En Tomás Gomensoro, departamento de Artigas, funciona desde 1971 el comité Salvador Porta. Su nombre hace honor a un escritor, médico y militante social nacido en ese pueblo; socialista y luego comunista. Julio de Souza, con más de 70 años y fundador del FA, es uno de sus referentes. Cuenta que hay 306 inscriptos en el padrón para estas elecciones, aunque los militantes permanentes son 20.

“Nos movilizamos para que no muera el comité de base. Las bases son el movimiento del FA, los que van a la calle, los que están con la gente. Los sectores fueron mezclándose en las bases y están comiendo de a poquito a los comités”, evalúa. En el Salvador Porta están de acuerdo con las elecciones abiertas de candidatos porque “dan participación a la gente” y también miran con simpatía a las redes porque “hacen participar”. De Souza cree que las bases tienen que tener más presencia en el gobierno. Reclama que el FA se “descentralice” porque el interior “está muy pasivo” y recibe siempre “lineazos” de Montevideo.

La elección de autoridades de los comités de base y representantes a las coordinadoras en Montevideo y a las departamentales en el interior comienza hoy y se extiende hasta el domingo. En algunos se propiciará una discusión sobre la estructura de la fuerza política, cuya Mesa Política el lunes emitió una declaración en la que señala que “los comités de base son la columna vertebral del proyecto político que impulsamos, el FA es impensable sin ellos. La profunda renovación que todos reclamamos a nuestra fuerza política para avanzar en el proceso de cambios sólo será posible si somos capaces de entender que es en los comités de base donde está su sustancia y que ningún proyecto político será realmente popular y democrático sin su concurso”.

Por escrito

Habrá varios temas en discusión en las casi 400 asambleas que se desarrollarán hoy en todo el país, de cara al Plenario Nacional del 11 y 12 de setiembre. El comité 9 de Julio de la coordinadora Ñ, en Montevideo, ya resolvió remitir a esa instancia un documento aprobado este mes, para que sirva de insumo a la discusión sobre el rumbo del FA. Allí consideran que “la priorización de objetivos electorales por sobre el proyecto político”, “la elevación del papel del candidato por sobre la elaboración colectiva” y “la sustitución de las corrientes de pensamiento por simples expresiones electorales, donde el fin parecería ser meramente la obtención de cargos”, han llevado a “la falta de consensos y el desdibujamiento -al extremo de inexistencia- en la unidad de acción de la fuerza política”.

Entienden que la división del FA en 27 sectores lo posiciona “hacia la opinión pública en una suerte de fragmentación de la izquierda sin parangón en la historia, barriendo la imagen construida a lo largo de décadas”. Advierten sobre el debilitamiento de los comités de base, la “sobrevaloración” de las nuevas formas de comunicación, la “falta de información en tiempo y forma” a los comités que configura una “política de hechos consumados”, la “partidización de los candidatos, la instalación de ámbitos ajenos a la fuerza política como la reunión de los cabezas de lista, la elevación a su máxima expresión de las campañas electorales por sobre la estructura, la falta de convocatoria a la dirección nacional, la no convocatoria a las agrupaciones de gobierno, el no funcionamiento de las comisiones centrales”.

Concluyen que algunos ámbitos deben ratificarse antes de poder concluir que es necesario modificarlos. En cuanto al relacionamiento entre la fuerza política y el gobierno, entienden que debe centrarse en la defensa de la gestión y en el seguimiento y cumplimiento del programa de gobierno. Califican de “comprensible” el hecho de que en determinadas circunstancias el gobierno deba alejarse de los lineamientos del proyecto político, pero no justifican “bajo ningún concepto que la fuerza política readecue los principios ideológicos a las necesidades coyunturales del gobierno”.

Cosas que duelen

Las redes frenteamplistas no tienen previsto ningún “banderazo” para hoy. Un sector de ellas se alejó de otros grupos del FA nucleados por internet, como el Proyecto Miramar (PM), e impulsa una iniciativa propia. Se trata de Red fanáticos, una página en internet de próxima construcción que propiciará el intercambio entre redes, fundamentalmente del interior del país. Una de sus promotoras, Ana Hosta (la obrera textil que empezó a coser la bandera gigante del FA en la última campaña electoral), explicó que quisieron desmarcarse del PM porque ellos “quieren acaparar todo” y las redes son “algo mucho más amplio”.

Para Hosta, la movilización en el FA está “medio complicada” porque “la gente está un poco decepcionada de muchas cosas” y esto se refleja en los intercambios en internet. Advirtió que la gente está “enojada” por el caso de los hermanos Peirano y se lamentó de que existen “acomodos” en el gobierno y gente “que queda sin laburo porque es de otra chacra”.

En el interior, los principales decepcionados son los militantes de departamentos donde el FA perdió la intendencia. Miguel Cabillón, integrante de la comisión de propaganda y medios de la departamental de Paysandú, cuenta que están “tratando de arrancar de vuelta” luego de la derrota de Julio Pintos. “Casi todos estamos sin entender lo que pasó. Hoy por hoy la movilización, excepto los militantes de los comités de base, es cero”, se lamentó.