“Brasil tiene que liderar la presencia política de América Latina, no porque quiera sino por la concentración de recursos que tiene. El mundo se está organizando en bloques gigantescos y nuestro portavoz debe ser Brasil, pero el problema es que el que invita paga la cena”, dijo Mujica ayer en Brasilia, tras visitar la embajada uruguaya y previo al encuentro y cena que mantuvo con su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. También participó en el ágape la candidata a la presidencia por el Partido de los Trabajadores para las elecciones de octubre, Dilma Rousseff.
El mandatario oriental arribó al encuentro tras remarcar el liderazgo continental que tiene el mayor socio del Mercosur y el buen trato dispensado a uno de los menores -“Brasil siempre nos ayudó cuando tuvimos dificultades comerciales”, dijo-, y con la esperanza de lograr acuerdos concretos que permitan reducir las asimetrías económicas y productivas que padecen Uruguay y Paraguay. En este sentido, Mujica metió varios bocadillos sobre los procesos de integración regionales, con vistas a que no se repitan en la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas los “viejos problemas” que todavía existen dentro del Mercosur.
“Brasil constituye nuestro principal socio comercial. Tenemos que viabilizar que con fluidez los lácteos, la carne, los granos, etcétera, lleguen a buen destino. Es muy importante para Uruguay”, puntualizó Mujica. Tras el cónclave, de postre los mandatarios acordaron crear una comisión bilateral para analizar acciones en el campo de la actividad productiva. Estará coordinada por las cancillerías e integrada por los ministerios y órganos públicos encargados de los temas de industria, energía, comercio exterior, agropecuaria, ciencia y tecnología, obras públicas y transporte. Con el café vino el anuncio de Lula de que el 3 de mayo visitará Uruguay.
Buen provecho
“Queremos que el patrón de televisión digital sea de América Latina”, dijo ayer de tarde el ministro de Comunicaciones de Brasil, Hélio Costa, tras reunirse con su colega uruguayo de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman. Hubo varios encuentros bilaterales entre los integrantes de la delegación que acompaña a Mujica y sus pares del gabinete de Lula, pero el tema que más se cocinó fue el relacionado con la posibilidad de que Uruguay cambie la opción que había hecho en 2007, durante el gobierno de Tabaré Vázquez, de nutrirse de la norma europea.
El buen trato y la amistad de “más de 30 años” entre ambos presidentes fue uno de los comentarios más escritos ayer por la prensa brasileña, que en sí no le dio mayor cobertura a la visita oficial del uruguayo. Al igual que esa buena relación entre los líderes, los medios locales hicieron hincapié en el estilo descontracturado y austero de Mujica, destacando que no viaja en avión presidencial sino en vuelos de línea, y que en la medida de las posibilidades no se aloja en hoteles sino en las residencias de sus embajadores.
Con respecto a la televisión digital, Costa reiteró ayer lo que ya había servido la semana pasada en Montevideo cuando se reunió con el propio Kreimerman: una línea de crédito de 50 millones de dólares por intermedio del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para la adquisición de la infraestructura necesaria, y el apoyo a la creación de una incubadora de empresas tecnológicas. Las declaraciones del ministro de Industria uruguayo no fueron tan opíparas como las de Costa. Se limitó a recordar la elección que ya había hecho el país y reconoció que Brasil había logrado una mixtura “muy interesante” con la norma combinada, aunque admitió que “fue una conversación profunda, mirando hacia la estrategia”.
Espeto corrido
En aquel almuerzo montevideano, realizado en la casa del embajador brasileño, José Eduardo Felicio, también se sentaron a la mesa directivos de Linea, una empresa dedicada a la fabricación de transmisores, que anunciaron la instalación de una planta en el país para exportar a la región.
Y es que desde 2007, casi en paralelo a la opción de Vázquez por la norma europea, Brasil comenzó una ofensiva para que América Latina se vuelque al formato nipón-brasileño. Ya logró que lo hagan Perú, Argentina, Chile, Venezuela y Ecuador. Y va ahora por Honduras, El Salvador, Costa Rica, Cuba y Uruguay. Fuentes del gobierno uruguayo vinculadas a las telecomunicaciones dijeron que “hay que desdramatizar la situación”, que mantener el acuerdo con Europa no dejará al país aislado y que trocar al brasileño no será “traumático” desde el punto de “vista económico, ni regulatorio ni técnico”.
El punto sería, en todo caso, digerir que hay un cambio de planes y que el acuerdo que se pondrá en marcha la semana que viene con TNU deberá ser revisado. También sería un tema a rever la donación de 250 mil euros que España hizo a Uruguay para desarrollar un polo tecnológico para alimentar la producción de insumos audiovisuales y de software, dos de las áreas a las que el país apuesta para la era digital que se viene. “Habrá que resolver y aclarar qué se hace con las donaciones recibidas”, sugirió la fuente, que prefirió mantenerse en reserva hasta tanto se conozca un pronunciamiento oficial. “También habrá que asumir que hubo un tiempo perdido y que, por ejemplo, no llegaríamos a implementar para el Mundial los primeros ensayos”, agregó.
Más generoso con la especulación fue el propio Mujica, quien reconoció: “Queremos profundizar en eso, no tenemos una posición tomada. No tenemos apuro, pero es un problema importante y queremos saber más”. La semana próxima está previsto empezar a ejecutar los 690 mil euros para el despliegue técnico de TNU, que se destinarán a la contratación de personas que pongan en marcha el proyecto que en principio es el préambulo para la adopción definitiva de la norma europea, sobre la cual, tras el viaje de Mujica, não há certeza.