Los lentes

Uno de los participantes en el encuentro, integrante del Comité de Género de OSE, contó cómo fue para él ponerse los “lentes de género”. “Hemos sido formados y educados, por lo menos mi generación, por una cultura machista. Cuando las compañeras de Inmujeres fueron a decirnos que en OSE había inequidades les discutí. ‘Acá para igual cargo hay igual salario’, decía, pero me empezaron a explicar que había muchísimas inequidades y las tuve que reconocer. Para nosotros es más fácil llegar a determinados porcentuales a los que las compañeras no llegan”, explicó. Para este año, dijo, está pensado formar en relación a la temática de género al personal de Recursos Humanos de la empresa.

La directora de Inmujeres, Beatriz Ramírez, explicó que pensar el presupuesto desde una óptica de género significa “analizar los programas y las estructuras de todos los organismos de la administración pública y direccionar un presupuesto que de alguna manera contribuya a que las desigualdades entre hombres y mujeres puedan ser saldadas”.

“Hasta la fecha, los presupuestos han sido elaborados como instrumentos neutrales desde el punto de vista del género, no refieren a mujeres ni a hombres e ignoran las desigualdades económicas y culturales entre ellos”, señaló la jerarca, que agregó que los presupuestos con enfoque de género permiten “conocer el alcance e impacto de las políticas públicas sobre la situación de las mujeres en comparación con la de los varones, y en qué medida las políticas públicas, a través de su expresión presupuestal, reducen, aumentan o dejan incambiada la situación preexistente”.

El vicepresidente Danilo Astori, que participó en la inauguración del encuentro realizado ayer en el anexo del Palacio Legislativo, planteó la necesidad de tomar en cuenta el enfoque de género en la elaboración del presupuesto, que, dijo, “no es otra cosa que la expresión fiscal y financiera de un plan de gobierno”.

“La mujer en términos generales está en inferioridad de condiciones, y un gobierno que se propone luchar por la justicia y la equidad en el acceso a las oportunidades tiene también que encarar esta desigualdad”, señaló el ex ministro de Economía. “La corrección no es espontánea, las oportunidades no se abren solas”, agregó Astori, quien aclaró que “el acceso equitativo tiene que ser el resultado de decisiones políticas”.

En ese sentido, el vicepresidente manejó como eventuales alternativas para superar las inequidades la creación de programas de capacitación a las mujeres que están en peores condiciones para conseguir empleo, y estímulos fiscales para las empresas, como forma de achicar las desigualdades en materia de acceso al mercado de trabajo. Dijo que estas iniciativas podrían estar contenidas en el próximo presupuesto, pero de todas formas recalcó que las prioridades de género “no pueden ser discutidas aisladamente” sino en el marco del plan de gobierno y en conjunto con “las diferentes prioridades que éste plantea”.

El cómo y el porqué

Alma Espino, economista del Instituto de Economía de la Universidad de la República (Udelar), fue la encargada de presentar los aportes para la elaboración de “presupuestos sensibles al género” producidos en el marco de un convenio entre Inmujeres y la Udelar. Espino afirmó que los presupuestos pensados desde una mirada de género contribuyen a reducir la discriminación y las desigualdades, y que existen “razones de eficiencia” para trabajar en pos de ese objetivo: “Las desigualdades de género reducen la productividad y el desarrollo de las capacidades humanas, tienen efectos adversos en la tasa de crecimiento de las economías, además de tener un impacto negativo en el nivel de bienestar en general”, señalaba en su presentación.

En el corto plazo, para la elaboración del presupuesto nacional, el estudio del Instituto de Economía propone, entre otras cosas, incorporar objetivos de género en la elaboración de los planes de gestión, tomando para eso el Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades y Derechos como insumo, generar indicadores de impacto de los planes y, para la distribución de los recursos, identificar como unidades ejecutoras del gasto a los mecanismos de género más relevantes. Respecto de esto último Espino puso como ejemplo que la comisión tripartita que trabaja sobre políticas de género en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no tiene recursos propios.

No voy a ser yo

El ministro de Economía, Fernando Lorenzo, valoró los aportes porque “los criterios metodológicos son absolutamente fundamentales”. Sin embargo, remarcó que aunque la sociedad uruguaya “tiene preferencias muy grandes por la equidad, hay bastante menos consenso en la política respecto de que éste es un tema importante”.

Lorenzo reconoció que la discusión “no es técnica, no es de expertos en presupuesto; es política”. Desde su perspectiva, no es el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el encargado de permear el presupuesto con la perspectiva de género: “Nosotros tenemos un papel que normalmente es limitante del uso de los recursos. Las prioridades políticas no las fija el MEF; éste las administra”, consideró y agregó que cuando están los programas y las prioridades establecidos la tarea de esa cartera “es tensionar el tema para asegurarnos de que las decisiones que se propone adoptar tengan justificación y diseño programático adecuado”. El MEF es el que debe mantener “una visión transversal de los recursos” y, por lo tanto, no puede decidir cuáles serían las acciones de género del gobierno. Lorenzo planteó que es “un proceso” lograr presupuestos que tomen en cuenta la visión de género, y que se debe “iniciar con pasos seguros y no pretender ser muy abarcativos”, ya que lo que finalmente se estará intentando cambiar son “culturas organizacionales, instituciones y formas de trabajo”.

La coordinadora general de Presupuesto Público de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Diana Marcos, quien también participó en el seminario, explicó que actualmente el gobierno está “en la etapa de definición de grandes áreas programáticas”, para comenzar a trabajar, a partir de estas semanas, con los directores generales de los ministerios.

Tan, tan grandes

Sobre el final de las intervenciones, la diputada y ex ministra del Interior Daisy Tourné planteó su preocupación: “El problema es grave y político, porque el que elabora el presupuesto es cada ministerio a instancias de los grandes lineamientos que se proponen en el Consejo de Ministros”. Puso como ejemplo los objetivos en materia de género del Ministerio del Interior, que apuntan a “mejorar la calidad de la respuesta policial en los casos de violencia de género”, “aportar la mirada de género” en el proceso de humanización de las cárceles y “aportar al proceso de dignificación de la fuerza policial”. “Son de una generalidad... ¿Qué quieren decir?”, se preguntó la legisladora oficialista, que promovió que se trabaje “aterrizando en cosas concretas que a veces no pasan por plata sino por opciones”.

También a modo de conclusión, la senadora Susana Dalmás respondió a la postura de Lorenzo respecto del papel del MEF en esta instancia. Coincidió en que los ministros “son limitantes” del gasto. “Pero yo digo: para evaluar los programas y las asignaciones de recursos y eliminar las inequidades, por ejemplo, desde un punto de vista de género, también se necesita un compromiso con esa idea”, afirmó.

Dalmás planteó la necesidad de promover planes de capacitación para los recursos humanos vinculados a la tarea de elaboración presupuestal y sugirió que la Bancada Bicameral se reúna con los directores generales de los ministerios para, por lo menos, “tener una idea de los lineamientos generales”.