El Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas y Administración (CECEA) y el Centro de Estudiantes de Nutrición (CEN) se pronunciaron la semana pasada por la reelección del rector Rodrigo Arocena, un camino que ya habían tomado los gremios de Bellas Artes, Bibliotecología y Archivología, Ciencias y Ciencias Sociales. Arocena se siente “honrado” con esas propuestas, aunque personalmente “preferiría concluir este ciclo”, según publicó el viernes pasado el informativo del rectorado.
“Aceptaría, sin embargo, ser candidato si lo proponen actores colectivos que incluyen al movimiento estudiantil y si tal candidatura sirve como un catalizador, entre otros, de la suma de esfuerzos para el despegue”, explicitó el rector. La metáfora de Arocena es clara: si la Universidad fuera un avión y la Reforma un vuelo de altura, ya se podría completar el prólogo del viaje. “En estos años se ha definido el rumbo y el avión ha acelerado su marcha por la pista. Ahora viene lo realmente difícil: el despegue”, explicó el titular de la Udelar. Marcó como un “hito” de ese “correteo por la pista” el apoyo al proceso de reforma emanado de la Convención de ADUR del 22 de mayo y la decisión unánime del último Consejo Directivo Central (CDC), que se comprometió a tener el nuevo articulado antes de fin de año.
La AGC recepcionará el 30 de junio los votos de 45 delegados docentes, 30 egresados y 20 estudiantes. La Ley Orgánica de 1958 establece que el nuevo rector tiene que ser votado por al menos dos tercios de los 105 miembros plenos (algunas casas de estudios tienen voz pero no voto). Si el candidato no alcanza ese porcentaje en dos votaciones sucesivas se convocará, después de 15 días, a una nueva AGC en la que el rector podrá ser electo con una mayoría absoluta de los componentes. En caso de que fracase esa instancia, hay una tercera convocatoria que puede sesionar con cualquier número de asistentes y en la que será electo el candidato con mayor número de votos, en una contienda que enfrenta a los dos más votados en los intentos anteriores.
A medirse
De los 30 delegados del orden estudiantil en la AGC -dos por cada una de las 15 facultades o institutos asimilados-, la FEUU cuenta con 26 representantes, ya que cuatro de ellos responden a tendencias minoritarias -y afines a los partidos tradicionales-, como la Corriente Gremial Universitaria (CGU). En el marco del diferendo interno, todos sacan cuentas para medir la correlación de fuerzas. Los centros que no se han acreditado en las anteriores convocatorias a la Convención tienen 13 de esos 26 delegados, un peso mayor del que tiene esa posición en la Mesa Ejecutiva de la FEUU (allí tienen uno de los siete representantes). Milton Rodríguez, del Centro de Estudiantes de Humanidades y Ciencias de la Educación (CEHCE), uno de los firmantes de la carta que le dio visibilidad al conflicto, reconoce que por primera vez después de la recuperación democrática, la FEUU podría llegar a la AGC con más de una posición para elección del rector. “No aceptaremos un mandato que no respeta los estatutos y que pasa por encima de la orgánica. A nosotros no nos corren con los tiempos”, aludió el representante del CEHCE, crítico con la reforma de la Ley Orgánica y que la semana pasada solicitó por carta -firmada con otros siete centros- que las diferencias sean laudadas en un Consejo Federal.
Para Gabriel Bermúdez, de la Asociación de Estudiantes de Medicina (AEM), firmante de ambas notas, el origen del conflicto no es la elección del rector sino el debate por Ley Orgánica y por eso descarta que detrás de los posicionamientos haya interés en reeditar la experiencia de promover la candidatura de Roberto Markarián, como se ha manejado. “Hoy no puedo aventurar si habrá más de un candidato de la FEUU, pero el problema no pasa por ahí”, sentenció Bermúdez, que piensa que la crisis “puede ser una posibilidad” para reforzar la unidad de acción en la FEUU en el futuro.
Desde la otra posición, Nicolás Frevenza, delegado en el CDC y del gremio de Ciencias, replicó que los estatutos estipulan que el candidato a rector debe elegirse en la Convención, que luego mandata a los delegados en la AGC, incluso desde el punto de vista ético. “La unidad de acción es clave y las definiciones políticas hay que respetarlas, si no seríamos un club de estudiantes”, se quejó. Frevenza adelantó que la Mesa Ejecutiva no convocará a un Consejo Federal hasta que sesione la Convención, cuya instalación, según dijo, ha sido “boicoteada” por los centros que no se acreditan.
Hoy de mañana la Mesa Ejecutiva analizará una nueva propuesta de reglamento para que la FEUU pueda elegir su candidato a rector. “No vamos a permitir que la Convención no funcione y estamos dispuestos a tomar resoluciones extremas si persiste el boicot, aunque eso cueste la continuidad de la Mesa Ejecutiva”, advirtió.