Tras la presidencia de Michelle Bachelet en Chile, la reciente asunción de Dilma Rousseff en Brasil y el impulso a la reelección de Cristina Fernández por parte de algunos sectores oficialistas argentinos, Uruguay parece ser la excepción. La integrante del directorio blanco Beatriz Argimón (Alianza Nacional) opinó que las tres “son mujeres de mucha militancia, nadie les regaló nada pero tuvieron en sus cuadros actores políticos de cabeza bien abierta que las proyectaron”.

Para la ex diputada, en Uruguay existe “el fenómeno de la mujer florero”. “En las dirigencias masculinas está el discurso de proyectar, pero cuando llega el momento ningún líder se la juega. Tabaré Vázquez fue más cercano en ese sentido, al colocar en los ministerios a figuras femeninas y en lugares no tradicionales. Solas difícilmente puedan llegar porque si no están en lugares visibles no pueden ser vistas como candidatas”, explicó.

“El sistema político uruguayo no parece reconocer esos cambios que se han dado en otros países. Desde el punto de vista social, Chile parece ser más conservador y no tuvo problema de elegir a una mujer con los antecedentes de haber sido perseguida en la época dictatorial. Lo mismo Dilma”, completó la senadora Mónica Xavier (Partido Socialista). El punto en Uruguay, señaló, es que “no se consolida un camino hacia la equidad de género”. “Se da pasos y luego retrocede porque no hay convicción para apoyar ese proceso. Los partidos son centrales en esto porque si no hay voluntad, no hay posibilidad”, resumió. En la misma dirección, la referente de la prosecretaría de Género del Partido Colorado (PC), Andrea Maddalena (Vamos Uruguay), consideró que “el gran trabajo” de las mujeres políticas “es hacia la interna de nuestros partidos”. Los procesos en la región, según la dirigente colorada, “no nos son indiferentes” sino que “ayudan a reflexionar y ver que se puede construir ese camino sin prejuicios mayores”. El diputado de su sector Daniel Bianchi entiende que debe haber “un equilibrio” entre los partidos, que “abran oportunidades a las mujeres” y que las dirigentes “hagan el resto”, por ejemplo, “participar un poco más”.

Que no haya un “avance significativo” de la participación de la mujer en los cargos electivos es para el senador Enrique Rubio, de la Vertiente Artiguista, uno de los elementos que explican por qué en Uruguay no se ha manejado la posibilidad de una candidata a presidenta y coincide en que el respaldo de Lula da Silva a Dilma Rousseff o “la estrategia matrimonio K” fueron factores determinantes.

Qué mal te veo

Para 2014 no se vislumbran en el sistema político posibilidades claras de que surjan candidaturas femeninas. Para Rubio, en el Frente Amplio (FA) se está “muy lejos”. “En el camino puede surgir, pero hay que alentar procesos de ese tipo”, precisó. Xavier está convencida de que “las chances son remotas” pese a que la fuerza política no tiene hoy figuras para proyectar “salvo que vuelva Vázquez”. “Hay un candidato indiscutido si el FA lo lleva: Vázquez para mí es la carta de triunfo”, afirmó el diputado Víctor Semproni (Espacio 609). “En todo caso, la postulación debe ser para el compañero más apto y en mejores condiciones en función de la propuesta programática, sin importar si es varón o mujer”, dijo. A Semproni no le parecería “para nada importante que hubiera una presidenta” en 2014 porque las dirigentes “sin lugar a dudas tienen las mismas posibilidades si demuestran su capacidad”. El diputado Gustavo Borsari (Unidad Nacional) coincidió en que no es una cuestión de relevancia. “Los partidos tienen que abrirles paso a las mujeres, pero que haya candidatura femenina me es indiferente. Hoy tienen las mismas oportunidades, en el pasado no”, opinó. En cuanto a su partido, Argimón no ve “ningún líder”comprometido en proyectar figuras femeninas. Adelantó que planteará el tema en el directorio porque el PN no se renueva “sin mujeres ni jóvenes”.

Maddalena, por su parte, señaló que el PC “está experimentando un proceso de renovación” pero “va a llevar un tiempo más”. El diputado Gustavo Cersósimo (VU) “vería con buenos ojos” que haya una candidata, pero “las figuras que se perfilan fuerte” son varones, dijo en referencia a Pedro Bordaberry y a Vázquez. “Bienvenidas si salen candidatas, pero yo no distingo sexos. Además tienen las mismas posibilidades de llegar”, añadió. El liderazgo de Bordaberry, según Maddalena, “refleja una renovación” y “no es excluyente” de que se visibilicen dirigentes mujeres aunque “no como candidatas”.