Apenas llegó a despegar la propuesta del presidente José Mujica de otorgar a los jueces la posibilidad de disponer prisión domiciliaria para los mayores de 70 años, una iniciativa que habría incluido a los procesados por violaciones de los derechos humanos en dictadura. Mujica les transmitió ayer a los 50 diputados del Frente Amplio (FA) que no enviará ningún proyecto al Parlamento que innove en esa materia, y centró su intervención en la reinserción de las Fuerzas Armadas en la vida del país.
A la salida del encuentro, que se realizó en la residencia de Suárez y Reyes, los legisladores evaluaron que fue un intercambio “frontal y sincero”, y saludaron la voluntad presidencial de darle prioridad a la unidad interna, después del trancazo de varios sectores del FA a la idea lanzada por Mujica pocos días después de asumir (pero esbozada antes de las elecciones).
La reunión comenzó a las 9.00 y terminó poco después del mediodía. Compartieron apenas café, agua y galletitas. El encuentro lo abrió Mujica con una intervención de unos 15 minutos, en la que citó pasajes de su discurso del 16 de marzo en la base de Santa Bernandina; luego abrió la cancha para que hablaran 17 diputados y todo finalizó con un agradecimiento presidencial por la “sinceridad” de la discusión. Prometió otros encuentros similares en el futuro, como un mecanismo para garantizar la unidad de la fuerza política.
Antes, el presidente propuso “redimensionar” la relación de la izquierda con las Fuerzas Armadas, reconoció que éste siempre ha sido un “tema difícil” para el FA y reclamó propuestas para facilitar los “caminos de reinserción” de los militares en la sociedad. El presidente reiteró su opinión de que éstos “no tienen que cargar con una mochila” por los hechos del pasado reciente, aunque fue enfático al aclarar que no enviará al Parlamento un proyecto de ley que permita aplicar penas alternativas a los violadores de los derechos humanos (cuatro veces señaló que eso no ocurriría).
El primero de los diputados en tomar la palabra fue Luis Puig (Partido por la Victoria del Pueblo, Espacio 609), y luego continuaron Doreen Ibarra (Fidel), los socialistas Julio Bango y Daisy Tourné; Ivonne Passada, Susana Pereyra, Álvaro Vega, Roberto Frachia, Martín Tierno y Aníbal Pereyra, del Movimiento de Participación Popular (MPP); Víctor Semproni (Congreso Frenteamplista, Espacio 609), Gonzalo Mujica (Espacio 609), Óscar Groba (Claveles Rojos, Espacio 609); los nuevoespacistas Jorge Pozzi y Horacio Yanes; Jorge Orrico (Asamblea Uruguay) y José Bayardi (Vertiente Artiguista).
Cuando le tocó el turno, Tourné, ex ministra del Interior, reivindicó su derecho a discrepar públicamente con la idea lanzada al ruedo por Mujica -de hecho, el Comité Ejecutivo del PS fue el primero en criticarla, en un comunicado con fecha 5 de abril- y se refirió a la importancia de reflexionar sobre cómo será la relación entre los sectores del FA durante estos cinco años. Habló, además, desde su experiencia en vincularse con la Policía, de que resulta “central” que los subordinados sientan que el poder político “está de su lado”, y dijo que en ese sentido coincidía con la senda marcada por Mujica.
Vega, por su parte, puso sobre la mesa la inminente discusión parlamentaria sobre la nulidad de la Ley de Caducidad, y opinó que “el pueblo uruguayo ya se expidió dos veces” en consultas sobre esa norma (el referéndum de 1989 y el plebiscito del año pasado). Ese punto de vista, según confiaron asistentes a la reunión, fue contrastado por otros legisladores, que marcaron que si se aplicara esa lógica el Parlamento no podría rediscutir la ley que despenaliza el aborto o la habilitación del voto epistolar. También estuvo sobre la mesa en este debate la decisión que tomó el lunes la Mesa Política del FA, creando una comisión para estudiar cómo eliminar la caducidad del ordenamiento jurídico nacional.
Yanes recordó su pasado como soldado en la Fuerza Aérea, y planteó que un mecanismo para facilitar la reinserción de los militares en la sociedad consiste en revisar reglamentos y prácticas militares que “actualmente humillan” a los efectivos. Afirmó, además, que los militares presos “no tienen nada que ver” con la generación de oficiales que tiene menos de 50 años, y sugirió “no poner a todos los militares en la misma bolsa”. “El tema central es cómo hacemos para eliminar los fantasmas del pasado en las relaciones entre el FA y los militares. El mejor camino siempre es la justicia, y por eso muchos manifestamos nuestro rechazo a la excarcelación”, alegó el diputado canario, que luego recordó que el procesamiento de los militares por crímenes de lesa humanidad fue tomado “con normalidad” en los cuarteles.
Para el socialista Bango, la actitud que asumió Mujica al descartar el proyecto de ley para los presos mayores de 70 años refleja que el mandatario prioriza la “unidad de acción” en la interna del FA, en sintonía con lo que ha sido una “señal de identidad” de la principal fuerza política de la izquierda uruguaya. “Es una marca en el orillo del FA, y el presidente con esta posición se pone a la cabeza de esa rica historia de búsqueda de síntesis política”, comentó Bango, que coincidió acerca de la necesidad de impulsar “políticas activas” que acerquen a las Fuerzas Armadas al resto de la sociedad.
Según el legislador duraznense Tierno, la decisión de Mujica de retirar de la mesa el proyecto de ley demuestra que su “principal desvelo” es garantizar la unidad del FA. “Nos dio una buena oportunidad para expresarnos, que parece que no era algo tan común hasta ahora. El presidente hablaba y no se abría ninguna ronda para que hablaran los diputados, y esto ya marca una pauta de relacionamiento diferente”, reflexionó.