Las imágenes difundidas de la reunión mostró a los tres participantes sonrientes (también estuvo la senadora Lucía Topolansky), distendidos, en especial a Cristina, que en los últimos días había tenido varias intervenciones con rostro adusto, en el marco del conflicto con el presidente del Banco Central. Aparecer junto a Pepe -así pidió la presidenta que lo llamen a un periodista argentino que, a la hora de hacerle una pregunta, había arrancado con el protocolar “señor presidente”-, uno de los políticos más queridos y escuchados en Argentina por estos tiempos, con un alto índice de popularidad, suponía un paréntesis.
Pero además, con el encuentro de ayer Cristina se distanció de la posición que en su momento mantuvo el ex presidente Néstor Kirchner, tanto como Mujica se alejó de la de Tabaré Vázquez, que siempre se mantuvo en sus trece de no negociar mientras el puente permaneciera cortado. De todos modos, ambos líderes mostraron que lo de ayer no fue sólo para la foto, sino que es la continuidad de un vínculo que Mujica supo construir en medio del conflicto y que había tenido en el marco de la campaña varios cruces del charco por parte del candidato del Frente Amplio, que fue recibido tanto por la primera mandataria como por su esposo, el ex presidente.
A pesar de esta diferencia entre los métodos de Vázquez y Mujica, este último aseguró en varias entrevistas recientes que a fines de 2009 conversó sobre este viaje con el mandatario saliente, quien le dio “todo el apoyo”. Faltaban 15 minutos para las 20.00 (hora argentina) cuando Pepe dejó atrás el salón de la Casa Rosada en el que se desarrolló la entrevista, para pasar al lugar destinado a la conferencia de prensa. “Tenemos que esperar el laudo de la Corte de La Haya y dentro de esa agenda habrá que plantearse los problemas del río Uruguay. No tenemos ninguna solución en la mano, tenemos la voluntad de luchar palmo a palmo para mejorar la relación entre nuestros dos países”, expresó Mujica, rodeado de periodistas de las dos orillas.
Antes había anunciado que se llegó a un acuerdo para crear una comisión bilateral que analice el conflicto y sus vías de solución, aunque también pensando en otros temas que importan a ambos países. Si bien no hubo mayores detalles acerca de las características que tendrá este grupo de trabajo, Mujica destacó que encontró en Cristina la misma voluntad que él tiene para “desinflar el globo” creado en torno a la pastera. “A nosotros no nos corresponde entrar de opinólogos en los problemas internos de la República Argentina, lo que nos corresponde es luchar, cualquiera sea el gobierno que esté, por tener la mejor relación posible”, enfatizó el futuro mandatario.
Mujica aprovechó para arrojar flores sobre los vecinos al decir: “Nuestro país es pequeño, hay por los menos 300 mil uruguayos que viven en este país y casi pasan inadvertidos. Debe ser el único lugar donde los uruguayos no sienten que son extranjeros”. “Somos como el loro: nunca nos olvidamos de dónde comemos”, disparó Mujica casi al final de la conferencia, no sin antes aclarar que no profundizaba en los contenidos para respetar “el pacto de no hablar de lo que se dijo”. Mujica había llegado el martes al vecino país, donde se reunió con inversores argentinos del área del vidrio y aseguró que podría instalarse una fábrica orientada al rubro bazar.
También se reunió con el embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo (que será reemplazado por Guillermo Pomi en la próxima administración), luego de lo cual anunció que tenía pensando vender el edificio en el que funciona la sede diplomática, ya que, considera, es demasiado amplia y tiene muchos pisos sin utilizarse. Finalmente, el jueves los relojes de los futuros colegas hicieron tictac de manera sincronizada, más allá de la hora de diferencia.