A fines de julio quedó a la vista, con cierto escándalo, que tenían enfoques distintos, pero ahora José Mujica y Tabaré Vázquez van codo con codo. El actual presidente aseguró que continuará “hasta las últimas consecuencias” con las medidas antitabaco de su predecesor, pese a que la poderosa empresa Philip Morris ha planteado un juicio contra el Estado uruguayo por la implementación de esas medidas, al amparo de un tratado de protección de inversiones. Es una decisión política, y como tal hay que analizarla.

En términos políticos, pues, la posición asumida por el Poder Ejecutivo tiene un potencial muy interesante para consolidar y construir alianzas. De menor a mayor:

1) coloca en la agenda frenteamplista el conflicto con una transnacional, y contrapesa molestias y desconciertos de quienes consideran que los gobiernos del FA, en el esfuerzo por atraer inversiones, han confraternizado por demás con ese tipo de empresas;

2) en escala nacional, permite ensayar la construcción de un sentimiento de “causa común” contra la agresión externa, en cierto sentido semejante al provocado por los cortes de ruta gualeguaychuenses y por la tolerancia a esas medidas desde el gobierno de Néstor Kirchner;

3) en el escenario internacional, nos posiciona, como dicen los publicistas, con un perfil “políticamente correcto”, que nos vuelve más visibles y nos puede ganar simpatías y apoyos poderosos. Esto, además, revierte sobre lo nacional y reverdece la noción, bastante devaluada, de que somos excepcionales, un “pequeño país modelo”, como decía Batlle y Ordóñez, capaz de aplicar iniciativas vanguardistas que llaman la atención del resto del mundo y demuestran que “como el Uruguay no hay”. Los uruguayos “no tenemos miedo” ni “tenemos precio”, dijo Vázquez en la apertura de la IV conferencia de los países que firmaron el convenio marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del tabaco, realizada significativamente en nuestro país.

La decisión de afrontar el litigio contra la tabacalera también implica riesgos económicos, mencionados por el propio Mujica hace tres meses y medio, pero la caballería llega al rescate. El sitio de la Presidencia de la República destacó anteayer que el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, había llamado por teléfono a Mujica para expresarle su solidaridad en este conflicto y prometerle apoyo material que facilitaría el acceso a especialistas jurídicos y la difusión en el mundo de la postura uruguaya. Algo nada despreciable, porque se trata de un gran magnate, el décimo en el ránking estadounidense con una fortuna de 18 mil millones de dólares, según la revista especializada Forbes.

Un vínculo anterior del alcalde con Uruguay es que fueron periodistas de Bloomberg TV, una de sus empresas, los que registraron y difundieron, en junio de 2002, la famosa frase de Jorge Bat-lle sobre los argentinos ladrones “del primero al último”. Ahora es amigo del Pepe: fumate ésa.