Tras la noticia de que el subsecretario de Comercio Exterior de Argentina, Iván Heyn, apareció muerto, ahorcado, en su habitación del hotel Radisson, la presidenta de ese país, Cristina Fernández, se descompensó y debió abandonar transitoriamente la cumbre. El episodio, como era de esperar, retrasó la actividad de la jornada, aunque se pudo hacer algunos anuncios concretos.

¿Quién era Heyn?

El subsecretario de Comercio Exterior argentino era economista, tenía 33 años y fue presidente de la Corporación Puerto Madero SA y director estatal de Aluminio Argentino. El diario argentino La Nación lo describía en julio de este año como un "fiel exponente del pensamiento económico K, que promete profundizar el 'modelo K' si la presidenta gana en octubre".

Se trataba de una figura salida de las juventudes peronistas, con un buen relacionamiento con sectores empresariales argentinos, definido por sus cercanos como un "industrialista" y por medios argentinos como un economista heterodoxo y pragmático.

En su juventud fue presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires en 2002, impulsado por su agrupación independiente Tontos pero No Tanto (TNT). El vocero de la Policía, José Luis Rondán, indicó en una conferencia de prensa que Heyn apareció ahorcado con un cinturón, junto a un placard, y dijo que se trabaja sobre la base de una hipótesis de suicidio.

Uno de ellos fue que se logró firmar el Tratado de Libre Comercio con Palestina. El canciller Luis Almagro destacó la "profunda significación política" del acuerdo y abogó por "instancias de cooperación que sean cada vez más fuertes y más vigentes".

Por la tarde, y tras la reunión de jefes de Estado, Mujica abrió la cumbre reiterando su discurso de la necesidad de consolidar la integración regional para hacer frente a un mundo "creciente de superpotencias y gigantescas transnacionales".

También dijo que en estos 20 años el Mercosur ha tenido sus "avatares" y sus "inmensas dificultades", aunque resaltó que otros países se quieren "acercar para jugar nuestra suerte", en referencia a Ecuador y Venezuela. "Pobres de nosotros si las dificultades nos desencantaran y nos llevaran a abandonar este proyecto", dijo. Mujica también advirtió que es necesario darse cuenta de que "en el fondo hay una cuestión de poder, y eso requiere caminar hacia una convergencia de los millones de americanos del sur, porque el mundo está cambiando aceleradamente y delante de nosotros".

Luego anunció la conformación de dos comisiones, aunque aclaró que pueden ser "las mismas", una para que defina las "condiciones y procedimientos para la incorporación de Ecuador, que ha pedido ingreso al Mercosur" y otra, cuya finalidad olvidó mencionar, "nombrada directamente por cada uno de los presidentes del Mercosur para que tienda y atienda posibilidades de ingreso y dificultades, y trate, en todo lo posible, de recomendar negociaciones y caminos a este Mercosur".

Varios minutos después, en una nueva exposición, Mujica aclaró que esta comisión estudiará el ingreso de Venezuela como socio pleno del Mercosur. En esa segunda oportunidad también anunció que hubo acuerdo arancelario "para establecer mecanismos de defensa ante el avance posible de situaciones críticas en el mundo".

Ayer, tanto Brasil como Argentina fundamentaron que era necesario subir el arancel externo común para enfrentar la crisis internacional. En cambio se comprometían a mejorar el comercio hacia adentro del Mercosur, contemplando los intereses de Uruguay y Paraguay, más reticentes a llevar a cabo esta medida. En su intervención la presidenta argentina ratificó la suba del alza del arancel externo común. También Mujica mencionó un acuerdo de un "protocolo de Montevideo", que consiste en una "respuesta automática e inmediata de la institucionalidad democrática en el caso de que alguno de los gobiernos electos fuera sometido a un golpe de Estado".

De cal y de arena

El discurso más crítico con el funcionamiento del Mercosur fue el del mandatario paraguayo, Fernando Lugo. Tras referirse a que la incorporación de Venezuela “vendría a fortalecer el bloque regional”, criticó el funcionamiento del Mercosur en puntos que también son demandas frecuentes de Uruguay.

Apocalíptico

"Esta reunión del Mercosur puede señalar el comienzo del fin de esta organización porque pretende forzar la entrada de Venezuela violando el propio tratado [constitutivo] y terminar jurídicamente con la asociación", dijo ayer el ex presidente y senador Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional). Para Lacalle, aprobar el ingreso "representa una agresión a la soberanía de Paraguay, cuyo Parlamento tiene todo el derecho de votar, no votar o demorar". "En Uruguay sería una violación de la Constitución", lo que podría haber derivado en un "juicio político del presidente y del canciller", opinó.

Dijo que es “imperioso” asegurar la “libre circulación” formulada en el primer artículo de la carta del Mercosur y “hacer realidad la eliminación de restricciones no arancelarias y obligarnos a no aplicar medidas que dificulten el compromiso de nuestros países y garanticen el libre tránsito de exportaciones e importaciones”. El jerarca también propuso dotar al Mercosur de “nuevos instrumentos que permitan disminuir las brechas a niveles similares de desarrollo económico y social”, al tiempo que pidió solidificar el desempeño de los órganos del Mercosur, donde indicó debilidad de algunas instituciones, “especialmente en la solución de las controversias”. Por último, llamó a “profundizar la integración energética solidaria y sustentable con los miembros del bloque”.

Después de Lugo habló el venozolano Hugo Chávez, que se refirió a la negativa del Parlamento paraguayo a votar el ingreso de Venezuela al Mercosur: “No se si ellos están conscientes del daño que le hacen a Venezuela y a todo el pueblo paraguayo. Detrás de ellos debe de haber una mano muy poderosa”, aventuró.

Chávez defendió el ingreso diciendo que su país es “la puerta al Caribe del Mercosur”, y llamó a redoblar los esfuerzos por hacer “una nueva forma arquitectónica del Mercosur”: “Nuestras contradicciones y antagonismos en lo económico no tienen solución en el marco en el que hemos venido funcionando, del mercantilismo, en el 'te vendo más' y nada más”. En tanto, el ecuatoriano Rafael Correa dijo que si bien se está cumpliendo el sueño de “integración” que “soñaron nuestros libertadores, probablemente estemos demorando demasiado”.

Cerró la oratoria la argentina Cristina Fernández, quien dijo que una de las prioridades en su próxima presidencia pro témpore será el ingreso de Venezuela. En línea con Chávez, reclamó “superar el criterio de vernos solamente desde el punto de vista comercial” y dijo que “nos faltan cosas, muchísimas”. “Brego por el ingreso de Venezuela porque cerraríamos la ecuación energética y tendríamos la energía suficiente para ser más independientes”, remató.