Monolíticos

Los líderes de la oposición expresaron ayer de noche su satisfacción por la culminación del conflicto, al término de una entrevista con Almagro en la sede de la cancillería. Asistieron Pedro Bordaberry (Partido Colorado), Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional) y Pablo Mieres (Partido Independiente). Destacaron que ahora se podrá abordar una agenda de temas pendientes con Argentina, que la clase política uruguaya se mostró unida y que la oposición estuvo siempre informada. Bordaberry consideró que el ingreso a la planta “no es lo mejor”, aunque reconoció que “en algo había que ceder”. También estuvo presente el presidente del FA, Jorge Brovetto, quien marcó que “si esto se hubiera hecho de esta manera cinco años atrás, se hubiese demostrado que es a través del conocimiento y de la ciencia que el asunto se arreglaba”.

El viaje relámpago de Mujica dio los resultados que esperaban ambos presidentes. Las sonrisas de los cancilleres Héctor Timerman y Luis Almagro antes de la conferencia de prensa en la residencia de Olivos dieron la pauta de que concluía una larga historia de desencuentros, motivada por la instalación de la pastera en Fray Bentos y el bloqueo del puente binacional por parte de la Asamblea de Gualeguaychú.

Almagro expresó su “profunda satisfacción” porque se retomará “un programa de monitoreo que había comenzado en 1999” y que se extendió hasta 2001, y Timerman dijo sentir “orgullo y alegría” porque “el río Uruguay se convertirá dentro de muy poco en la primera frontera con control medioambiental total”. Restaba afinar algunos detalles para concluir el acuerdo y los presidentes terminaron de definir quién cedía en qué aspectos.

Argentina renunció a su pretensión de incorporar un “capítulo aparte” para UPM. En cambio, el documento firmado hace una referencia genérica a todos los “establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al río Uruguay y sus áreas de influencia”, aunque se apunta que el control empezará por UPM y por la desembocadura del río Gualeguaychú. Luego “seguirá en Argentina con un establecimiento o lugar a elección de la parte uruguaya”, con lo cual la cancillería uruguaya obtuvo la “medida espejo” que reclamaba y al mismo tiempo da margen para que Argentina “actualice” su normativa ambiental.

Argentina también rehusó a establecer un control “permanente” sobre UPM. A cambio, Uruguay accedió a habilitar el ingreso a la planta, algo en lo que se había mostrado reticente al principio. El acuerdo dispone que se permitirá hasta doce ingresos anuales a cada uno de los establecimientos.

Por otra parte, se establecerá un monitoreo permanente de los efluentes líquidos y las emisiones gaseosas “que puedan acceder al río Uruguay” a partir de la utilización de sensores “así como todas las otras innovaciones científicas y tecnológicas” necesarias.

El control estará a cargo de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) junto con una comisión integrada por cuatro científicos, dos por país, que deberá conformarse en 30 días. Almagro informó a la diaria que el miércoles se reunirá con la delegación uruguaya en la CARU para comenzar a definir ese aspecto. Cuando el monitoreo se realice en la ribera uruguaya, se regirá por las normas de la CARU y de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, y cuando sea en la otra ribera, las normas a aplicar serán las de la CARU y las de la autoridad ambiental argentina que corresponda. Los organismos estatales de cada país serán los encargados de tomar las muestras en su territorio y las entregarán al Comité Científico de la CARU. La información que se obtenga será publica y los resultados y conclusiones elaborados por el Comité Científico serán elevados por la CARU al Estado correspondiente “para que implemente las acciones que resulten pertinentes”.

Secretos y silencios

A su llegada a Uruguay, Mujica se mostró “conforme” con el desenlace y agradeció “al pueblo de Fray Bentos que fue el que bancó y bancó”. “Este tema consideramos que pasa al telón de los recuerdos. No es un día histórico, es de historieta”, comentó. Opinó que contribuyeron a la solución la “voluntad negociadora”, “el cultivo de las relaciones personales” y “el cuidado de ciertos detalles que hacen a la subjetividad humana”. “Los expedientes no negocian, los que negocian son criaturas humanas”, sentenció.

La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú analizaba ayer a última hora el acuerdo. Uno de sus referentes, José Pouler, adelantó a la diaria que le parece una “aberración total”. “Argentina claudicó ante Uruguay”, evaluó. Cuestionó que se establezcan doce controles anuales en vez de haberse dispuesto un acceso irrestricto a la planta. “Ese condicionamiento no tendría que existir. Es muy ambiguo, no es claro, porque el día en que se quiera entrar ellos van a adecuar todo para que no haya elementos [que prueben contaminación]”, cuestionó.

Pouler también se mostró en desacuerdo con que el monitoreo de UPM se haga bajo las normas de la Dinama y consideró que se debió establecer criterios específicos para este caso. Estimó que la Asamblea mantendrá su tregua hasta el 19 de agosto para estudiar el acuerdo, “ver lo que hay y sobre esa base tomar decisiones”. Los representantes de UPM declinaron hacer declaraciones “por ser un tema entre gobiernos”, aunque Almagro aseguró: “UPM apoyó todo el proceso”.