-¿Cómo es la transición en Interior y qué énfasis tendrá su gestión?
-Venimos conversando con [Jorge] Bruni y nos vamos a reunir a mediados de enero, cuando él regrese de su licencia y un día antes de que empiece la mía, y después retomaremos en febrero. Mientras tanto seguimos trabajando con [el futuro subsecretario, Jorge] Vázquez y con la gente que es posible que esté en el equipo. Vamos a trabajar básicamente a partir de los ejes de la presentación sobre seguridad que hicimos en octubre. Uno de ellos es darle despliegue nacional al regimiento de la Guardia Republicana para combatir el gran delito. Una policía militarizada para enfrentar a bandas que tengan armas de guerra, porque no creemos que esa policía sirva para combatir el pequeño delito: “pequeño” porque no es organizado, pero es el que atormenta a la población con hurtos, rapiñas, copamientos y arrebatos. Otro eje es la modificación de la política carcelaria. Nunca hubo tanto preso, detenido y procesado como en este período, y no hemos podido transformar las cárceles en lugares de rehabilitación. Otro tema es cambiar el código que regula los procesos y procedimientos, a la vez de endurecer ciertas penas, como el tráfico de pasta base.
-¿Para cuándo se prevé la apertura de Puntas de Rieles?
-Está avanzado y veremos si habrá traslados antes de que asuma la nueva administración o después. Las prioridades en cárceles, en principio, son tres: la seguridad en los establecimientos, terminar con el hacinamiento y mejorar la salud de los reclusos. Eso es inmediato y merece soluciones urgentes.
-¿En qué etapa está la conformación del Ministerio de la Presidencia?
-Tenemos claras sus funciones más importantes, como el seguimiento y el monitoreo de políticas de gobierno, la elaboración de propuestas estratégicas para que sean consideradas por el Consejo de Ministros, y la comunicación de gobierno. La Oficina Nacional de Servicio Civil estaría ahí, así como la agencia del gobierno electrónico, y pensamos que debería estar, aunque no está definido, la abogacía del Estado, que es la que sigue los litigios en los diferentes ministerios y hoy lo hace en forma descoordinada. Además, se integraría de forma ad hoc una comisión social en la que Mujica pidió que participaran trabajadores y empresarios con propuestas para la Reforma del Estado. No está conformada todavía, pero Mujica ya habló con gente que la integraría. El PIT-CNT designó a dos o tres compañeros y también habló con [el abogado] Daniel Ferrere. La comisión estaría presidida por el ministro y coordinada por alguien a designar, que coordine no sólo su funcionamiento sino también a un equipo con un integrante de cada organismo permanente que tendrá el Ministerio de la Presidencia -o de Gobierno, porque no sabemos cómo se va a llamar-, y será en ese ámbito donde se elaboren y redacten las propuestas.
Política adentro
-¿Qué rol tendrá Tabaré Vázquez?
-Ésa no es una pregunta para mí sino para Vázquez. Evidentemente será una persona para consultar permanentemente, por su experiencia adquirida en todo este período y por cómo ha desarrollado el gobierno. Digo que hay que preguntarle a Vázquez porque no sé qué papel está dispuesto a asumir él, o qué puede pasar en 2014. Tabaré inició un camino desde que ganó la Intendencia, luego ganó por primera vez el gobierno nacional y dirigió una administración exitosa. Porque los logros, después de la campaña electoral, son reconocidos hasta por los sectores que criticaban.
-Mujica y Astori parecen atravesar un buen momento y sus colectividades políticas podrían coincidir en las municipales de mayo. ¿Eso repercutirá en materia de gobernabilidad?
-Cuando tuvimos las negociaciones con Fernando Lorenzo para integrar la fórmula, yo decía que no estábamos discutiendo cargos, pero al otro día sistemáticamente salía publicado que sí estábamos discutiendo cargos. En ese momento lo que estábamos buscando eran acuerdos que permitieran asegurar un buen gobierno, y decíamos que había algunos puntos de disenso. Pero iba todo muy avanzado. Esos puntos de disenso quedaron en manos de Mujica y Astori, y la primera vez que se reunieron quedaron solucionados. Ahora lo que todos estamos viendo es que precisamente había más puntos de acuerdo que diferencias.
