No hizo una campaña con enfoque de género. “No fue muy explotada durante la campaña su condición de mujer”, comentó a la diaria el candidato frenteamplista Daniel Ximénez. “Uno, por supuesto, no puede evaluar la campaña del contrincante, pero yo lo hubiera explotado teniendo en cuenta que en una encuesta que hicimos [en Lavalleja] dio que es un departamento conservador y machista. En ese contexto tendría que haber sido destacada”, opinó. Y añadió que “a Adriana la opacó mucho el grupo de gente que designó para los lugares de la intendencia”.

El candidato blanco Óscar Ximénez (Unidad Nacional) y el actual edil Alfredo Villalba (Alianza Nacional), suplente de Peña, contestaron con evasivas las preguntas formuladas en torno a que es un hecho histórico en nuestro país que una mujer resulte electa intendenta. “Vamos a alegrarnos mucho porque indica que los años de gobierno [del PN] le han venido muy bien”, respondió, y en este contexto lamentó que Peña no aceptara debatir con él. “Tenemos con Adriana una relación muy buena, cordial y amistosa, sin perjuicio de marcar diferencias de carácter político, que lo hemos hecho con mucha altura. El PN iba a ganar, según las encuestas, entonces un debate hubiera dado mejores elementos de juicio”, consideró Óscar Ximénez a la diaria horas antes de conocerse los resultados. Villalba, por su parte, fue tajante: “No, acá no es tema de mujer”.

“Para nada destacamos mi condición de mujer”, confirmó Peña, quien entendió que no era necesario. “El hecho de haber sido secretaria general e intendenta interina marcó un perfil de acción y eso hace que la gente me vea como un ser humano más allá de que soy mujer. Más allá de que algún votante me ha dicho que me iba a votar porque soy mujer, creo que nadie tuvo en cuenta en eso”, señaló la intendenta electa en diálogo con la diaria. Aclaró que pondrá un ojo en las políticas de género, que enfocará situaciones de violencia doméstica y la calidad de vida teniendo en cuenta las cifras de cáncer de mama y de cuello de útero.

No obstante, señaló que su “diferencial” en el gobierno departamental apuntará “a la gente que necesita”: “Ahí no hago diferencia de sexo, si es hombre o mujer; tenemos que aprender a cobijar a ese tipo de gente [necesitada] y la necesidad no tiene sexo”.

Todo tranqui

La jornada electoral en Lavalleja, y, en particular, en Minas, fue, en palabras de candidatos de todos los partidos, “chata”, “muy tranquila”, “desmovilizada”. Sin altoparlantes, con pocas banderas, la mayoría de ellas nacionalistas. “Se notó que hubo menos movimiento y un despliegue mucho menor, sobre todo de los blancos”, evaluó Daniel Ximénez, que llegó al comité del FA pidiendo música para “darle color” a la espera. “Yo sólo celebro con la victoria, como debe ser, por más que ya rompimos con la hegemonía del PN y eso es un logro para el Frente y para cualquier partido acá en Lavalleja”, dijo.

En el mismo sentido se expresó el candidato colorado Gustavo Risso (Lista 321) en diálogo con la diaria: “Hay un desgaste del gobierno blanco y el FA va a tener seguramente un resultado electoral mayor que en las pasadas elecciones, igual que el Partido Colorado”. “Ha sido una elección atípica, la gente no participa. Soy el secretario general del partido [en Lavalleja] y en cinco años este local no se cerró ningún día”, dijo, y agregó que se queda satisfecho con el resultado si su candidatura logra mantener la cantidad de ediles actual [dos]”, afirmó antes de continuar repartiendo listas.

Este escenario político favorece al Partido Independiente (PI), según su candidato, Juan José Correa: “No tenemos la confianza para sacar un edil, son las segundas departamentales en las que participamos. Pero el desgaste de todos los partidos nos favorece”, indicó a la diaria. Sobre este punto, Peña reconoció que “en Minas no hubo clima electoral” aunque subrayó que su partido se movilizó “todo el día llevando gente a votar”. “Ganando, yo celebro, aunque sea por un voto. Cuanto más es el apoyo de la junta, mejor. En este período tuvimos 23 ediles, pero no creo que estemos a la altura de superar eso, porque los 30 mil votos de 2005 fueron históricos. La influencia del gobierno nacional ha hecho fuerza, además de algunos errores que se cometen en el partido y que intentaremos no cometer”, sostuvo, aunque no quiso especificar.

Villalba intentó darle color a campaña: repartió sobrecitos de té mixto “La 44 Adriana Alfredo” con una “vida útil” de cinco años y que prometía que “con voluntad, creatividad, coraje y humildad haremos de lo imposible lo posible”, además de un champú para “limpiar la política”, y en su local partidario pintó: “Bienvenidos. No compro votos ni a la amistad le pongo precio”. “Nosotros andamos a los gritos con la gente, nos abrazamos con los otros candidatos, lo hacemos jocoso. Queremos hacer una fiesta porque es lo que es. Después le agregamos contenido de broma para distender. Hemos hecho algún latiguillo: el político tradicional te dice ‘votame, que después contás conmigo; estoy a las órdenes’”. “Sabe la gente que después nunca más lo ves. En cambio, yo les digo al revés: que hasta el 9 de mayo estoy a las órdenes y después que no me jodan. Y la gente se entra a reír. Es salir de lo tradicional”, explicó a la diaria ayer a media tarde.

Espera

Peña esperó el resultado en el local de la Lista 51, pendiente del escrutinio de Lavalleja y del resto del país, por celular: “¿Qué? ¿Ya sabés? ¡Qué susto! Qué cagazo tenías, eh”. Y anunció a los presentes que Sergio Botana había ganado en Cerro Largo: “Creo que todavía no lo puede creer”, comentó. “Acá vamos muy bien. ¿Y vos? ¿En serio?”. Y anunció: “Dardito [Sánchez] va 10% arriba en Treinta Tres”. “Hola, presidente. Acá estamos esperando todavía. Saludos, te llamo”. Y celebró: “Un saludo del presidente Lacalle”, que fue bien recibido por los presentes.

Las encuestadoras ya la daban ganadora y los resultados primarios a nivel local también. Incluso el candidato del PI se apareció a saludarla. Pero ella no quería salir: es que no se conocían los resultados de José Pedro Varela, donde la elección municipal estaba reñida con el FA. “¿Qué pasa con Varela?”, preguntaba. Pero sobre las 23.00, la llegada de Óscar Ximénez al lugar para saludarla por la victoria la obligó a salir del cuarto donde estaba el centro de cómputos. “Voy a acompañarte en la gestión municipal”, le dijo, y se abrazaron.

Enseguida la intendenta electa salió a saludar a la gente, que la recibió con papelitos de colores, a quien agradecía, trepada a una mesa. Toda su propaganda electoral la promocionaba como “Adriana intendenta”; anoche, a la hora de los festejos, los gritos eran “Se siente, se siente, Adriana intendente”, aunque quizá sólo fuera una cuestión de rima.