El Hogar Los Cedros está ubicado en la ciudad de Paso de los Toros, Tacuarembó. Llegó a atender a casi 30 niños y adolescentes, la mayoría derivados al internado por decisiones del Juzgado de Familia. Es mixto y alberga también a niños con capacidades diferentes.

Coordenadas

El hogar queda como saliendo de la ciudad cerca de algunas plantas industriales que se han instalado hace poco. La casa donde funciona es una construcción moderna, pintada de color mostaza, que supo albergar un liceo años atrás. El portón está abierto porque se trabaja así, "sin encierros carcelarios". Los gurises no se van de ahí porque es como su casa. ¿A dónde van a ir? La estructura tiene dos alas grandes con unas cuatro habitaciones cada una. De un lado están los cuartos de los varones y del otro duermen las niñas. Adentro todo está ordenado y limpio.

El sábado los gurises estaban jugando, contentos, nadie pensaría que dentro de un mes van a tener que dejar ese lugar que es como si fuera su casa. Durante el día están acompañados por una dupla de educadores que se van turnando las tareas de atención. Al mediodía hay almuerzo colectivo. La cocinera, la otra funcionaria que trabaja a esas horas, se prepara para irse luego de cocinar el almuerzo y dejar preparada la cena. Después hay un rato de recreación.

Al lado del hogar, hay una capilla y una gruta con una virgencita donde aún se celebra misa los domingos. Entre las dos construcciones hay un parque con juegos infantiles que, si bien es de uso público, es como si fuera de los gurises del hogar. Los usan todos los días para divertirse. Ese día también pintó pelota en el patio. La directora llegó en ese momento y ellos dejaron la bocha y salieron a recibirla. Venía a realizar una gestión más para reubicar a otro niño. Así, de a poco, se va bajando la cortina.

Como otros tantos en el país, funciona en la modalidad de convenio entre una institución con personería jurídica que gestiona la operativa y el INAU, que financia y supervisa. En este caso es la Diócesis de Florida de la Iglesia Católica, que en realidad comprende a los departamentos de Florida y Durazno, no a Tacuarembó, pero sucede que el hogar estaba antes ubicado en Pueblo Centenario, una localidad cercana a Paso de los Toros, pero del otro lado del Río Negro, en tierras duraznenses. La entidad que gestiona recibe del INAU 17 Unidades Reajustables por cada niño que se incorpora al padrón. Además, se reembolsan los gastos en alimentos y funcionamiento (luz, agua, supergas), a partir de la presentación de boletas y facturas. Con estos ingresos se debe costear todo el funcionamiento del hogar, incluido el pago de salarios.

En Los Cedros trabajan 17 funcionarios, aunque ahora hay tres en seguro de paro. El año pasado se sindicalizaron en reclamo del pago de horas extras, y en el proceso descubrieron que, además, tenían que cobrar salarios más altos ya que su categoría laboral correspondía a un grupo distinto del que figuraban en los Consejos de Salario. Según lo indica el INAU, los salarios deben fijarse por el grupo 16/07 que corresponde a Educación no formal, y en el que el salario mínimo de un educador sin título terciario es de 9.898 pesos.

En este grupo negocian los convenios colectivos la Asociación Nacional de Organizaciones No Gubernamentales (ANONG) y la Asociación Uruguaya de Educación Católica (AUDEC) como representantes empresariales, y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Privada (SINTEP) por los trabajadores. Cuando se volvieron a convocar a los Consejos de Salario, en varios grupos de negociación no había representantes de referencia en el sector trabajador. En 2006 existía la Asociación de Trabajadores de Organizaciones No Gubernamentales (ATONG), que negoció como representante sólo una vez en el grupo 16, pero poco tiempo después se extinguió como organización.

A partir de 2008 varios sindicatos de base de instituciones de este tipo comenzaron a nuclearse en el Sindicato Único de Trabajadores de Instituciones Gremiales y Afines (SUTIGA) que negocia en el grupo 20 y así consiguieron la regularización del salario dentro del subgrupo 03: Entidades gremiales y sociales. En este convenio se definió una categoría que incluye a “los trabajadores que realicen tareas de educación integral familiar y/o de cuidados a niños, adolescentes, discapacitados, personas en situación de calle u otros”, que deben cobrar un mínimo de 11.791 pesos, según la última ronda.

El reclamo del pago de horas extras y la diferencia salarial fue objetada por los trabajadores de Los Cedros ante la Justicia, que en Paso de los Toros y en primera instancia falló favorablemente por las extras, pero no por el reconocimiento de categoría. Pero la apelación del fallo ante el Tribunal de Apelaciones de Trabajo de 2° Turno concluyó, en una sentencia unánime de los magistrados, que la labor de los trabajadores corresponde al grupo 20/03 y que la Diócesis de Florida debe pagar las diferencias reclamadas, más 15% por “perjuicios preceptivos, intereses y reajustes” con retroactividad a marzo de 2009.

Al enterarse de esta disposición, la Iglesia Católica decidió cerrar el hogar a fin de año, porque no podría sostener la operativa del internado pagando los nuevos laudos, dijo la directora de Los Cedros, Claudia Basino, que se presenta además como concejal por el Movimiento de Participación Popular en Paso de los Toros. La también funcionaria del hogar reconoció que ahora su tarea está concentrada en el traslado de los chiquilines que pasarán a vivir, en el mejor de los casos, con algún familiar. Otros podrían terminar en hogares de la capital departamental. Según Basino, el INAU le prometió que haría un nuevo llamado a instituciones interesadas en hacerse cargo del convenio. El sábado recibía a una delegación de una institución que estaba “interesada en el tema”, dijo.

