-¿Qué evaluación hace de lo sucedido en Piriápolis?
-Ahí hubo un desastre, una macana terrible. El domingo de mañana temprano, cuando me entero de la cosa, ya sabíamos la responsabilidad de quién era y cómo se había dado. Le ofrecimos al juez la posibilidad de la investigación de asuntos internos para ampliar, y nos dijo que no era necesario porque ya tenía todo suficientemente claro. Y ya el domingo resolvimos la conferencia de prensa, porque así como hemos apoyado a policías que la han visto complicada incluso con la Justicia, porque entendíamos que habían actuado bien más allá del procesamiento, en este caso estaba clarísimo que tenían responsabilidad en la muerte, agravado porque uno de ellos había “plantado” un arma simulando que había sido agredido, lo cual es muy grave, porque trata de distorsionar los hechos para justificar la actuación. Y nos planteamos denunciarlo.
-¿El clima existente en torno a la inseguridad puede haber tenido algún tipo de incidencia en la acción del policía?
-No, porque nosotros hemos estado continuamente manejando la necesidad de mejorar la relación con la sociedad. Una cosa es cuando existe un tiroteo, y otra cosa es cuando lo que hubo fue una falta de tránsito. Nosotros hemos creado una comisión, que la preside Policía Caminera, y si bien no se transformó en orden todavía, la recomendación de esa comisión es que en el caso de picadas o en el caso de la “gallina” -que es cuando se enfrentan dos motos y van una contra la otra a toda velocidad, y el que dobla es “gallina”-, en ningún caso hay que hacer seguimiento de quien estuvo en esa falta, porque el seguimiento puede ser peor que dejarlo ir, y puede producir accidentes. Por lo tanto, alcanza con tomarle la matrícula y esperar a ubicarlo después. Esa recomendación se va a transformar en orden en cualquier momento. En ese marco, seguirlo, y todavía tirar, no tiene nada que ver con el clima de seguridad. El clima de seguridad pasa por mejorar la relación con la sociedad, y para eso hay que encarar las cosas de otra manera.
-¿Esto no podría sembrar dudas sobre el ingreso de militares a la función policial, ya que no están acostumbrados a tratar con civiles?
-Acá no se trata de que los policías estén acostumbrados a tratar con civiles. Acá se trata de policías que han faltado a los deberes y han faltado a la formación que se les ha dado. No estamos en la situación de que éstos están acostumbrados y no puede venir gente que no esté acostumbrada. No se trata de eso.
-¿Qué piensa del pasaje de militares a la función policial?
-Nosotros tenemos más de tres mil vacantes técnicas, administrativas y ejecutivas. Cada una de las vacantes tiene requisitos determinados, y lo que vamos a hacer es analizar para cada cargo cuáles son esos requisitos y de qué forma los pueden llenar militares. Si cumplen con los requisitos, entonces tienen derecho a hacer el curso que los habilita, si lo aprueban, para ingresar a la Policía. Las direcciones generales de secretaría de los dos ministerios (Interior y Defensa) están comparando los requisitos con las condiciones, y pensamos que hay varios que van a poder entrar. No todas las vacantes van a poder ser llenadas de esa manera, pero unos cuantos van a entrar. Sobre todo en cárceles, en la Guardia Metropolitana, en las jefaturas de policía de Montevideo y Canelones, y más que nada en Bomberos.