La unificación empezó a tomar cuerpo por la vía de los hechos. Además de cientos de trabajadores que ya están afiliados a los dos sindicatos, el SUNCA y la UNTMRA tienen locales comunes en Colonia, Maldonado, La Teja y Punta de Rieles. El 7 de setiembre, en el marco de los Consejos de Salarios, convocaron a una movilización en 18 de Julio, y harán otra con similares características el 28 de octubre. Durante las obras en la fábrica de UPM (ex Botnia) se promovió la afiliación simultánea a las dos organizaciones, definieron categorías salariales comunes para el montaje metal-mecánico y en la planta de desulfurización de ANCAP consiguieron tres horas semanales de capacitación para los trabajadores de los dos sindicatos.

Además, hay una historia común más lejana, según coincidieron Abdala y Andrade. “Nuestros sindicatos son la columna vertebral de la central y fundadores de la CNT [Convención Nacional de los Trabajadores]. En 1980 paró toda la industria metalúrgica y la construcción cuando la dictadura quiso cambiar la conmemoración del 1º de mayo, y en los 90 estuvimos juntos en la Concertación para el Crecimiento”, resumió el representante de la UNTMRA.

Andrade manifestó que por aquellos años las dos organizaciones iniciaron un proceso de acercamiento que continuó en los siguientes, y que se ha acelerado en los últimos meses. “Hemos tenido activos de delegados conjuntos y varias reuniones de las direcciones sindicales. La pista de la unidad tiene un elemento histórico, objetivos programáticos y, sobre todo, la práctica militante. De aquí germinará una herramienta más poderosa y eficaz para defender los intereses de los trabajadores. Esto le hace un favor enorme al movimiento sindical y al campo popular, porque frena todos los procesos de atomización”, dijo el secretario general del SUNCA.

Pecho e’ fierro

En estos días, y como consecuencia del último paro general, mucho se ha opinado sobre el papel de los gremios públicos, y suena lógico que los trabajadores de la industria privada pidan cancha en este debate. Andrade y Abdala pronostican que, además de las negociaciones salariales y las condiciones de trabajo, una entidad fusionada como la que proyectan tendrá la “obligación” de tomar “posiciones claras” en temas como vivienda, legislación laboral, desarrollo productivo y políticas económicas, entre otros.

“Estamos en una segunda acumulación de fuerzas y eso requiere herramientas sólidas para construir unidad todos los días. Tenemos que hacernos cargo de cada decisión que toma la central y nunca podemos olvidar que hay una relación muy estrecha entre las peripecias del movimiento obrero y la suerte de la unidad política de la izquierda sin exclusiones”, argumentó Abdala.

Más allá de las cuestiones políticas, una fusión como ésta implica un debate de formas, que seguramente aparezca durante los congresos de la UNTMRA y el SUNCA en 2011. “El armado puede ser diverso. Puede ser una Mesa Coordinadora, con un criterio federativo y que luego un congreso nos unifique en una sola organización. Hasta dónde llegamos dependerá del protagonismo que asuman los trabajadores, y que se darán la forma estatutaria que vean más conveniente”, opinó Andrade, que mira el futuro con optimismo porque las bases “han demostrado su madurez y tienen claro que la unidad es el mejor camino”.

Abdala, por su parte, vaticina que cualquier esquema organizativo modificará las relaciones laborales en el ámbito privado -“Es seguro que vamos a negociar con otro poderío”-, y habló de una tendencia a la “complementación” de las conquistas que cada uno logró “en su trinchera”. “Los metalúrgicos tenemos una estabilidad laboral que no tiene el SUNCA, y ellos a su vez tienen un fondo social de vivienda que para nosotros sería muy importante”, puntualizó.

En el PIT-CNT hay ideas similares de fusión para otros sectores del mundo laboral -se está hablando de la creación de una Mesa de la Alimentación-, y sigue pendiente la discusión sobre la conveniencia de unificar a todos los gremios de la Universidad de la República, hoy organizados en la asociación de funcionarios (AFFUR), de docentes (ADUR) y la Unión de Trabajadores del Hospital de Clínicas (UTHC). Actualmente, según Abdala, todas las ramas de actividad discuten cómo “superar la atomización”, en referencia a un proceso de fragmentación que en la negociación colectiva “siempre deja rezagados a los actores más débiles”.

Para el dirigente metalúrgico, los que ya han expresado “cierta preocupación” con este proceso son las “contrapartes” -en referencia a la Cámara de la Construcción del Uruguay y la Cámara Metalúrgica-, que serían las menos beneficiadas con el “fortalecimiento de las herramientas”. Andrade complementa estos últimos puntos de vista: “Si uno mira la historia del movimiento sindical, pasamos de los sindicatos de oficio a los de empresa, de los departamentales a los nacionales y de ahí a las grandes federaciones por rama de actividad. Esto que estamos planteando con la unificación de la UNTMRA y el SUNCA sería todavía una etapa superior. Es un escalón más arriba y por eso su trascendencia”.