Aunque la jornada se inició con un balance de la experiencia de la empresa sucroalcoholera Alur en Bella Unión, la conversación derivó hacia las demandas de los trabajadores de la caña de azúcar, las ocupaciones de tierras y la formación ideológica de los productores. La actividad fue organizada en el marco del Espacio de Formación Integral del grupo de Sociología Rural de la Universidad de la República y, participaron como expositores Berterreche; el director de Alur, Leonardo de León, y el pro rector de Extensión de la Udelar, Humberto Tommasino.

Ante la consulta de una de las estudiantes participantes, Tommasino opinó que la ocupación de tierras es positiva para los intereses de los trabajadores. A su turno, Berterreche puntualizó que la ocupación “no es una cosa, pueden ser muchas”, y puso como ejemplo que puede ocuparse un campo universitario. “Lo apoyaríamos también”, acotó Tommasino. Berterreche continuó: “Hay que tener cuidado con ocupar campos del INC, que en general están destinados a los productores familiares, porque podemos pensar que estamos desplazando a ricos y puede ser una medida de pobres contra pobres”, sentenció, en probable referencia a la ocupación de 400 hectáreas de tierras del INC en Bella Unión en 2007 por parte del grupo de productores Mandiyú.

“La ocupación también puede ser una forma bien egoísta de acceder a la tierra. Seguro que no estamos de acuerdo con ocupar fracciones del INC, y seguro las vamos a combatir. Hay veces que se ocupa con una posición propietarista de la tierra”, cuestionó. No obstante, aclaró que hay ocupaciones que son diferentes. Puso como ejemplo la de Kiyú, en San José, y señaló que, si bien no la defiende, en ese momento “apuró una cosa que estaba muy quieta” y logró que se concretara la asignación por parte del INC.

En tanto, De León se refirió a la ocupación de 2.000 hectáreas que se llevó adelante en la Colonia Raúl Sendic, también del INC, en enero de este año, en reclamo del ingreso de los colonos al predio (que ya se había asignado) y de maquinarias para la producción. “Entendimos que no fue buena ni oportuna la decisión que tomaron las organizaciones”, manifestó. El director de Alur consideró que existe una “debilidad a nivel organizacional de las entidades sociales” en Bella Unión y que hace falta más formación productiva y sindical.

En el mismo sentido, Berterreche señaló que a veces los productores “nos piden que les arreglemos los problemas internos de las organizaciones, cosa que no estamos dispuestos a hacer”. Dijo que le “encanta” el Movimiento Sin Tierra de Brasil, pero recomendó a las organizaciones en Uruguay que “están haciendo agua” que presten atención a “procesos exitosos de acción colectiva” que hay en nuestro país y “aprendan” de ellos.

Uno de los participantes apuntó que la formación política de los productores actuales no tiene “nada que ver” con la formación ideológica que tenían los cañeros de los 60. En ese sentido, De León consideró que hay que “desmitificar una parte de Bella Unión”. “Te piden fuentes laborales, pero después te piden un cine, viviendas, puentes, tractores”, enumeró.