El consejo de la Banca Oficial de AEBU, que ha tomado las decisiones en este proceso, tiene 11 integrantes. Cuatro responden al espacio 17 (Partido Comunista, MPP y PVP), cuatro a la lista 98 (Frente Líber Seregni y Partido Socialista, nucleados en Articulación), dos a la 810 (Asamblea Popular, Corriente de Izquierda y Partido Socialista de los Trabajadores) y uno pertenece a la agrupación 33 (orientada por Hugo Pío, con peso en el Banco de Seguros del Estado).

Hasta ahora el rumbo del conflicto ha estado pautado por la alianza entre la 17 y la 810, que cuentan con seis de los 11 consejeros. Sin embargo, en las últimas horas tomaron estado público discrepancias en la interna de la 17, que podrían modificar el panorama de las negociaciones con el gobierno.

Es el caso de la agrupación 1955 -núcleo fundador del espacio 17 y en la que confluyen fundamentalmente emepepistas y pevepistas-, que emitió una declaración para tomar distancia de la conducción del conflicto.

La 1955 fue fundada por el dirigente Hugo Cores, mayor referente del PVP, y luego se integró a la 17, tras una alianza con la lista 3 del Partido Comunista del Uruguay.

En el documento divulgado en la víspera, la 1955 asegura que el diferendo en la banca oficial “debió ser corto”, y se lamentan porque éste “se politizó y se amplió artificialmente”. “Este cambio de calidad nos arrastró en un espiral de reuniones dilatadas, de muchos actores jugando su “partido” fácil y de provocación a través de la prensa”, afirman desde la 1955, antes de arremeter contra el “accionar malicioso” de los “operadores más interesados” en debilitar la lucha por la defensa de la banca estatal.

Los militantes del MPP y del PVP expresan su preocupación por la defensa de los “sectores más vulnerables”, en este caso los usuarios y los clientes, con quienes, según admiten, AEBU ha “lesionado” su relación en estos meses.

“Estos hechos no sólo nos aislaron de la población, sino que además fueron utilizados políticamente para hablar de esencialidad [...] La guerra mediática se instaló y fue allí donde la dirección del conflicto debió afrontar el problema en forma austera, tratando de generar espacios de diálogo, recuperando opinión pública, aislando cada una de las provocaciones. Sin embargo, se optó por la respuesta inmediata sin el debido análisis previo”, cuestionan. La agrupación 1955 considera que la “guerra de nervios” entre corrientes de opinión de AEBU provocó que la “visión del conjunto” se desdibujara. “La interna del sindicato también se transformó en un frente debilitante”, concluyen los sindicalistas de los grupos mujiquistas.