-¿Por qué el libro?

-Para reivindicar el personaje y a los que quedamos colgados a la espera de una respuesta razonable y fundada sobre lo que había pasado. También para denunciar cómo opera el sistema político, del cual el Poder Judicial forma parte, para ocultarle a la gente hechos que preocupan. Todo dato contrario a la versión oficial, a la razón de Estado, se excluye, y, lo que es peor, si es necesario se urde toda una teatralización para demostrar, por ejemplo, que lo que un testigo vio fue simplemente una confusión. Hago una denuncia pública, pero no creo que el Poder Judicial se interese en reabrir el caso.

-¿Qué importancia tiene la relación amorosa de Saravia con su secretaria?

-Fue lo que se utilizó como explicación del suicidio, se lo quiso plantear como alguien que estaba desequilibrado por una relación amorosa contrariada. Estoy convencido de que Villa, por su forma de encarar los vínculos amorosos, no mantendría una relación amorosa que pudiera desestabilizarlo de esa manera, al punto de matarse. Ninguna de las dos, ni la secretaria ni la viuda, son del todo ajenas o saben algo más de lo que han dicho.

-Plantea varios posibles móviles que pueden haber llevado al asesinato.

-Hay líneas de investigación sobre los posibles móviles que no toqué en el libro, que tienen que ver con el milagro económico de Cerro Largo en la época de Saravia, con la posibilidad de utilizar la IMCL como mecanismo de lavado de dinero y con la vinculación de Villa con sectores que mezclan la actividad política con otro tipo de actividad. Por ejemplo, una extorsión de la que había sido objeto en OSE por la quinta línea de bombeo. ¿Quién estaba detrás de todo eso? Igor Svetogorsky, que aparece ahora en los líos de la Armada... Ese tipo de cosas no se investigó.

-¿Por qué hipótesis se inclina?

-Están todas vinculadas. Villa era un transgresor en todos los niveles. Como tal transgredió códigos en el frente político, donde seguramente buscaron mecanismos para pararlo. Quince días antes de su muerte el Herrerismo en pleno se había retirado del directorio del PN porque Volonté no lo sancionaba por el enfrentamiento con Lacalle. Luego de que se conociera una grabación de [el ex ministro del Interior] Ángel Gianola con militares, hablando de la posibilidad de dar un golpe de Estado en caso de que el FA ganara las elecciones, Villa le dio un reportaje a La República y dijo que habría que pensar un golpe de Estado si Lacalle obtenía por segunda vez la presidencia. Ante eso, el Herrerismo pedía poco menos que la expulsión de Villanueva, y como no pudieron lograrlo se fueron. No descarto que dentro del Herrerismo operaran estas otras corporaciones vinculadas con el tráfico de influencias, al lavado de dinero. Creo que se entrecruzan todas.

-¿Es una acusación al Herrerismo o a alguien particular?

-Hay dos hechos claros. La semana anterior a su muerte, Gianola dijo que Saravia estaba profundamente desequilibrado, que era un demente. Algo parecido dijo Pedro Saravia, pariente de él [hoy diputado por Cerro Largo del PN]. Curiosamente fue Pedro Saravia quien, según todos los rumores en Melo, y lo confirmó Serafín Bejérez [suegro y suplente de Villanueva], lo llamó antes y le avisó a Bejérez que se comprara un traje porque en pocos días iba a asumir la Intendencia. Fue el mismo Pedro Saravia, el día que encontraron el cadáver, el que lo llamó para pedirle que se viniera a Melo porque Villa estaba muerto. Si me preguntás por alguien que podría estar detrás de esto, yo digo que hay que preguntarle a la gente de Cerro Largo. Hay una única respuesta.