Clase en sí
Una moción de resolución para el congreso del MPP redactada por Julio Marenales define al sector más votado del oficialismo como una expresión política de todos los sectores “que no se apropian de su plusvalía”; eso incluye a obreros, cuentapropistas y profesionales universitarios. El FA, en tanto, es una “fuerza policlasista” con fuerte conducción de las clases medias, que no se plantea como objetivo estratégico la liberación nacional y el socialismo. “Las alianzas necesarias para que tengan solidez deben realizarse entre iguales y no con subordinaciones, como sucedió hasta ahora”, afirma Marenales en su moción.
Uno de los principales operadores de José Mujica advierte en este material, de más de 20 carillas y que lleva como título “De acá a la liberación”, que la derrota en Chile de la Concertación de Partidos por la Democracia refleja “lo que puede suceder” cuando se cambian “conceptos originales”, o se permiten “rebajas” a los fundamentos programáticos para “mantenerse indefinidamente en el gobierno”. “No se pueden lograr cambios profundos aceptando la premisa vigente de la administración del capitalismo”, afirmó Bonomi, quien en otro pasaje razona que la “ola progresista” en la región dejó en evidencia “hasta dónde los militantes socialdemócratas” terminaron “por aceptar el sistema”. Arremete además contra las “promesas incumplidas” de los gobiernos de la Concertación, que permitieron una posterior “reforma conservadora” de la derecha, en referencia al gobierno de Sebastián Piñera.
Para Bonomi es importante tener en cuenta que los altos niveles de aprobación de los primeros 100 días de la administración de Mujica se alcanzaron sin que el FA apelara a “su programa histórico” y con la instalación de un “modelo nacional de desarrollo”, que la burguesía vernácula del siglo XXI ya no puede afrontar. “El Pepe, citando al contador Damiani, ha dicho muchas veces que en el Uruguay no hay ricos, hay riquitos; no hay burgueses, hay burguesitos”, graficó.
Luego el ministro arriesga un balance del último ciclo electoral. La fidelidad de los sectores que antes apoyaban sin condiciones a los partidos tradicionales “está rota”, pero la novedad es que ahora quedó “debilitada” la fidelidad “sin barreras” con el FA. “El concepto de gobierno en disputa estuvo en discusión en el gobierno anterior. Y quedó claro que el gobierno, si está en disputa, lo está con la derecha. Es la derecha la que quiere hacerse nuevamente con el gobierno. Y no puede, como ya vimos, porque no tiene una base social de apoyo”, analizó. Bonomi también aborda discusiones más vinculadas a su papel actual en un fragmento sobre cómo “consolidar la estructura de poder”. Allí polemiza con quienes piensan que las instituciones que ejercen el “poder coercitivo del Estado” deberían perder peso durante un gobierno de izquierda. “Nada más equivocado. Ello sólo conduciría a la pérdida de autoridad del gobierno frenteamplista y a la disminución de las posibilidades de consolidarlo desde todos los puntos de vista posibles”, alerta Bonomi, antes de aclarar que ese desarrollo no debe confundirse con la doctrina de la Seguridad Nacional, que implicaba Fuerzas Armadas “actuando hacia adentro”, cuando, en realidad, éstas son necesarias para la defensa de las fronteras secas, el espacio aéreo y los recursos naturales. La Policía, en tanto, resulta clave para la defensa del orden interno ante las amenazas del narcotráfico y el delito organizado, que constituyen los “ataques más velados” que sufren los humildes (“aparecen como una especie de doble poder que cuestiona continuamente los poderes del Estado”).
A Bonomi le parece “inconcebible” que el MPP y el Espacio 609, con sus 400 mil votos, no hayan desarrollado una “relación permanente” con las “grandes masas”; atento a eso propone fortalecer el frente de trabajadores, estrechar los lazos con organizaciones empresariales y jubilados y efectuar elecciones a padrón abierto para integrar una dirección nacional juvenil (y que los más votados en esa instancia integren la lista a diputados por Montevideo).