El subsecretario del Ministerio de Defensa, Jorge Menéndez, admitió que el Consejo de Defensa Nacional (Codena) -organismo creado a partir de la Ley Marco de Defensa y que sólo sesionó en abril de este año- debió reunirse con mayor frecuencia.

“Debería haber tenido muchas más sesiones y su producción tendría que ser mucho mayor”, dijo el jerarca. Las declaraciones fueron realizadas anoche durante el cierre del ciclo “Defensa Nacional: cuestiones pendientes y nuevos desafíos”, organizado por la Fundación Vivian Trías.

Menéndez piensa que el organismo no se ha reunido “por distintas circunstancias", entre ellas que se trata de "un nuevo instrumento”. "Con el tiempo tendrá una periodicidad y una capacidad de elaboración mucho mayor”, agregó el jerarca, quien considera que el Codena "tiene mucho para decir y hacer".

En tanto, otro de los expositores, el ex ministro de Defensa Luis Rosadilla, recordó que la Ley Marco de Defensa se aprobó en las postrimerías del gobierno anterior, por lo que al comenzar esta administración todavía no se contaba con el presupuesto que necesitaba. “Hubo que elegir nombrar al Jefe del Estado Mayor de la Defensa el 20 de octubre, porque antes no tenía ni dónde sentarse”, recordó.

Y añadió: “Cuando se votó la ejecución de este instrumento, que empezó a regir en enero de 2011, decidimos cosas tendenciales, como el documento que el Esmade [Estado Mayor de la Defensa] acaba de entregar en noviembre; y el 27 de abril se reunió por única vez el Codena para darle los lineamientos a esa política de defensa que en noviembre debía estar pronta”, explicó el jerarca. Además, Rosadilla dijo que cuando en el presupuesto se eligió reducir las Fuerzas Armadas (FFAA) “hasta 6.500 efectivos” fue “un tiro al pichón”: “Estábamos empezando cosas y a veces había que trabajar sobre eventuales hipótesis. Ahora veremos qué dirá el informe del Esmade, pero ese sistema hay que dotarlo de recursos, instrumentos”, sostuvo.

El espejo de Brasil

El capítulo de ayer del ciclo de la Fundación Vivian Trías correspondió al Consejo de Defensa Sudamericano, organismo que forma parte de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). La jornada la abrió el politólogo Julián González, del instituto de Ciencia Política de la Facultad de la República. Explicó que se trata de un espacio de “intercambio y consulta en el ámbito de las cuestiones de defensa”, que “excluye todo aquello que lo pudiera convertir en una fuerza militar sudamericana ni en definir adversarios comunes”. Según González, se trata de un organismo innovador ya que es el primero de América del Sur en el que no participa Estados Unidos y que está encabezado por civiles y no por militares. De hecho, explicó que las FFAA tienen en Sudamérica una “larguísima tradición de autonomía” frente al sistema político, y una “muy profunda independencia doctrinaria con Estados Unidos. González vaticinó que si Estados Unidos algún día “pierde pie” en el mundo, tratará de afirmarse en Sudamérica, “porque ésta es su patio trasero”. En ese planteo destacó el papel de Brasil, que definió sus políticas de defensa a partir de la llegada de la izquierda al gobierno, y en ese marco se consideró que el gigante norteño “debía tener una voz en el mundo”, que requería un “desarrollo científico y tecnológico y una industria de defensa autónoma”. “Brasil sabe que no tiene capacidad de mantener una industria de defensa de primer nivel, y por eso necesita de los demás países para que se asocien a su esfuerzo, entonces la necesidad de Brasil de asociar a la región a una doctrina común la deberá negociar con los demás”, planteó. En ese contexto dijo tener la certeza de que Argentina se está “jugando la ropa” por esa idea, aunque evaluó que con otros países “no estoy muy seguro que se la quieran jugar”.

Por su parte, Rosadilla opinó que el proyecto todavía tiene poca vida. “Es como preguntarle a un niño que recién empezó jardinera qué quiere hacer de su vida y exigirle que lo haga”, sostuvo. Según el dirigente de la CAP-L, durante su gestión ministerial hubo una “extremada delicadeza para incluir y definir la agenda”, para “no caer en la tentación de que por avanzar demasiado rápido se estropeara el instrumento”.

“Preferimos no dar más pasos de los que se podían dar, pero a la vez que no nos pasara de que permanentemente uno ve las declaraciones por diez años y siempre son las mismas, sin avanzar”. También evaluó que este camino se viene haciendo “contra viento y marea y contra la historia”. “La incidencia que Estados Unidos tiene hoy en la formación, capacitación y desarrollo de las FFAA de la región es de un gran peso. Y lo es, porque en la historia ellos tuvieron defensa y las FFAA, y nosotros sólo tuvimos las FFAA y nunca defensa. La política de defensa vino de su diseño imperial que se trasladaba, y eso no va a ser fácil romperlo”, evaluó el ex jerarca.

Por su parte, Menéndez resaltó que la defensa ha sido un tema complejo históricamente en la izquierda, y que debería ser analizado “cotidianamente” en varias organizaciones, y no “mirado de costado”. Según explicó, este organismo no es una OTAN de países sudamericanos, y resaltó que, al momento de su aprobación, encontró adhesiones y buena voluntad desde todos los países, indiferentemente a sus heterogéneos lineamientos políticos.