bancada oficialista estuvo dividida, no se pudo llegar a que la mayoría “aplazadora” tenga una relación de 2/3 sobre la minoría, lo que habría permitido que la bancada ejecutara algo diferente a la resolución de la Mesa Política sin caer en “desobediencia”. Fue por eso que Mahía, como coordinador del oficialismo, se limitó a decir en conferencia de prensa tras la sesión que el tema volverá a la máxima autoridad política frentista: “A partir de la situación planteada, en que el acuerdo político del Partido Nacional y el Frente Amplio en el Senado no va a ser aplicado en Diputados, la bancada ha resuelto llevar el tema a consideración de la Mesa Política para el próximo lunes”.

En un mismo sentido se pronunció el presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto, cuando fue consultado por la diaria sobre por qué en Diputados no se homologaron las modificaciones a la ley de descentralización introducidas en el Senado. “Si el Partido Nacional hubiese mantenido su posición no habríamos tenido problemas”, sostuvo el ex ministro de Educación, aludiendo a que los diputados blancos no actuaron del mismo modo que los senadores, y dribleando la disputa del oficialismo. Pero tras la repregunta, Brovetto reveló que “si no se hubiese votado la ley con las mayorías necesarias a su disposición, la bancada hubiese caído en desobediencia, pero por suerte no prosperó la intención de algunos diputados de decidir hoy [ayer] la postergación del tema” hasta 2015.