La Universidad de la República (Udelar) ingresó en la recta final para la elección del nuevo rector, un debate que comenzará a dar la Asamblea General del Claustro (AGC) convocada para el 4 de agosto. En ese marco, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) juntó anoche en un debate en el Paraninfo a los dos candidatos propuestos hasta el momento: Salvador Schelotto, ex decano de Arquitectura, y el actual rector, Rodrigo Arocena, que formalizó así sus aspiraciones reeleccionistas.
Los que imparten
El Consejo Federal de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR) avanzó este lunes en la elaboración de una plataforma programática que será presentada a los candidatos a rector, en la que estarán plasmadas reivindicaciones para el próximo período. El documento estaría pronto esta semana y será enviado a los centros afiliados a la gremial, con el propósito de que sirva como insumo para las decisiones que deberán tomar en los próximos días (a diferencia de la FEUU, ADUR no lleva posición como cuerpo a la AGC). Hasta ahora sólo ADUR Bellas Artes tomó partido por la reelección de Arocena y eso se explicaría, según dicen desde el gremio, porque muchas facultades han elegido sus decanos en estas semanas y en eso se habría concentrado buena parte de las energías. El lunes de noche fue reelecto el decano Fernando García Préchac por el claustro de la Facultad de Agronomía, que estará al frente de esa institución durante el período 2010-2014. García Préchac ha trabajado como investigador y consultor en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria: está al frente de una facultad que cuenta con 450 docentes, unos dos mil estudiantes de grado y 270 de posgrado.
Schelotto reclamó un “sinceramiento” institucional respecto a “insuficiencias” en los últimos años, mientras que Arocena llamó a aprovechar el “clima espiritual” inédito que vive el país para “terminar de despegar” con el proceso de reforma de la Ley Orgánica.
El rector elogió el “intenso debate” que ha dado la Udelar en los últimos años sobre su papel en la sociedad uruguaya, insistió en la necesidad de cambios plasmada en la propuesta de nueva reforma universitaria de 2007 y comparó todo este proceso con un avión “que comenzó a despegar”. “Hemos encontrado dificultades, pero avanzamos cuando logramos construir acuerdos”, evaluó Arocena, que piensa que el principal adversario sigue siendo “la inercia”, ya que todas las “sensibilidades universitarias” apuestan a la reforma.
La Udelar del 2020 dependerá, según Arocena, del ritmo de esos cambios, ya que el país atraviesa un momento “histórico” que no justifica argumentos como que la ley de 1958 implicó siete años de discusión. “Hoy Uruguay volvió a pensar en su futuro”, continuó.
Luego esbozó un ejercicio de escenario ideal para 2020: estará consolidado el sistema nacional de educación terciaria pública, habrá entre 150 y 180 mil estudiantes universitarios (40 mil de ellos radicados en el interior), se facilitará el tránsito entre instituciones y los graduados por año serán unos nueve mil (hoy son la mitad). Habló de centros regionales en el interior con “fuerte capacidad” de gestión y autonomía, programas específicos con la colaboración de gobiernos locales y equipos docentes con alta dedicación.
Schelotto reclamó una “visión autocrítica” del proceso de “fragmentación” que vivió en los últimos años la universidad pública y que atenta contra la construcción de un “relato global”. “En esto la Udelar tiene una deuda consigo misma”, afirmó, y sostuvo que “problemas de gobernabilidad” internos limitan su capacidad de proponerse “cambios significativos”. Mencionó el cambio que implicó la llegada del Frente Amplio al gobierno (“la discusión presupuestal no terminó en una huelga”), pero acotó que “paradójicamente” el nuevo escenario no redundó en mejoras de los servicios universitarios.
En clave de futuro, apostó a la inversión en educación como fundamental para el desarrollo del país productivo; propuso llegar a 2030 con una tasa bruta de escolarización del 90% de los jóvenes entre 18 y 24 años; previó una Udelar “que funcione en red” en todo el territorio nacional y apostó a una “creciente incorporación” de los graduados a la vida universitaria. Reconoció que el cobro de matrículas para las carreras de posgrado no le provoca “antipatía” y propuso enmarcar ese debate en los principios de justicia social que impregnaron la última reforma universitaria. Arocena matizó su visión sobre este tema, apuntando que la Ley de Educación establece la gratuidad de “toda” la educación pública. Continuaron los intercambios sobre investigación, extensión universitaria y participación de los funcionarios en el cogobierno. Luego desde el público (el único político presente era el socialista Eduardo Fernández) surgieron preguntas, y ante una de ellas Arocena negó que haya presiones a la FEUU para que defina posición sobre la Ley Orgánica. “No es sensata esa hipótesis”, dijo.
Hora clave
La AGC está integrada por 45 representantes de docentes, 30 de egresados y 30 de estudiantes. De acuerdo con la Ley Orgánica de 1958, el rector debe ser elegido con por lo menos dos tercios de esas 105 personas. Si ningún candidato logra ese respaldo en dos votaciones sucesivas se debe convocar, después de 15 días, a una nueva AGC en la que basta la mayoría absoluta de integrantes. En la previa, Arocena llegaría con más respaldo que Schelotto a la Convención Extraordinaria de la FEUU, que prevé reunirse este sábado y que tiene dos puntos previos en su orden del día: el postergado ingreso a la federación del Centro de Estudiantes de Diseño Industrial y la elección de delegados estudiantiles al Consejo Directivo Central (CDC). Schelotto cuenta sólo con el respaldo del Centro de Estudiantes de Arquitectura, mientras que el nombre de Arocena ya fue votado en asambleas de los gremios de estudiantes de Bellas Artes, Bibliotecología y Archivología, Ciencias, Ciencias de la Comunicación, Ciencias Económicas y Administración, Ciencias Sociales, Educación Física, Nutrición, Veterinaria y Química.
El candidato de los estudiantes en la AGC debe ser apoyado por al menos un tercio de los 207 convencionales habilitados (el quórum de instalación es 60%). Ese mandato correrá para 27 de los 30 representantes del estudiantado que responden a la FEUU. Martín Benia, de la Corriente Gremial Universitaria (CGU) de Veterinaria, explicó que los tres delegados de este espacio en la AGC no han definido a quién votarán para el rectorado, y puso en duda que esa decisión surja como resultado del debate de anoche. “Por ahora la orejeamos y falta una reunión con Schelotto porque ya estuvimos con Arocena, y no es lo mismo un mano a mano que un debate”, explicó.