En paralelo al debate por la posibilidad de que una norma avale el matrimonio entre personas del mismo sexo, el diputado nacionalista Gerardo Amarilla (Unidad Nacional) presentó un proyecto de ley para establecer políticas públicas que den “estabilidad moral y material” al matrimonio y a la familia. Para eso, propone que el Banco República otorgue préstamos para la celebración de la boda o que el Banco Hipotecario habilite líneas de créditos especiales para comprar vivienda a parejas (heterosexuales) que contraigan matrimonio. También, que el Ministerio de Desarollo Social brinde “apoyo y fomento” a la familia mediante “apoyo profesional y multidisciplinario de abogado, asistente social, psicólogo y sexólogo”; y que no puedan iniciarse trámites de divorcio “sin acreditarse que se ha intentado la conciliación previa”.

En la exposición de motivos afirma, citando un estudio de la Universidad de Montevideo, que “existe un mayor atraso educativo en los jóvenes que no viven con ambos padres biológicos en el hogar” y que su separación “contribuye a otras consecuencias negativas en las conductas de los niños y jóvenes, que sin la debida contención, se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad a la depresión, el consumo de drogas y la delincuencia”. Asegura también que “los menores” nacidos dentro del matrimonio están en una situación “diametralmente más ventajosa” porque conlleva “la filiación legítima y, con ella, la seguridad del conocimiento cabal de quién es su padre y su madre”.

Amarilla entiende que no es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo: “sería otra figura jurídica”. “No es matrimonio si no está vinculado a la procreación y a la monogamia. Las relaciones del mismo sexo están destinadas a satisfacer una necesidad, un placer sensitivo, que puede ser de dos personas o más, de tres o de cuatro”, aseguró a la diaria. Y recordó que el origen de la palabra “matri-monium” refiere al “derecho que adquiere la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad”.