A pesar de que el martes la canciller alemana, Angela Merkel, tras reunirse con José Mujica, aseguró que promoverá un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), ayer el alto representante del Mercosur, Samuel Pinheiro Guimarães, se mostró un poco más cauto. Entre otras cosas, porque desde su punto de vista es “muy difícil” que en el contexto actual de crisis “alguien reduzca sus subsidios”, en referencia a los estímulos que se aplican en el viejo continente, principalmente a la producción agrícola.
Pinheiro Guimarães considera que las concesiones comerciales que otorga la UE son “muy modestas”: “Lo que piden es mucho y lo que dan es muy poco. Incluso hay situaciones en que el cupo es inferior a lo que uno ya está exportando”.
El jerarca explicó que estos tratados son interesantes si son “equilibrados”, pero advirtió que firmar un “acuerdo por el acuerdo mismo no es bueno”. “Creo que hasta hoy no se celebró el acuerdo porque los países del Mercosur consideran que las ofertas de la UE no pueden acelerar el comercio de manera razonable”, manifestó Pinheiro Guimarães, quien afirmó que “el libre comercio no es una cosa buena en sí misma; bueno es el desarrollo”. El jerarca ya había reclamado, en una reunión efectuada el martes, que la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) sea invitada a la cumbre del G20 que se llevará a cabo en noviembre en la ciudad francesa de Cannes.
También se refirió a las situaciones en las que el libre comercio del Mercosur se ve interrumpido por trabas comerciales, como las que Uruguay sufrió a finales de setiembre, cuando Brasil tomó medidas proteccionistas para defender su industria automotriz, o el episodio registrado en febrero con la exportación de productos industriales uruguayos hacia Argentina. Según Pinheiro Guimarães, en el Mercosur el comercio intrazona aumenta 45.000 millones de dólares anuales y se ha multiplicado “por diez” desde 1991 hasta ahora, con “mucho más manufactura” de por medio.
El ex jerarca de la cancillería de Brasil admitió que en el bloque mercosuriano “hay problemas comerciales puntuales”, aunque también consideró que los medios de comunicación “publican los problemas y luego, dos semanas después, se resuelven y ya nadie lo publica”. “Se crea la impresión de que existe un problema enorme”, cuestionó el diplomático, antes de señalar que las trabas “son muy pocas cuando se compara con el tamaño del comercio”. “Las empresas siempre reclaman mucho, piden bajos impuestos y mejores condiciones, quieren protección contra sus competidores y a su vez piden la libertad de comercio para sus productos”, opinó.
Pinheiro Guimarães comparó los vaivenes comerciales con una relación de pareja. “¿Usted no discute con su novio? Esto es igual. La realidad no es una situación derecha en la que nunca haya ningún problema”, graficó.
También negó que episodios con estas características estén afectando la llegada de inversiones en el Mercosur, al punto que dijo estar “seguro” de que “Uruguay ha recibido mucho más inversiones extranjeras per cápita que Brasil”: “Una inversión de 1.000 millones de dólares -más pequeña que la de Montes del Plata- para tres millones de habitantes, y con una población de escaso crecimiento, sería como una de 60.000 millones para Brasil; nadie se imaginaría algo como eso”.
Además, Pinheiro afirmó que el Mercosur “no sólo es comercio”, sino que tiene “otras áreas”, y recordó, por ejemplo, la existencia del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), que beneficia fundamentalmente a los socios menores, es decir, Uruguay y Paraguay. “Eso no existe en otra parte”, destacó.
Por último, resaltó la importancia de que Venezuela se adhiera al Mercosur como socio pleno, para lo cual sólo falta la aprobación del Parlamento paraguayo, cuyo bancada oficialista no dispone de mayorías parlamentarias. El diplomático brasileño resaltó que su incorporación sería muy importante para el bloque. “Ya no es más Arabia Saudita el que tiene mayores reservas de petróleo, sino Venezuela, que además tiene un volumen de recursos enormes”, estimó. Aseguró que se trata de un un país “muy potente económicamente” y que “seguramente” haga al bloque más atractivo a la hora de negociar con otros bloques internacionales.