Extremoduro

En un análisis puesto a consideración esta semana ante el resto del FA, Asamblea Uruguay sostiene que las sugerencias de avanzar hacia “un proyecto diferente” apuntan a “introducir un debate” que al oficialismo no le convendría promover en su interna. Los orientados por Danilo Astori -que aluden a los planteos del comunista Eduardo Lorier- piensan que esta segunda fase del “gobierno en disputa” no va “más allá de formulaciones” y que están lejos de prefigurar un “proyecto económico-social” alternativo. Los asambleístas creen que no se puede resolver problemas concretos con fórmulas genéricas del estilo “hay que respetar el programa”, ya que éste se aplica sobre una “realidad concreta, particular, movediza y muchas veces imprevisible”. En AU temen que no todos los frentistas lo entienden de esa manera, ya que en algunos casos se percibe un “lenguaje político propio de un tiempo perimido”, como resabios de una “era bipolar que dio paso a otro mundo”. La argumentación sigue adelante a través de preguntas. “¿No practicamos a veces el discurso de cuando éramos oposición e, incluso, el de la época de la dictadura? ¿Le estamos hablando al uruguayo del siglo XXI, con sus inquietudes, interrogantes y aspiraciones actuales?”, cuestiona, En la otra punta del dial, la Corriente de Izquierda (CI) también apeló a los signos de interrogación en sus aportes. “¿Ha perdido el FA su razón de ser, en tanto herramienta unitaria de lucha principista, revolucionaria, antiimperialista y antioligárquica?”, despliegan en el documento entregado al plenario. En la CI consideran que a muchos dirigentes “les rechina” que le recuerden esa “condición histórica revolucionaria” del FA: “Ahora se habla del rostro humano del capitalismo […] parecería que para determinados ‘compañeros’ ya no existen explotados y explotadores, incluso algunos llegan a decir que ya no existe la oligarquía en Uruguay”.

Plantean además, como otra medida para incentivar la “participación de los jóvenes”, que todos los funcionarios rentados se jubilen cuando tengan la edad requerida, ya que así se evitaría la “tendencia” de aferrarse a los cargos, algo que se ha “naturalizado” en la izquierda porque las “cuotas de poder” permiten “sobresalir y trascender”. “Pero eso con el tiempo nos va anquilosando y burocratizando”, alertan los militantes del otro lado del charco, que fundamentan su moción desde los aportes más recientes de la ciencia.

Según consignan en el documento, los científicos estiman que el promedio de vida pasará brevemente de los 80 a los 100 años, y por eso hay que “tomar precauciones” para que los jóvenes no se sientan “cada vez más postergados”. “Esto, por supuesto, no implica un retiro de los compañeros, que tendrían que seguir militando y haciendo un aporte valioso en la formación de cuadros, tan carente hoy en nuestra fuerza”, agregan desde el comité 1971 que, en otro orden, reclama su derecho a ser considerado como coordinadora dentro del FA. Como éste, otros insumos de autocrítica aprobados por los comités llegaron a la dirección frenteamplista, los cuales fueron entregados el miércoles a los miembros del Plenario.

El comité 33 Orientales transmite en su informe que las bases se sienten “ninguneadas” por la fuerza política, y pone como ejemplo la definición de los candidatos para alcaldes en Montevideo, pautada por los equilibrios sectoriales y sin tomar en cuenta a los referentes territoriales. Se preguntan qué pasará con los “compañeros independientes” si desaparecen los comités, aunque autocríticamente reconocen que ha bajado la participación y que “seguir así sería un sinsentido”. “Muchas veces pareciera que los compañeros son repetidores de los diferentes sectores”, admiten.

Recargados

El Atahualpa Cardozo, también de Montevideo, menciona los “continuos malhumores” que ha provocado en la base la escasa participación de los legisladores y jerarcas en las convocatorias de los comités y las coordinadoras, a lo que debería sumarse que “no todos realizan sus aportes financieros y tampoco respetan las decisiones de los congresos”. “Estas actitudes generan cansancio, molestan y desmotivan a la militancia. Por lo tanto, se debería trabajar más en normas éticas en la interna del FA”, sugieren. Las designaciones en el gobierno de José Mujica, interpretan, se hicieron “por cuota política y sin respetar la idoneidad técnica”, y por eso muchos jerarcas capacitados quedaron “fuera de juego”. “Esto irrita a las bases, ya que supuestamente no íbamos a caer en los caudillismos o acomodos de los partidos tradicionales”, fustigan.

El comité de base Blanca Gorriarán, de Rosario, en Colonia, tampoco está de acuerdo en cómo se procesaron los nombramientos del segundo gobierno del FA, y se queja porque no se tuvo en cuenta la experiencia acumulada por jerarcas de la administración de Tabaré Vázquez. “Estamos perdiendo credibilidad y nos resulta imposible defender esta forma de hacer go­bierno [...] tememos que, de seguir así, parte de lo bueno que hacemos quedará empañado por estas prácticas y estaremos comprometiendo el triunfo electoral de 2014”, alertan los frenteamplistas pichoneros, molestos porque el oficialismo utiliza las “mismas prácticas” de los partidos tradicionales que “siempre hemos criticado y juramos combatir”.

Los salteños del comité Tanque Sur Omar Lucas arremetieron contra el ex intendente Ramón Fonticiella, hoy senador por el Frente Líber Seregni, y de paso informan que están estudiando la posibilidad de denunciarlo ante el Tribunal de Conducta Política. Están molestos porque en la Mesa Departamental del 19 de Julio -en la que el comité hizo circular una nómina de frentistas que deberían dejar sus cargos en la Intendencia de Salto, gobernada por el Partido Colorado-, Fonticiella volvió a “descalificar la voz de los militantes de base”, como lo hizo durante su gestión, según afirman.

Le atribuyen frases, supuestamente vertidas en ese cónclave, como “persecución al estilo inquisición” y “señalamiento de personas”, cuando tuvo que responder a los cuestionamientos. “A pesar de haberle causado un gran daño a nuestra fuerza política, este compañero sigue sin tener la humildad para asumir su responsabilidad en la situación del FA departamental. Su soberbia sigue intacta, desmereciendo las opiniones contrarias a su posición, que cada vez se encuentra más alejada de la realidad”, sentencian.