No es tan así

Una de las reacciones más fuertes e inmediatas contra la iniciativa de Arias fue la de Fernández Huidobro, que calificó de “atrevimiento” y de “injerencia en los asuntos internos” la propuesta del presidente de Costa Rica, añadiendo que el país centroamericano “no tendrá un ejército pero tiene una Guardia Nacional, que es como un ejército”. En 2007, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, había afirmado también que “Costa Rica tiene una fuerza muy poderosa, que le llaman Guardia Civil, pero es una fuerza poderosa, con un gran presupuesto”. Sin embargo, en Costa Rica no se considera que el presupuesto de la Guardia Civil sea alto, y hay un recurrente debate interno sobre la idea de fortalecerla, ya que muchos consideran que está mal equipada y carece de una preparación adecuada para desempeñar sus tareas, que abarcan la custodia de la seguridad interna y la vigilancia fronteriza.

El presidente de Costa Rica, Óscar Arias Sánchez, envió una carta al presidente José Mujica en la que sugiere abolir el Ejército de Uruguay, tal como Costa Rica lo hizo hace más de 60 años, en el marco de una serie de transformaciones impulsadas por José Figueres Ferrer, que había encabezado el bando victorioso en una guerra civil.

Las declaraciones de Arias anunciando el envío de su mensaje a Mujica, que tuvieron amplia difusión en agencias de prensa la semana pasada, fueron recibidas con escaso entusiasmo por dirigentes políticos frenteamplistas y blancos, que no dudaron en hablar de una “intromisión” o “injerencia” del presidente de Costa Rica, que recibió en 1987 el premio Nobel de la Paz como reconocimiento a su papel en la superación de conflictos en América Central.

El senador frenteamplista Eleuterio Fernández Huidobro (Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad) comentó que tenía la impresión de que Arias le estaba “haciendo los mandados a alguien” (ver recuadro). En la carta a Mujica, el mandatario costarricense escribió que sus palabras “emergen del cariño y de la buena voluntad” y que no pretende “irrespetar la soberanía de una nación hermana”.

Dirigiéndose “al ‘Pepe’ revolucionario”, recordó que “en gran parte del mundo, y sobre todo en América Latina, las Fuerzas Armadas han sido la fuente de la más ingrata memoria colectiva”. Yendo al centro de la cuestión, sostuvo que “los ejércitos son enemigos del desarrollo, enemigos de la paz, enemigos de la libertad y enemigos de la alegría”, y que “Uruguay no necesita un ejército”, ya que “su seguridad interna puede estar a cargo del cuerpo de policía”, y el poderío militar que puede llegar a desarrollar nuestro país nunca podría llegar al mismo nivel que el de Argentina, Brasil u otros países de la región como “Chile o Venezuela”. “Costa Rica fue el primer país en la historia en abolir su ejército y declararle la paz al mundo. Hace más de sesenta años, otro Pepe revolucionario, el comandante José Figueres, decidió proscribir para siempre las Fuerzas Armadas de mi país”, señaló Arias, y destacó que “desde entonces, los costarricenses no han vuelto a vivir una guerra”, ni han tenido un enfrentamiento civil, golpe militar o régimen de persecución política.

También destacó que otros dos países latinoamericanos, Panamá y Haití, decidieron disolver sus fuerzas armadas, en ambos casos con activa participación en el proceso del mandatario costarricense. “¡Hay tantos mártires en la historia contra la tutela militar! Usted, que padeció bajo el yugo de la opresión, tiene ahora la posibilidad de librar para siempre de ese yugo a los hijos del mañana”, alegó Arias.

El envío de la carta se enmarca en una preocupación internacionalista del ganador del premio Nobel, que el año pasado fue mediador en la crisis hondureña y hace pocas semanas, durante una visita oficial a Colombia, se ofreció para interceder en la complicada situación de ese país.

En la tarde de ayer, martes 30 de marzo, Arias conversó telefónicamente con Mujica, quien aún no había leído su mensaje pero que, al difundirse que iba a recibirlo, por declaraciones del costarricense a un canal colombiano, comentó desde Brasil que era “una propuesta muy bonita”, y que “es claro” que Uruguay no entrará en guerra, pero que “tenemos muchos problemas en la frontera, de contrabando y narcotráfico”, para los cuales las Fuerzas Armadas son necesarias.

El mandato de Arias terminará el 8 de mayo, cuando asuma la presidenta electa Laura Chinchilla, que fue su vicepresidenta de 2006 a 2008. En cuanto a su actividad futura, no niega que aspira a la secretaría general de las Naciones Unidas, aunque reconoce que su discurso antimilitarista no es bien visto por los miembros permanentes con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU, que, según destacó, “concentran el 80% de las exportaciones de armas”.