Público objetivo
Otra discusión pendiente en el FA refiere a la alianza social de la izquierda. El MPP advirtió en el documento aprobado por su Ejecutivo que “está dañada la base social que le dio sustento al fenómeno del FA”, y fundamentalmente “la clase media, comerciantes, profesionales, productores, trabajadores, intelectuales”, que “no sienten que el gobierno actual los represente”. La Vertiente Artiguista (VA) también considera que la base social está dañada. “Creemos que hay un problema de grietas en la alianza social que fue soporte de este gobierno”, dijo el senador Enrique Rubio a la diaria semanas atrás, y apuntó que deben darse “señales hacia los sectores medios”. Una de estas señales sería, para la VA, cambiar la medida de rebaja de dos puntos de IVA que proyecta el gobierno por una suba del mínimo no imponible del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF), ya que entienden que la baja del IVA no tiene efectos redistributivos. La misma opinión tiene el Partido Comunista. Consultado al respecto, Agazzi puntualizó que su grupo, el MPP, comparte la medida que proyecta el equipo económico pero también la preocupación respecto a sus alcances. Economía “está pensando cómo hacer para que la rebaja de los impuestos la sientan en el bolsillo los sectores sociales a los que queremos que llegue”, aseguró. Para eso, se está estudiando la posibilidad de utilizar tarjetas alimentarias que permitan descontar el IVA de los alimentos automáticamente, o bien devolver el impuesto al contribuyente.
En documentos, declaraciones o conversaciones informales, el diagnóstico que los sectores del FA hacen de los últimos cinco años es similar. Se llega a la conclusión de que se gobernó “muy bien” pero que ese buen desempeño no se reflejó completamente en las urnas. Los resultados electorales de mayo reforzaron esta percepción.
Para el Comité Ejecutivo del Movimiento de Participación Popular (MPP), por ejemplo, una de las causas de este fenómeno es que se gobernó “para la gente” y no “con la gente”, según se señala en un documento publicado en el mensuario Participando. “El gobierno tuvo logros importantes para todos los sectores, incluso también para la clase media. Pero tenemos que hacer un segundo gobierno menos gerencial y más político”, señaló Ernesto Agazzi a la diaria. Para el senador emepepista, uno de los factores que contribuyeron a que la ciudadanía no se sintiera partícipe fue el ritmo legislativo de la administración encabezada por Tabaré Vázquez, y estimó que eso debe modificarse.
“No tenemos que hacer 800 proyectos de ley y sacarlos como chorizo. Vamos a legislar más lento pero con menos desconfianzas. Cada vez que saquemos un proyecto vamos a conversar con la gente, para que no se enteren por la radio y por la tevé de las medidas del gobierno”, precisó. Con respecto a las críticas de la oposición sobre la lentitud del Poder Ejecutivo en materia de iniciativas legislativas, el senador consideró que la productividad “no debe medirse por cantidad de leyes que se aprueban sino por los cambios que se hacen carne en la sociedad”.
Las otras agrupaciones mayoritarias del FA, el Frente Líber Seregni (FLS) y el Partido Socialista (PS), coinciden en términos generales con el diagnóstico. “Yo sigo pensando que el FA en el gobierno transformó la vida de los uruguayos para bien, sólo que no lo hemos sabido internalizar como uruguayos. Hay cosas en las que la gente no se ha sentido partícipe”, reconoció la diputada Daniela Paysée (Asamblea Uruguay, FLS). Para Paysée, una de las causas puede haber sido que no se supo “comunicar”. “Nuestros cuadros políticos han perdido ese contacto que el FA supo tener con la gente, y debemos procurar revertirlo”, advirtió.
Acción y reacción
La falta de participación también alcanzó a la fuerza política. “Después de ganar el gobierno hubo un afloje. Creo que hay que definir el rol de una fuerza política que está en el gobierno, que no tiene que ser obsecuente, que tiene que ir adelantándose en estrategias y líneas pero que tiene que tener un ida y vuelta que no la paralice”, estimó Paysée. Opinó que en el primer período el FA “quedó shockeado frente a cosas a las que podía responder y no lo hizo”, como por ejemplo a los ataques a la reforma tributaria. “Y no salimos a defender el primer presupuesto de izquierda con la fuerza con la que lo tendríamos que haber hecho”, evaluó.
Para la senadora Mónica Xavier (PS), “no hubo un involucramiento de la gente” con las acciones del gobierno. “Sin duda que en el primer gobierno no hubo una cultura de participación. Algunos integrantes de la fuerza política no eran partidarios de que incorporáramos la participación social. La fuerza política no acompañó las acciones de gobierno, no supo hacer ese nexo entre gobierno y sociedad para el que están los partidos políticos”, opinó, pero consideró que se trata de un “proceso”.
Respecto al ritmo legislativo, tanto Paysée como Xavier entienden que es natural que se enlentezca en este quinquenio, ya que el anterior fue el primero de la coalición de izquierda y hubo que aprobar “reformas y marcos legales imprescindibles”. Eso impidió, según Xavier, “una acción política más decidida” de los legisladores, porque “se consumió mucho en la tarea parlamentaria y no dio el tiempo para realizar la tarea de difusión con la gente”. Esta situación podría revertirse ahora porque “no es necesaria una producción legislativa tan intensa”. “Tenemos cinco años de gobierno frenteamplista que permiten que el ritmo sea diferente”, coincidió Paysée.