En la vereda del Frente

La asesora de Desarrollo Municipal y Participación de la Intendencia de Montevideo, Mariella Mazzotti, reconoció que existen algunos municipios con espacios pequeños donde “es imposible que existan oficinas para todos los concejales, no por falta de voluntad política, sino porque no hay”. Según dijo, algunos municipios prevén un cambio de sede -como el C-, en tanto que resaltó que la dotación de infraestructura tecnológica “se ha ido generando en estos meses, en algunos más rápido que en otros”. “Son cosas que llevan su tiempo, pero no atentan contra la toma de decisiones”, sostuvo Mazzotti, y remarcó que lo más importante es que las decisiones se resuelvan colectivamente en el órgano pluripersonal. Respecto de la diferencia de roles entre el alcalde y los concejales, afirmó que el alcalde tiene un rol diferente, con un compromiso “full time” que lo puede hacer más visible. Además, “es quien tiene la responsabilidad de llevar adelante lo que el concejo resuelve y, por lo tanto, a la hora de la práctica, puede ser que al resto de los concejales les gustaría estar en el lugar de los alcaldes”.

En la ley de Descentralización se estableció que cada municipio estaría gobernado por cinco miembros: un alcalde y cuatro concejales municipales. Si bien el alcalde tiene algunas funciones específicas, muchas de las tareas competen a los cinco miembros del municipio. En Montevideo, donde la gestión municipal no tiene la misma visibilidad que en el interior, el protagonismo de los concejales es escaso. Por ejemplo, el portal de internet de la Intendencia de Montevideo no incluye los nombres de estos funcionarios. Durante el proceso de aprobación de la Ley de Descentralización, la división municipal capitalina había sido cuestionada por la oposición, debido a la “arbitrariedad” con la que se propusieron y aprobaron las divisiones de los municipios. En mayo, el Frente Amplio se impuso en las ocho alcaldías, y sólo en el caso del municipio CH la oposición es mayoría en el concejo municipal.

Desde filas opositoras en los municipios montevideanos existen quejas por la falta de “condiciones para trabajar” de los concejales. Federico Daverede, concejal del municipio B por el Partido Nacional (Correntada Wilsonista) dijo que “hay una gran carencia para que los concejales puedan desarrollar sus funciones”. Según comentó, no tiene despacho ni espacio para mantener reuniones de bancada. “Si me tengo que reunir con mis suplentes lo debo hacer en el mismo salón que los del Frente Amplio”, ejemplificó, y agregó que “ni siquiera” tienen “un carné identificatorio, sólo nos dieron unas tarjetas de presentación y un celular”. Para Daverede, “si bien el sistema del concejo municipal es en teoría pluripersonal, en la práctica está todo llevado al alcalde”.

Desbordados

Su compañera nacionalista Carolina Murphy (Unidad Nacional, municipio D -Manga, Cerrito, Casavalle, Piedras Blancas, entre otros-) afirmó que el concejo municipal funciona en buena forma, aunque, al igual que Daverede, cuestionó las condiciones de trabajo de los concejales. Según dijo, pidió un lugar donde trabajar, ya que “no tiene un espacio físico ni en los municipios ni en los centros comunales zonales”. “Al Partido Nacional se le presta una oficina del Centro Comunal Zonal 11, que en realidad es el lugar de trabajo de otra persona”, reclamó. Agregó que en el municipio no pueden hacer fotocopias, que no tienen código telefónico para hacer llamadas -por lo que deben apelar a la buena voluntad de otros funcionarios-, que no tienen internet, que deben recibir personas en su propia casa y que el saldo del celular al que hizo referencia Daverede es de 332 pesos. “Nunca nadie creyó que esto iba a tener el protagonismo que hoy tiene. Hoy la gente tiene mucha expectativa en el municipio y la actividad te desborda”, evalúa la concejal, que también entiende que en la práctica los municipios fueron creados “más para los alcaldes que para el gobierno colegiado”.

También desde el municipio B (Aguada, Centro, Ciudad Vieja, Cordón, entre otros), el colorado Genaro Marmo (Vamos Uruguay) denunció que “no hay espacios para recibir a la gente”. Respecto de la poca visibilidad de los concejales, ejemplificó que desde que fue electo, ésta es la primera vez que se le hace una entrevista.

La situación es parcialmente diferente en el municipio CH (Pocitos, Punta Carretas, La Blanqueada, Buceo), donde el FA no tiene mayoría en el concejo. Según el concejal Hugo Recalt (PN, Unidad Nacional), esto les permite a los concejales de la oposición tener “otro peso político”, ser más influyentes y participativos en las decisiones. “Es el concejo más democrático”, sostuvo. Para el nacionalista, su municipio tiene una estructura edilicia que permite mayores comodidades, al tiempo que recordó que en la primera sesión del concejo “exigimos un lugar para trabajar porque no lo teníamos, y el alcalde [Luis Luján], con buena voluntad, cambió algunas cosas y nos los dio”. “Podemos marcar la cancha”, resumió.

En cambio, su colega municipal Jaime Edelman (PC, VU), entendió que Luján “pasa por encima de los concejales”. “El alcalde no tiene la mayoría aparente para resolver por sí solo, pero técnicamente está resolviendo todo solo, porque no consulta al ámbito colegiado, actúa de por sí y muy pocas veces da cuenta de sus actos”, denunció. Respecto al lugar de trabajo que mencionó Recalt, Ederman relativizó la gestión que hizo Luján, alegando que se trata de “un despacho común para todos, con una computadora que recién se instaló y donde no hay teléfono”.