Aunque usted no lo crea, el Frente Amplio (FA) viene procesando propuestas de reestructura, que serán consideradas por su Plenario Nacional (PN) este sábado. Están planteados cambios importantes, que no afectan el núcleo duro actual del “aparato” pero instalan escenarios nuevos, y con ellos crean oportunidades para superar anacronismos, inercias y bloqueos.
A fines del año pasado, el PN resolvió formar un grupo de trabajo que considerara el funcionamiento de la estructura y la participación en ella, analizando además el Estatuto” y “eventuales modificaciones” de éste, para “ampliar y profundizar la participación de los frenteamplistas en la movilización, el debate y las decisiones”, incluyendo “los mecanismos de elección de autoridades”.
Ese grupo elaboró un documento que da cuenta de los “acuerdos logrados en mayoría con algunas salvedades”. Entre quienes han planteado “salvedades”, en varias áreas relevantes, están los representantes del Partido Comunista, y no se sabe aún que actitud adoptará sobre las cuestiones polémicas ese sector, de fuerte incidencia en el PN.
En más de un medio de comunicación se presentó todo el contenido del documento como si fuera novedoso, pero gran parte de sus 12 páginas se dedica a reproducir artículos del actual Estatuto que fueron ratificados. Que esa información periodística errónea haya pasado casi inadvertida es un síntoma de altos niveles de desconocimiento y desinterés, incluso en el elenco dirigente del oficialismo.
Quedaron por el camino iniciativas ambiciosas como la de cambiar la integración del Congreso, modificando el actual y abrumador predominio, en su seno, de los representantes de comités de base sobre quienes asisten como delegados de sectores, pero hay propuestas muy significativas:
1) En las próximas elecciones nacionales internas que realice el FA, probablemente en mayo del año que viene, se votaría (además de los integrantes del PN y de los plenarios departamentales) la presidencia de la fuerza política y la de cada Departamental, en hojas separadas. Antes de las siguientes internas se evaluaría la posibilidad de mantener tal sistema, y si eso no se aprueba se volvería al procedimiento actual (decisión del Congreso a propuesta del PN), incluyendo la elección de más de un vicepresidente del FA. Pero si por esa vía no se logran las mayorías que pide el Estatuto, como ha sucedido antes, se desembocaría en elecciones a padrón abierto, y quien gane propondría al PN los vices (se ha manejado, sin formalizarlo, que haya tres, dedicados respectivamente a lo político-organizativo, lo departamental y lo referido al gobierno nacional.
2) Se facilitarían las consultas internas a los afiliados (sobre propuestas que no modifiquen los acuerdos básicos del FA, o sobre resoluciones ya adoptadas), refiriendo la proporción necesaria para impulsarlos y para resolver al total de votantes en la interna nacional previa, y no, como ahora, al total histórico de afiliados que consta en el registro central. Además, se habilitarían esas consultas en escala departamental.
3) Las asambleas de adherentes de organismos intermedios (coordinadoras y departamentales), que ahora son convocadas cuando lo creen conveniente las autoridades de esas circunscripciones, pasarían a ser obligatorias antes de cada reunión del PN o de los plenarios departamentales, para definir posiciones.
4) Se crearía una estructura juvenil, con características a definir y peso aún no resuelto en los organismos de decisión; y se aplicaría en las elecciones internas, para las listas sectoriales, la ley vigente sobre representación de varones y mujeres (en cada terna de candidaturas, por lo menos una persona de cada sexo).
5) Se habilitaría la formación de “comités de base virtuales”, cuyos integrantes se relacionen mediante internet (aunque deberían reunirse en persona por lo menos cada 25 de agosto, para elegir a sus representantes en el organismo superior correspondiente).
No temblarán con estas iniciativas las raíces de los árboles, pero las caminatas más largas comienzan con un paso.