Ecos de una visita

Tras la presencia de la delegación del SUTIGA en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Representantes, el diputado Luis Puig (Partido por la Victoria del Pueblo) pidió que se convocara a ese ámbito al directorio del INAU y al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. "Queremos intercambiar información con ellos y, sobre todo, si efectivamente se va concretar el cierre de Los Cedros. También [queremos saber] cuántos convenios tiene el INAU firmados y cuáles son las garantías que tienen los gurises y los trabajadores", sentenció el diputado oficialista, quien admite que lo conversado en la comisión configura una "situación muy delicada y que preocupa".

Por su parte, el socialista Raúl Olivera pidió que la versión taquigráfica con los dichos de los trabajadores sindicalizados sea enviada a la Comisión de Derechos Humanos de esa rama parlamentaria. "Se han hecho dos denuncias muy importantes. Una de ellas tiene que ver con los legítimos derechos de los trabajadores y, la otra, con los derechos humanos, dado que hay un maltrato hacia los niños", agregó el representante canario, quien argumentó a partir de la necesidad de contribuir "a la formación de los futuros ciudadanos de este país".

Entre las diferencias salariales y horas extras adeudadas más los despidos se estima que la suma total a pagar a los trabajadores supera 1.500.000 de pesos, y no se sabe de dónde van a salir los fondos.

Los trabajadores sindicalizados de Los Cedros, si bien lograron un fallo favorable de la Justicia, entienden que por reclamar sus derechos ahora pierden su fuente laboral y además han sido señalados en la prensa local como “culpables” de que los niños se queden sin hogar. “A los chiquilines también se les ha dicho eso, los mezclaron en toda esta problemática”, dice Doris, funcionaria que pasó al seguro de desempleo.

Los sindicalizados argumentan que a la institución ingresan alrededor de 400.000 pesos mensuales y que en salarios se gastarían menos de 200.000. “Ahí hay un desfasaje que no nos queda claro”, dice José Muniz, educador del hogar. “El responsable por la Iglesia, el padre René da Silva, dijo que para mantener el hogar en las nuevas condiciones el INAU debería duplicar la partida, pero eso nos parece un disparate”, agrega. El sacerdote católico apareció en los medios locales como una referencia institucional, pero además de pertenecer a la Diócesis de Tacuarembó, actualmente se encuentra cumpliendo funciones pastorales en Rivera. El obispo de Florida Monseñor Martín Pérez Scremini dijo en la primera entrevista que le solicitaron los trabajadores que no tenía idea de la situación denunciada.

La Iglesia Católica es la propietaria de la casa donde funciona Los Cedros y recibe a cambio el pago de un alquiler que está presupuestado en el convenio. A partir de la decisión eclesiástica de cerrar el hogar, los niños ya comenzaron a ser reubicados. La situación actual es una preocupación tanto de la directora como de los trabajadores. Como no hay otro hogar en la localidad, el realojo se está haciendo entre familiares y, en algún caso, se prevé el traslado a la capital departamental. “Hay criaturas que están ahí por orden judicial con situaciones familiares complicadas, que no pueden volver con éstas por la vulnerabilidad que tienen, y de la noche a la mañana se resuelve que se tienen que ir”, dicen los trabajadores.

La situación es compleja además porque la mayoría de los internados son grupos de hermanos, “que no deberían ser separados”, enfatizan. Pero aunque no se separen, se verán afectados los procesos por los cambios de acompañamiento, del lugar al que estaban arraigados, los centros de estudio, etcétera. “No entendemos cómo esto sucede con el aval del INAU”, confiesa José. Todo esto se procesa en un clima tenso, en el cual varios trabajadores se han visto “enfrentados” sobre todo por los adolescentes que les recriminan y culpan del cierre.

El 19 de octubre una delegación de funcionarios del hogar junto a representantes de SUTIGA fueron recibidos por la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Representantes. Gustavo Aysa, de SUTIGA, dice que “esta situación ya la vivimos cuando los trabajadores reclamaron los mismo a la institución AUDIC”. Según el dirigente, la ONG perdió un juicio y cerró para no pagar los salarios por el grupo 20, pero volvió a firmar un convenio con otra personería jurídica. Los trabajadores que “arreglaron” fueron dados de baja renunciando voluntariamente y recontratados por la otra firma.

La mayoría de los trabajadores de hogares en convenio con el INAU no está sindicalizado y cada vez que se forma un comité de base sindical y se reclama, se termina en la Justicia con una resolución favorable a los demandantes. Sin embargo, la situación no se regulariza y, en definitiva, los niños terminan rehenes en la disputa. Además, cuando estas instituciones carecen de fondos para pagar las indemnizaciones, el INAU debe salir a cubrir gastos imprevistos en los convenios ya que es “deudor solidario” según la Ley de Tercerizaciones.

El miércoles, delegados de Los Cedros, SUTIGA y el INAU tendrán una reunión en la Dirección Nacional de Trabajo. Los trabajadores del hogar que son acompañados por delegados del Plenario Intersindical de Paso de los Toros y dirigentes de FUECYS esperan poder llegar a las autoridades del INAU que hasta ahora no los han recibido. Solamente tuvieron reuniones con responsables de la División Convenios, que es la que se encarga de la atención de los centros tercerizados.