Tal como había comprometido ayer el canciller Luis Almagro en la reunión preparatoria, José Mujica levantó el veto interpuesto en 2008 por Tabaré Vázquez a la candidatura de Néstor Kirchner para ocupar la secretaría general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y se abstuvo de participar en la votación. Luego de que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, presentara la propuesta, y de que la presidenta argentina se negara a dar su opinión “por razones obvias”, según explicó, comenzó la ronda de presidentes argumentando su voto. Correa apoyó a Kirchner diciendo que “tiene experiencia y conoce el continente”, y el boliviano Evo Morales afirmó que “nunca dudó” en darle su voto.
“No nos gusta hacernos los distraídos”, fue el inicio de la intervención de Mujica. “Hemos decidido priorizar América del Sur para que ésta pueda intentar darse una representación continental que, sin comprometer la soberanía de cada uno de los países, le pueda decir al mundo ‘Aquí estamos, somos, luchamos por intereses y tradiciones que son en común’”, explicó Mujica, y agregó que se debe promover que los parlamentos “formalmente aprueben la existencia de este nuevo intento de unidad y de acercamiento”, porque en Uruguay “ningún presidente puede pasarles por arriba a las prerrogativas que tiene su Parlamento”.
Ayer Almagro explicó que Uruguay no participaría en la votación porque el país no es Estado miembro de la Unasur, ya que el Legislativo no ratificó el Tratado de Constitución del bloque, de 2008. En realidad, sólo cinco de los doce países que lo firmaron homologaron ese tratado, y se requiere la ratificación de nueve para que la Unasur se formalice.
Sin nombrar a Kirchner en su discurso, Mujica dijo que acompañaba “el consenso” de los presidentes latinoamericanos porque aspira “a progresar con el conjunto de los pueblos de América Latina”. “Pero, dentro de ellos, en primer término, con los pueblos argentinos, a los que consideramos no hermanos sino algo más, y con los que hemos tenido un conflicto todavía sin resolver. Pero apostamos a la buena fe de los pueblos argentinos”, expresó. El presidente aseguró que la decisión se tomó “sin pedir condiciones y sin que nadie nos haya pedido condiciones”, y aclaró que se resolvió “teniendo contradicciones muy fuertes en nuestro país”. En efecto, muchos dirigentes de la oposición reclamaron que al posibilitar la elección de Kirchner como secretario general se jugaba la última carta para la negociación bilateral.
Hugo Chávez se manifestó “fervorosamente” a favor de Kirchner, y sobre el conflicto entre Uruguay y Argentina dijo que “es necesario dar vuelta la página”. También avalaron al ex presidente argentino otros mandatarios como Fernando Lugo, de Paraguay, y Sebastián Piñera, de Chile.
Luego de que Kirchner asumiera el cargo, los presidentes acordaron apoyar a Haití y Chile, rechazaron la “ley antiinmigración” aprobada por el estado de Arizona en Estados Unidos, y se solidarizaron con el gobierno paraguayo. No se aprobó declaración sobre la situación de Honduras. Según informó Almagro al finalizar la reunión, no hubo acuerdo entre los doce países participantes, dado que algunos han reconocido al gobierno de Porfirio Lobo y otros no.