-¿Cómo imagina que será la relación entre Mujica y la orgánica del FA?
-La relación con la fuerza política no la tendrá Mujica como presidente, sino que recaerá fundamentalmente en el vicepresidente. Creo que la fuerza política deberá asumir un papel diferente del que tuvo durante este gobierno. En 2003, en el Congreso Héctor Rodríguez, definimos que la fuerza política es la responsable de la estrategia y de las utopías, el gobierno de la táctica y el día a día. Sin embargo, en este período la fuerza política discutió mucho más el día a día del gobierno que la perspectiva estratégica y la relación con las organizaciones. El peso y la importancia que tuvo el gobierno en este período terminaron ahogando a la fuerza política.
-Cuando asuma como ministro de la Presidencia, ¿responderá al MPP o tomará distancia como hizo Mujica?
-Soy miembro del MPP pero, cuando asumí como ministro de Trabajo y me preguntaban cuál sería mi postura si el MPP tenía alguna contradicción con Tabaré, mi respuesta siempre fue que si había alguna contradicción entre el MPP y el presidente, yo estaba a las órdenes del presidente. Si eso pasaba una vez, dos veces, tres veces, yo estaba a las órdenes de Vázquez, pero si eso se reiteraba continuamente entonces vería qué hacía. Doy por descontado que entre Mujica y el MPP no habrá demasiadas contradicciones. Puede pasar porque Mujica actuará como el presidente de todos los uruguayos y tendrá que tomar decisiones que una fuerza política puede pensar que deberían ser otras.
-El MPP analiza si apoya a Carlos Varela, de Asamblea Uruguay, para la IMM. ¿Cuál es su posición?
-En el tema municipal no estoy. Estaba sí en cosas que conversamos al momento de integrar la fórmula, que no se veía conveniente que la misma fuerza política tenga la Presidencia y la Intendencia de Montevideo. En este momento, supongo que no habrá otra candidatura del MPP y por ahora se están planteando dos alternativas. El MPP está estudiando el programa antes de tener un pronunciamiento. Creo que lo que han expresado algunos voceros del MPP, fundamentalmente Lucía Topolansky, en cuanto a que Varela tiene diez años de experiencia en lo municipal y que aun como diputado era el encargado de la política departamental de Asamblea Uruguay, son cosas que le dan un plus. Aunque también es cierto que Daniel [Martínez] tiene una capacidad de gestión demostrada.
-¿Esa búsqueda de equilibrios se alcanzó en el nuevo gabinete?
-El equilibrio total es muy difícil. Hay ciertos equilibrios que se lograron que me parecen importantes, pero ahora veremos cómo funcionan los ministerios. En un ministerio lo que hay que asegurar, antes que nada, es el funcionamiento, más que el equilibrio. Porque lo que la gente le va a exigir es que cumpla con su función, de acuerdo a los intereses de la gente. En el gobierno anterior no se buscó tanto el equilibrio, se buscó más el funcionamiento. Nosotros [por el Espacio 609], que éramos por lejos la fuerza más votada dentro del FA, teníamos seis senadores y dos ministros. Y en esta ocasión estamos más cerca de reflejar el desempeño electoral.
-¿La situación que se generó con Rafael Michelini es más complicada hacia dentro del FA por lo que implica para la opinión pública?
-Y bueno... Creo que el primero que se perjudicó con todo eso fue el propio Michelini, sobre todo por la forma en la que hizo su planteo. Insisto en que el equilibrio total no existe, pero lo que se logró es bastante equilibrado. Lo que tenemos que comprobar es que un gabinete más equilibrado puede, a la vez, ser un gabinete más eficiente.